El presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó al Servicio de Administración Tributaria (SAT) abrir una investigación en torno a los probables vínculos entre Óscar Moreno Villatoro y el exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, Genaro García Luna, quien está siendo procesado judicialmente en Estados Unidos por cooperar con el Cártel de Sinaloa.
“Que el SAT haga la investigación y si el señor participó con García Luna no debe estar ahí”, declaró el primer mandatario en su conferencia de esta mañana, luego de que Moreno Villatoro fuera recientemente designado como administrador Central de Control y Seguridad Institucional del Servicio de Administración Tributaria.
Durante el sexenio calderonista, se desempeñó como director general de Administración de Prisiones Federales, cargo que dependía directamente de Ramón Eduardo Pequeño, e indirectamente de García Luna. De acuerdo con reportes de la prensa, Moreno Villatoro es actualmente investigado por la Fiscalía General de la República en la causa penal 45/21, por su probable participación –junto a otros 19 exservidores públicos– en la asignación presuntamente irregular de contratos cuando se desempeñaba como director general de Administración de Prisiones Federales. Las contrataciones, que se adjudicaron sin licitación, fueron para construir ocho penales federales que el propio presidente ha criticado en sus conferencias.
“Nos tienen que ayudar todos denunciando; hay que denunciar porque fue mucho tiempo de corrupción. Entonces limpiar cuesta. Hemos avanzado muchísimo: ya no hay corrupción arriba”, indicó López Obrador al tiempo en que mostró un pañuelo blanco.
Se limpiará de corrupción el gobierno
El primer mandatario aprovechó su conferencia para transmitir uno de los anuncios que grabó con motivo de su tercer informe de gobierno, en el que asegura que en Palacio Nacional ya no hay corruptos: al lado de uno de los murales de Diego Rivera, López Obrador asegura que su administración encabeza una cuarta transformación en el país, misma que consiste en acabar con la corrupción. “En Palacio ya no hay ladrones. Hechos, no palabras”.
Sin embargo, el primer mandatario reconoció que “puede ser que queden ahí [al interior de su gobierno] corruptos, conservadores, hipócritas, pero ya se va limpiando sobre todo la corrupción, que era lo que más dañaba, muchísimo; por eso es la molestia, porque eran los privilegiados: estaba tomado el gobierno, lo tenían secuestrado”. Agregó que el gobierno que debía atender a todos los mexicanos estaba al servicio de una minoría rapaz.