América Latina aún adolece de retrasos en áreas que limitan el crecimiento y la participación laboral de las mujeres, como las brechas de género en educación y cultura, señala el informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe No 21, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El documento agrega que el acceso de las mujeres a actividades remuneradas y la reducción de las brechas de género dentro del mercado laboral son cruciales para el crecimiento, la igualdad y la disminución de la pobreza en la región.
Y es que el acceso al mercado laboral remunerado está relacionado con la autonomía de las mujeres, lo que genera un impacto directo sobre aspectos sociales como la reducción de la pobreza y hambre, mejoras en salud y bienestar, calidad de la educación, trabajo decente y reducción de las desigualdades. Además, expone que la incorporación de nuevas tecnologías podría generar un aumento en la participación de las mujeres en actividades remuneradas.
Agrega que en América Latina en los últimos 30 años se ha registrado un aumento de 11 por ciento referente a la tasa de participación promedio para mujeres de 15 años y más. Sin embargo, aún se observan grandes diferencias en el ritmo de crecimiento, niveles de participación laboral femenina alcanzados y un rezago significativo respecto a los países desarrollados en la zona.
De igual modo, el documento propone que el trabajo a través de plataformas podría favorecer a las personas que buscan compatibilizar el trabajo con la familia o el estudio, al otorgar mayor flexibilidad en cuanto a la forma, la modalidad y el lugar de trabajo.
Para ello, “resulta necesario incorporar algunas políticas para evitar que aumente la precarización laboral y se provoque una sobrecarga de trabajo, de modo que no se generen brechas mayores de las que ya existen. El desafío es grande, ya que implica actuar en diversas áreas, por ejemplo, mejorar el acceso de las mujeres a las nuevas tecnologías y aumentar el uso que hacen de estas, reducir los estereotipos en los campos de estudio, incorporar regulaciones que aseguren que una mayor flexibilidad no implique menor calidad, y adaptar los sistemas de seguridad social a las nuevas formas de empleo”.
Al respecto, Alicia Bárcena –secretaria Ejecutiva de la Cepal– y Juan Felipe Hunt –director Regional para América Latina y el Caribe de la OIT– señalan en el informe que la región ha avanzado en muchos de los factores que inciden positivamente en la decisión de participar en el mercado laboral, como por ejemplo la igualdad en el acceso a la educación, disminución de la tasa de fecundidad, mayores niveles de ingreso promedio y de acceso a tecnologías que reducen el tiempo necesario para realizar actividades domésticas y mejoran los servicios de salud reproductiva.
Además, afirman que se han logrado avances en términos de derechos políticos y normas sociales. Sin embargo, aún se observan retrasos en algunas áreas que podrían limitar el crecimiento de la participación laboral, como “las brechas de género en cuanto a rendimientos esperados de la educación y aspectos culturales que favorecen el rol reproductivo y de cuidado de las mujeres”.
De igual modo, en lo que va de 2019 los organismos observan que los sectores y categorías que tienden a generar empleo de mejor calidad pierden terreno frente a los sectores en donde predominan condiciones laborales informales.
Por ello, el informe señala que aumentar la participación de las mujeres en las actividades remuneradas se ha convertido en un objetivo de política por motivos de equidad, sociales y económicos.
Indra Cirigo