La Coordinadora Nacional de Defensoras de los Derechos Humanos Laborales exigieron resolver las demandas históricas de desigualdad social y la precariedad de las condiciones laborales a las que se enfrentan las trabajadoras.
En un comunicado agregaron que, a consecuencia de la pandemia de Covid-19, los sectores económicos “esenciales” donde se desarrollan han agudizado su vulnerabilidad.
En el marco de este 1 de Mayo, la Coordinadora recordó al movimiento obrero que paralizó Chicago para exigir la jornada de trabajo de 8 horas y el derecho a la libertad sindical. A pesar de las resoluciones, 134 años después, la situación para las mujeres que trabajan en la maquila, en el sector agrícola, el hogar y migrante temporal siguen enfrentando muchos retos para garantizar un trabajo digno.
Por ello, mujeres de Chiapas, Morelos, Guerrero, Ciudad de México, Coahuila, Sinaloa y Baja California se suman al movimiento obrero para exigir una jornada de trabajo de acuerdo a la ley y el derecho a la libertad sindical, con el objetivo de reivindicar su labor y dignificar la vida de la organización y la de sus familias.
La Coordinadora Nacional denunció que durante los últimos años de lucha, las experiencias entre las organizaciones y colectivos que la conforman son comunes. Por ello, orientan su acción con base en las condiciones precarias, las cuales mantienen indicadores violatorios del trabajo digno, como la seguridad del empleo, salario suficiente, estabilidad laboral, largas jornadas, condiciones dignas para la ejecución del trabajo, entre otros.
Asimismo, señaló las condiciones de exclusión y marginación vividas por las trabajadoras migrantes de origen indígena expuestas a situaciones de explotación, discriminación y subordinación.
También indicó que la violencia cotidiana de género, en cuanto a la diferencia de percepción de sueldos y salarios con trabajadores varones; acoso y abuso sexual; discriminación; invisibilización dentro de ámbitos de representación laboral, como en el caso de los sindicatos, de la representatividad y toma de decisiones.
Añadió que otro factor es la dificultad a la que se enfrentan las trabajadoras para acceder a la justicia, puesto que los mecanismos presentados en la reforma laboral de 2012 –que incluyen políticas para la garantía de la no discriminación y acceso efectivo a la justicia– no son claros y son tan formales que se difumina con una “simulación”.
Todos los trabajos que realizan las mujeres que participan en la Coordinadora Nacional de Defensoras de los Derechos Humanos Laborales son “esenciales” y precarios. A razón de ello y del contexto por la pandemia de Covid-19, demandó a las autoridades el cumplimiento a los derechos reconocidos por la ley mexicana y los tratados internacionales, respetando la dignidad humana, salarios remunerados dignos, y verdadero acceso al derecho a la seguridad social.