El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha padecido a lo largo de su historia de longevas e ilegítimas dictaduras caciquiles; la más reciente, la de Elba Esther Gordillo Morales. Cada una de estas dictaduras ha sido precedida de historias de traiciones: Jongitud Barrios traiciona a Robles Martínez e impone su periodo dictatorial hasta el momento de ser traicionado por Elba Esther Gordillo, en 1989; y ésta, a su vez, por Juan Díaz de la Torre, quién ocupa su lugar en febrero de 2013.
Gordillo Morales modificó el Estatuto Sindical en distintos momentos para garantizar su cacicazgo en el SNTE. Incluso se declara presidenta vitalicia con la complacencia de gobiernos priístas y panistas que la mantienen en la escena política nacional como fiel impulsora de las reformas neoliberales en materia educativa. Con Vicente Fox arma la estructura electoral que les permite el fraude de 2006 y la imposición de Felipe Calderón en la Presidencia de la República, del cual obtuvo como premio varias secretarías de Estado y su factura política, el Partido Nueva Alianza.
En 2008 surge –como una alternativa de lucha para recuperar el SNTE y ponerlo al servicio de las bases– el Comité Ejecutivo Nacional Democrático (CEND) del SNTE, surgido de un Congreso Nacional de Bases como un comité contrahegemónico a la ilegitimidad que encabezaba Gordillo y a la que le disputó la dirección formal en instancias laborales y en el escenario sindical.
En febrero de 2012 concluye el periodo de la toma de nota que la mantenía al frente del SNTE, por lo que el CEND-SNTE –encabezado ya en ese momento por el profesor Artemio Ortiz Hurtado– demanda al Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje la titularidad de la relación laboral en el SNTE, ya que la representación se encontraba acéfala e inicia el proceso legal de disputa por la titularidad del SNTE. De manera real, el CEND-SNTE se convierte en un comité de contraposición a Elba Esther Gordillo. Felipe Calderón la salva destituyendo a Alfredo Farid Barquet antes de resolver para obligarla a realizar un Congreso Nacional. Nuevamente en 2012, en Playa del Carmen, Quintana Roo, después de huir de Playas de Rosarito, Baja California, de la persecución de las Bases del Movimiento del Magisterio Democrático Nacional, Gordillo Morales modifica el Estatuto, pues al no poder reelegirse como presidenta del SNTE, se nombra presidenta del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública.
El 26 de febrero de 2013 Elba Esther Gordillo es detenida en el aeropuerto de Toluca, cuando se dirigía a una reunión de su Consejo Político Nacional, acusada de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero por el gobierno de Enrique Peña Nieto. Ese mismo día por la noche Juan Díaz de la Torre es trasladado a la Secretaría de Gobernación y desde ahí se pacta la nueva traición contra el cacicazgo en el SNTE. Esta traición implicó no solamente mantener a Gordillo en la cárcel, sino el aval a la reforma educativa, el hostigamiento a miles de maestros y con esto la traición a los derechos adquiridos de los trabajadores de la educación y convertir al SNTE en cascarón y en palero y aplaudidor del gobierno peñista. Se profundiza la destrucción de la plaza base y la educación pública.
Juan Díaz de la Torre realizó un Congreso Nacional Extraordinario los días 12, 13 y 14 de febrero en Puerto Vallarta, Jalisco, pensando en que el Estado que lo entronizó en el SNTE le otorgue cobertura y apoyo en su entidad de origen. El objetivo de Díaz de la Torre con este Congreso Nacional fue imponerse como el nuevo cacique, pero también poner la estructura sindical a disposición de un desesperado José Antonio Meade, ofertando a los maestros como carne electoral para obtención de votos y asegurar el fraude, que finalmente afirma la continuidad de la reforma educativa, las reformas estructurales, las subsecuentes privatizaciones. Es decir, la destrucción de la educación pública y los derechos de los maestros y demás efectos como el aumento de la pobreza y la inseguridad. Un objetivo coyuntural es que, al facilitar dicho fraude, evita la inminente victoria de Andrés Manuel López Obrador y su llegada a la Presidencia de la República.
Ante la salida de Gordillo Morales de la cárcel y su nueva condición de prisión domiciliaria en su Penthouse de Polanco, donde ahora despacha y atiende a su clase política que nuevamente se pone a sus órdenes, sabedores de los hilos que aún mueve la “maestra”, se aprecian escenarios donde Gordillo intentará cobrarle la factura de la traición a Díaz de la Torre. Sus pleitos legales sacan a la luz los desaseos que han prevalecido al interior del charrismo sindical. El reciente Congreso Nacional fue el ring de las dos posiciones ilegítimas que buscan el poder para el usufructo de los recursos y bienes de 1 millón 700 mil trabajadores de la educación. Quien gane de ellos, los que pierden son las bases magisteriales. El patrón, es decir, la Secretaria de Educación Pública, ha tomado posición a favor de su actual lacayo.
Pese a los pleitos legales entre Juan Díaz de la Torre y Elba Esther Gordillo, con argumento en realización, o no, de plenos extraordinarios, congresos extraordinarios, etcétera, incluso, con el propio reconocimiento, a través de la toma de nota del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje; aunque haya decretos judiciales que otorguen o retiren validez a las actuaciones de quienes se ostentan como “representantes sindicales”; con la creación de figuras estatutarias alejadas de una real defensa de los trabajadores de la educación, el SNTE reconocido formalmente por el Estado carece de total reconocimiento y legitimación por parte de las bases magisteriales en el país.
Es necesario conocer que el origen histórico de un sindicato obedece a la organización de los trabajadores para la defensa de sus derechos frente a los abusos del patrón. Es un derecho social. Significa el reconocimiento a la condición del trabajo y del trabajador, el trabajo entendido no como mercancía sino la forma en que el trabajador se allega los elementos materiales básicos para tener una vida digna junto a su familia. La organización sindical posee autonomía y soberanía en sus propias decisiones, es decir, corresponde exclusivamente a los agremiados sindicales decidir sobre lo que a éste afecte, en las instancias destinadas para ello, sea congreso nacional, plenos, etcétera, donde se vea reflejado el sentir y necesidades mediatas e inmediatas de las bases.
La convocatoria a espacios donde no están representados todos los trabajadores de la educación agremiados al SNTE no tiene validez legítima porque no escuchan ni reconocen facultades de decisión de la base trabajadora.
En el SNTE la máxima autoridad, y a quien corresponde la soberanía sindical, lo que conlleva las facultades exclusivas de decisión, corresponde a la base. No a los representantes sindicales. Estos últimos están obligados a cumplir los mandatos de la base trabajadora emanados, en este caso, de un Congreso Nacional de Bases.
La actitud que toma la representación ilegítima en el SNTE, de decidir contrario a los intereses de los trabajadores, trastoca la soberanía de las bases y usurpa facultades que no le corresponden.
El bien jurídico y social que debe ser protegido por los estatutos del sindicato y por el derecho laboral en general, son los derechos laborales de los trabajadores, tanto individual como colectivamente (salarios, jornada laboral máxima, derecho de sindicación, huelgas…). Al trabajador se le reconocen derechos en cuanto sujeto jurídico, a través de ordenamientos legales. No es que se le “otorguen” derechos. El ser humano reconocido como trabajador tiene facultades de organización, de decisión, de petición, de ejecución, al interior de determinada organización sindical, es decir, es quien tiene la legitimación para actuar, para decidir al interior de su organización gremial. Está prohibida la intromisión del patrón en las acciones de un sindicato, así como las decisiones de aparentes representaciones pasando por encima de la voz y el voto de las bases. El Congreso Nacional Extraordinario de Juan Díaz de la Torre fue ilegítimo, al igual que el resultado de las disputas legales con Elba Esther Gordillo. Por lo tanto, no son reconocidos por la base magisterial agremiada en el SNTE y se continuará reconociendo a la dirección emanada de los Congresos Nacionales de Bases.
Comité Ejecutivo Nacional Democrático del SNTE en Lucha
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ARTÍCULO]
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