Hasta hace unas semanas, en el portal del Registro Nacional de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública (SEP, https://www.cedulaprofesional.sep.gob.mx/cedula/presidencia/indexAvanzada.action) no aparecía alguna cédula profesional con el nombre del nuevo representante de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Ahora ya se puede consultar a nombre de Roberto Esteban Junco Sánchez la cédula 10503722 de la licenciatura en administración de negocios internacionales por The American University of Paris, Estados Unidos con fecha de expedición de 2017.
Esa es la licenciatura de Junco, y con la que de manera condicionada por no tener la mencionada cédula, se registró a la maestría en arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) hace varios años; condicionado a obtener la equivalencia de sus estudios, para poder concluir su trámite de ingreso y permanencia, el cual concluyó hasta este año, como lo demuestra el portal de profesiones, y así “cubrió” el plan de estudios de la maestría. ¿Qué autoridades de la ENAH decidieron a discreción contravenir el reglamento de posgrado de esa casa de estudios, y quiénes en el doctorado lo aceptaron sin contar con el título y la cédula de maestría, en un proceso irregular y violatorio de las normas? Aun así, Junco Sánchez “concluyó” el doctorado como él mismo lo señala en su tesis:
“Esta tesis es fruto de circunstancias académicas más que de un interés genuino por escribirla. Justo después de acabar la carrera de Administración de Empresas en el año 2000, me encontré con el anhelo de encaminar mis esfuerzos a la arqueología, por lo que decidí ingresar en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y cursar los prerrequisitos para matricularme en la Maestría en Arqueología a la par que revalidaba mis estudios de licenciatura llevados a cabo en el extranjero. Después de un año y medio de cursos, pude al fin entrar en el programa de maestría. Concluí el programa exitosamente y me titulé con la tesina: “Periplo de la porcelana China en Nueva España: Arqueometría y Arqueología Histórica en la Costa Grande de Guerrero”, con lo que obtuve mención honorífica. Con la tesina tuve el pase directo hacia el Doctorado en Arqueología de la ENAH, pero desafortunadamente por cuestiones burocráticas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), no pude obtener la revalidación de estudios y me vi en la difícil situación de no lograr obtener un título avalado por la SEP, aunque sí acreditado por la ENAH y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)” (sic, Roberto Junco Sánchez, Arqueología marítima del pacífico novohispano:?las naves perdidas del almirante Anson en Zihuatanejo, INAH-SEP, 2011).
Este año, con todas las irregularidades mencionadas y sin contar con los títulos de maestría y doctorado, que ha dicho tener, y sus correspondientes cédulas –al menos no aparecen en el portal de profesiones– fue nombrado Subdirector de la SAS del INAH (http://inah.gob.mx/es/boletines/6085-roberto-junco-nuevo-subdirector-de-arqueologia-subacuatica). Porque por más que Junco enfatice que la ENAH y el INAH avalan sus títulos, la que los expide es la SEP. Así que llegó a su cargo de manera irregular: es sabido que designado por Pilar Luna Erreguerena, la anterior subdirectora, quien debe tener muchas influencias con las altas autoridades del INAH para que hayan aceptado como su sucesor a un licenciado en administración de negocios sin cédula profesional –cuando fue nombrado aún no aparecía la cédula en el portal, probablemente se encontraba en trámite (revalidación de estudios)–, y sin los requisitos legales ni las cartas oficiales de una formación arqueológica, aunque de manera discreta hubiera cursado la maestría y doctorado correspondientes.
Lo más lacerante del caso es que hay arqueólogos con mucha experiencia, además de licenciatura, maestría y doctorado en arqueología, que han sido relegados de la subdirección por no seguir los mandatos de Luna Erreguerena, quien no se cansa de seguir manejando dicha dependencia, ahora tras un escritorio de “investigadora” que rara vez ocupará, a través de un oficialísimo ya administrador de negocios, que ejerce cómo arqueólogo desde hace muchos años sin tener cédula como tal. Y aunque ahora con la cédula de su carrera en París, oficializada en México, pueda de alguna manera obtener sus títulos de maestro y doctor en arqueología, así como las cédulas correspondientes, lo cierto es que él y la maestra Pilar Luna Erreguerena han logrado sortear ciertos detalles académicos normativos y administrativos, digamos burocráticos, para lograr su posicionamiento en la SAS. Y es que en este país todo se le puede achacar a la burocracia. Y como casi todo se puede lograr en México, es posible que tengamos un Subdirector de Arqueología Subacuática con licenciatura en negocios internacionales y maestría y doctorado en arqueología, con títulos y cédulas aunque irregulares y extemporáneas.
Roberto E Galindo Domínguez*
*Maestro en ciencias, arqueólogo, buzo profesional, literato, diseñador gráfico. Cursa la maestría en apreciación y creación literaria en Casa Lamm. Miembro del taller literario La Serpiente
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ARTÍCULO]
Contralínea 556 / del 11 al 17 de Septiembre de 2017