Hace tiempo Contralínea publicó reportajes sobre el espionaje en México. Dio a conocer los contratos entre la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la empresa que comercializa la plataforma de espionaje Pegasus, así como contratos con la empresa de espionaje Hacking Team. Ahora, años después lo publica The New York Times y ha generado un gran escándalo. Hasta Edward Snowden compartió la información en Twitter. La razón del escándalo es la denuncia, y al parecer confirmación, de que se está utilizando la plataforma de espionaje contra los propios ciudadanos. No a los criminales, no a los narcotraficantes, no a quienes lavan dinero. Se espía a periodistas, algunos con mucha credibilidad, otros sin ella. Pero lo que hace más emblemático del gobierno en turno, es que se ha dedicado a espiar a líderes de organizaciones civiles. Sin duda estos reflectores están incomodando al gobierno de Peña Nieto, quien por fin ha hablado del tema, negándolo todo.
Han pasado 5 años desde que Julian Assange está refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, después de la revelación de videos y documentos secretos que mostraban la manera de operar fuera de la ley del Ejército estadunidense en Irak. Exigía mayor transparencia.
También han pasado años desde que Edward Snowden evidenció el masivo programa de espionaje mundial llamado Prisma y tuvo que refugiarse en Rusia.
Snowden demostró que el gobierno de Estados Unidos estuvo espiando no sólo a presidentes enemigos, también a sus aliados. Prisma tenía convenios con grandes empresas como Microsoft, Yahoo, Google, Apple, entre muchas otras, para acceder a información privada de los usuarios.
Hace 20 años, se hablaba de un sistema de espionaje mundial capaz de interceptar y grabar llamadas telefónicas en todo el mundo. Se le llamaba Echelon y era visto como un mito urbano por los pocos que llegaban a escuchar de él por lo exagerado que sonaba. La realidad nos hizo ver que los gobiernos eran capaces de eso y mucho más gracias a la digitalización de las telecomunicaciones.
Con las revelaciones actuales, sabemos que el espionaje tecnológico alcanza a todos. Pero cuando la lógica indicaba que nuestro gobierno buscaría la forma legal de proteger la privacidad de los ciudadanos, hoy nos enteramos que el gobierno de Peña Nieto, en México, ha enfocado todas las herramientas tecnológicas de espionaje del Estado en contra de su propio país, se ha dedicado a espiar a periodistas y luchadores civiles, sobre todo aquellos que son críticos, un paso más de la criminalización de la protesta social.
Y si no fuera suficiente, el hijo de Carmen Aristegui, un menor de edad, también fue objetivo del gobierno de Peña Nieto. Así que parece que en México cualquiera puede ser espiado sin orden judicial, sin rendir cuentas ni dar explicaciones. Por lo menos eso demostraría el análisis del instituto Citizen Lab, de la Universidad de Toronto, Canadá, quien fue el encargado de analizar los aparatos y quien confirmó que la plataforma Pegasus fue utilizada en ellos.
Curiosamente, NSO Group, la empresa que diseñó el software de Pegasus tiene como condición para su venta el que únicamente sea utilizado contra el crimen organizado.
Ante tal riesgo, la forma de protegerte es la de siempre: el sentido común y evitar hacer clic en enlaces extraños o tener cuidado con mensajes que parecieran sospechosos o demasiado llamativos. Si es un aviso de algún familiar en riesgo, es mejor llamar por teléfono pero no hacer clic. Por ejemplo recibir un enlace vía mensaje SMS es algo ya poco usual y la forma de dar acceso a Pegasus.
Si haces clic y sucede algo extraño como que no abre la página, está en blanco, muestra mensaje de error, el teléfono comienza a vibrar o de plano aparece un mensaje de publicidad, es muy probable que tu teléfono esté infectado. Quizá no por Pegasus, pero por algún otro tipo de malware.
Hay antivirus para smartphones y aplicaciones de costo que se supone pueden proteger el equipo. No todos tenemos dinero o interés en depender de otros para tener seguridad, sin considerar que su software también puede acceder a nuestro equipo. Así que la recomendación que haré es un poco complicada pero ofrece un nivel superior de seguridad.
Se trata de restaurar rutinariamente el teléfono a su estado de fábrica. Esto significa regresar el teléfono, sus archivos y configuraciones, al modo que tenía al comprarlo y sacarlo de la caja. Cada marca y modelo tiene un procedimiento distinto de combinaciones de teclas que hacen reiniciar el equipo. En Youtube se pueden encontrar tutoriales paso a paso. Con ello se puede estar un 90 por ciento seguro de que el teléfono está limpio, el 10 por ciento restante se lo dejo a la posibilidad de que hayan logrado diseñar un malware que de alguna forma pueda soportar una limpieza total de la restauración, cosa que hoy parece poco probable (pero en unos años podríamos enterarnos que sí era posible).
Quizá es complicado, pero piensa que para ellos el volver a tener acceso a tu teléfono será también cada vez más complicado; y que si lo logran una vez, será sólo por un tiempo, pues volverás a realizar la restauración rutinaria y recuperarás tu privacidad.
Informe del caso realizado por el instituto Citizen Lab:
https://citizenlab.org/2017/02/bittersweet-nso-mexico-spyware/
Gonzalo Monterrosa
[BLOQUE: MISCELÁNEO][SECCIÓN: SOCIEDAD BETA]
Contralínea 545 / del 26 de Junio al 02 de Julio de 2017
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