El empresario Lorenzo Servitje ha sido uno de los principales promotores de la ultraderecha mexicana. Su activismo –que lleva a cabo desde hace décadas, pero que con la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) al poder es más público y agresivo– busca limitar las libertades civiles en aras de principios religiosos, y menoscabar los derechos de los trabajadores con tal de favorecer los intereses empresariales.
En junio pasado, el candidato panista a la jefatura delegacional de Cuajimalpa, Carlos Orvañanos, dio a conocer que Servitje seleccionó a un grupo de jóvenes panistas para hacerlos crecer políticamente y, una vez postulados a un cargo de elección popular, apoyarlos financieramente.
Servitje, quien por su ideología católica conservadora simpatiza con el PAN, ha apoyado a ese partido con millones de pesos (tan sólo en 2005 le donó 3 millones 500 pesos, independientemente de las aportaciones de otros miembros de su familia (ww.ife.org.mx/documentos/PPP/ppp/2005/aportaciones/consulta/militantes2005_PAN.xls).
Ha respaldado públicamente a Calderón, pero su activismo no se limita a sólo un partido. En el Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuenta con su yerno Fernando Lerdo de Tejada, casado con Marinela Servitje; el hijo de ambos, Guillermo Lerdo de Tejada Servitje, de 24 años, es candidato a diputado federal por el PRI para el distrito XIV del Distrito Federal.
Tanto Fernando como Guillermo han estado involucrados en los negocios de Servitje como miembros del Consejo de Administración de Bimbo (grupobimbo.com/relacioninv/uploads/reports/PR%201T08.pdf).
Millonario sin moral
Nacido en 1918, Lorenzo Juan José Servitje y Sendra fundó en 1945 el grupo Bimbo, que con el tiempo se convertiría en una de las principales empresas de México y extendería sus operaciones a otros países, lo mismo en Guatemala que en Estados Unidos, China y la República Checa.
En 1957 creó la Unión Social de Empresarios Mexicanos, que un tiempo fue dirigida por el panista Carlos Castillo Peraza, y que con el apoyo del Secretariado Social de la Iglesia Católica, pretendía combatir las ideas socialistas.
Posteriormente, promovió el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, donde colaboró Carlos Abascal, secretario de Gobernación al final del sexenio foxista.
Uno de los principales afanes de Servitje ha sido implantar la censura de tipo moralista y religioso.
Ya en 1935, cuando estudiaba contabilidad, intentó sabotear una obra de teatro, que según él ofendía a la virgen de Guadalupe, lanzando bombas pestilentes durante la función (como lo relata en entrevista con la periodista Silvia Cherem: Al grano. Vida y visión de los fundadores de Bimbo, Khalida Editores, México, 2008, página 54).
Más de seis décadas después, en 1996, fundaría, con apoyo de la jerarquía católica, el grupo ultraderechista A Favor de lo Mejor, para eliminar de los medios las expresiones con contenido sexual. Antes, en 1993, su yerno, el priista Fernando Lerdo de Tejada, trató de prohibir las presentaciones de Madonna en México.
En 1997, Servitje amenazó a una televisora con cancelar un cheque millonario por gastos de publicidad si transmitía un reportaje sobre los abusos sexuales atribuidos al fundador de los legionarios de Cristo, Marcial Maciel.
Como suele ocurrir, el puritanismo de “don Lorenzo” (como le dicen sus súbditos) contrasta con aspectos de su vida familiar. Así, su madre enviudó a los 44 años y, con una actitud nada sexofóbica, a los 62 años se casó con una persona 15 años menor que ella.
Millonario sin moral, en el sentido más puro del término, Servitje apoyó la llamada guerra sucia contra la izquierda en las elecciones de 2006, y ha estado contra los beneficios para los trabajadores, como los aumentos salariales, las jubilaciones y prestaciones, que le parecen “excesivas”, y contra los subsidios a productos básicos como la tortilla, para lo cual ha dicho que se debe “prescindir de culpas y remordimientos morales” (página 146).
A la vez, a sus más de 90 años, el empresario voraz, que se ha dedicado a amasar dinero, el enemigo de la igualdad y promotor de la campaña de odio contra López Obrador, exhibe una hipocresía pueril con frases como: “El amor es por lo único que vale la pena vivir. Ni el poder ni la riqueza se comparan con la capacidad de querer” (página 202).
La familia Servitje, muy filantrópica cuando le conviene, aportó alrededor de 1 millón de pesos en 2003 a la fraudulenta fundación Vamos México, de Marta Sahagún (www.vamosmexico.org.mx). A cambio, los Servitje “recibieron del fideicomiso gubernamental Transforma México 100 veces más” (Jorge Zepeda Patterson (coord.), Los amos de México, Planeta, 2007, p. 266).