Siempre hemos sido conscientes de que el hombre, a través de sus diversas actividades cotidianas, es quien está dañando al mundo y a las especies que lo habitan; pero también sabemos que es el hombre quien debe ayudar a salvarlo.
En la difusión de nuestra misión en Pronatura México de conservar la flora, la fauna y los ecosistemas prioritarios, al promover un desarrollo de la sociedad en armonía con la naturaleza, nos damos cuenta de que en esta ardua labor no estamos solos. Existe una enorme cantidad de personas que día a día asumen su responsabilidad con el medio ambiente y es gratificante descubrir cuántos más se interesan en ello.
Hace tan sólo unos cuantos días, Pronatura participó en la expoambiental más grande de México llamada Expo En Verde Ser. Conscientes del gran reto de sensibilizar a más de 14 mil asistentes sobre la importancia de anticipar los daños ambientales, así como restaurar los existentes y conservar la armonía con la naturaleza, se tomó la decisión de utilizar el arte como medio idóneo para encontrar una puerta de entrada a la conciencia social que nos permitiera no sólo enviar un mensaje, sino motivar una acción verdadera encaminada a lograr la transformación positiva del entorno.
Por siglos hemos podido ver la importancia e influencia que ha tenido cualquier manifestación artística sobre las personas, de ahí que se haya considerado como el medio ideal para crear una conciencia crítica, ecológica y social.
El arte ayuda a formular, pero también a reforzar –y en muchos de los casos a crear– la visión culturalmente aceptada de la realidad y las distintas maneras de responder, asimilar y actuar ante ella. Por su parte, el artista elabora nuevas realidades, nuevas visiones y construcciones del mundo que lo rodea y que conoce.
Si somos capaces de simplemente imaginar la conjunción entre el poder de impacto que tiene el arte y añadimos la belleza e inspiración que por sí misma emana la naturaleza encontramos en esta unión un potencial de creación y proyección prometedores.
La manera ideal de concretar la conjunción de ambos fue precisamente la creación de diversas expresiones que pusieron de manifiesto su poder y persuasión, y quedó como evidencia tangible para las personas. Tales fueron los casos de un montaje escénico de baile y percusiones, cuyos sonidos y movimientos expresaron la manera en que el ser humano se conecta con la Tierra, sus elementos, y reencuentra su unión indisoluble.
Esculturas de cartón, lienzos, lecturas de reflexión… Conexiones muestra de la estrecha relación de la madre naturaleza con el ser humano.
Sin embargo, al participar en el desarrollo de cada obra, no pude dejar de notar que sin ser un elemento de arte estrictamente ideado para una expresión natural, toda obra artística está conectada con la naturaleza: desde lo que se capta en ella hasta los materiales que la componen. Utiliza, pues, en su elaboración materias primas que provienen directa o indirectamente de especies vegetales, animales o minerales, como telas, pinceles, pigmentos. En muchas ocasiones el artista incluso utiliza a la naturaleza como un recurso plástico o un elemento dotado de significantes.
El enfoque sobre ecología y arte se dirige a crear conciencia partiendo de un pensamiento crítico sobre la comunidad y el ambiente para hacer un cambio ecológico saludable en cada individuo, y tal vez cambiar su manera de vivir el día a día.
La importancia de cada obra realizada fue resaltar la convivencia del arte y la ecología, al mostrar que la naturaleza está presente y complementa todo lo que hacemos, no sólo en los materiales, sino en su esencia, lo que representa o la nueva interpretación que de ella se pueda hacer; de alguna manera comunicar, pero no sólo lo que el artista expresa, sino lo que el espectador entiende e incorpora, ya sea por vivencia propia o referencias.
Se trata de exponer un mensaje, hacerlo llegar y dejar un vestigio de que cada día hay más personas interesadas en participar en una u otra forma de nuestro objetivo: algunas al comprar, otras al crear o simplemente al apreciar; lo importante es que todos persiguen la misma finalidad: valorar no sólo el arte, sino también lo que está representando: el medio ambiente.
El procedimiento de conversión no va más allá de poder encontrar el valor intrínseco de cada elemento, en ver el potencial para poderle dar un uso diferente en aquél que lo hará brillar, porque así es como se forma el valioso arte, no por lo que cuesta, sino por lo que representa.
Es así como también se puede destacar cuán importante es el origen de los materiales que integran una obra, porque todos ellos provienen de la naturaleza de una u otra manera, en bruto o ya maleados. Sin importar qué tanto cambien o para qué sean utilizados, siguen siendo parte de la naturaleza y siguen siendo inestimables.
Se ejemplifica la más elevada esencia de aprender a respetar lo que se tiene, aprender a encontrar valor en las cosas; con ello se puede lograr incluso que un simple lienzo se convierta en una obra de arte invaluable.
Los retos son el alimento del ánimo. Los artistas, en especial, gozan de vivir retos a su talento y creatividad, así que los participantes en este proyecto no sufrieron la carencia de ningún estímulo para su trabajo.
Captar la esencia de la naturaleza con todas sus complejidades, de lo bueno a lo malo, y cruzar incluso por lo inverosímil para ser capturadas; plasmarlo, transmitirlo y perpetuarlo; poder entender cada faceta de un ciclo de vida, las rutas, senderos y travesías para sobrevivir, una lucha por el alimento o un simple canto al viento: la complejidad que los envuelve es el velo que retiraron, porque no se trata de crear por crear, el artista quiere crear para transmitir, hacer llegar su mensaje a quienes estén atentos a escucharlo.
De esta manera se logra poner a su alcance una nueva forma de apreciar cómo es que cualquier persona con pequeñas acciones –como la reutilización de materiales, los movimientos inspirados en la danza de los árboles o la música que hace eco de las voces de la naturaleza– puede contribuir a sensibilizar a otros sobre el impacto ambiental que, hasta la más pequeña de sus acciones, ocasiona al planeta.
Y es así que, al inspirar el arte y retomar la naturaleza, Pronatura motivó la unificación de dos partes de las más sensibles fibras que forman el carácter del ser humano empático y consciente, y trató de hacer que descubra su responsabilidad ambiental y la manera de ejercerla.
*Comunicación de Pronatura México
Fuente: Contralínea 311 / Noviembre de 2012