Las elecciones del 7 de junio pasado constituyeron otra farsa del Ejecutivo federal, otra telecomedia en la que el Instituto Nacional Electoral hizo el papel de titiritero, la mafia en el poder fue productora y el aparato judicial garantiza la impunidad.
Son títeres los partidos políticos (Partido Acción Nacional, Partido Verde Ecologista de México, Partido de la Revolución Democrática, Partido Nueva Alianza, etcétera) en el montaje del fraude que es burla indignante para el pueblo, dado el cinismo de la corrupción galopante en las instituciones, la injusticia, la deshonestidad y el cinismo de la clase gobernante que busca perpetuarse en el poder.
Los soldados mexicanos (generales, jefes, oficiales y tropa) como parte del pueblo constatamos, con igual indignación, que los altos mandos del Ejército, Fuerza Aérea y Marina mexicanos manifiestan complicidad en todos los medios de comunicación cuando expresan su acuerdo con el “mando supremo” de las Fuerzas Armadas que impone reformas “estructurales” y pactos legislativos que violan la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que protestaron cumplir y hacer cumplir con las leyes que de ella emanen.
El general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda últimamente mantiene discusión abierta con los medios de comunicación. Se dice que, enojado, reclamó a quienes piden el regreso de los militares a sus cuarteles y a todos quienes se muestran inconformes con las explicaciones de los hechos ocurridos en Tlatlaya, Estado de México, y Ayotzinapa, Guerrero, que dan lugar a desconfianza y sospecha. Mi opinión es que no estaba enojado, solamente se quejaba de que no aceptaran las informaciones emitidas por la Secretaría de la Defensa Nacional, que sembraron mayor confusión y dieron lugar a grandes dudas acerca de la actuación del personal militar, lo que provocó que se diera mayor crédito a organizaciones civiles y religiosas que, con razonamientos típicamente castrenses, pudieron hacerlo con autoridad.
Según el general Cienfuegos, la educación es la solución de los problemas de México. De eso no hay duda para nadie, por eso en las escuelas militares se educa y se instruye a los soldados en las virtudes militares como son: el honor, la lealtad, la ética y la moral militar, la obediencia y el cumplimiento del deber, por ejemplo, y apuntó que cada día los militares están mejor preparados. No hay comparación en tal caso entre el personal retirado y quienes actualmente se encuentran en el servicio activo. Es de lamentar que el pueblo no pueda comprobarlo cuando los enfrentan. Sin embargo, es encomiable la preparación para el servicio, los libros y la palabra que convence, pero el ejemplo arrastra y los mandos superiores no son paradigma. Olvidaron la protesta de ley: cumplir y hacer cumplir la Carta Magna y las leyes que de ella emanen. Esto conduce a incriminar al pueblo mexicano y declararlo enemigo.
Alerta, militares del activo y retirados, los soldados también somos pueblo. La disciplina no es para hacer cobardes.
Dejar de luchar es empezar a morir.
Samuel Lara Villa*
*General brigadier retirado; presidente de la Federación de Militares Retirados General Francisco J Múgica, AC
[OPINIÓN]
Contralínea 447 / del 27 de Julio al 02 de Agosto 2015