Luego de haberle declarado la guerra al gobierno federal el 1 de enero de 1994 y de haber irrumpido con un grito de fuego y sangre en el escenario de la política nacional, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha procurado que todas sus iniciativas vayan, sin caer en claudicaciones, en pos de la paz.

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Desde entonces ha privilegiado la acción política (la suya muy distinta, por cierto, a la “profesional”) y ha relegado el uso de las armas. Desde los Diálogos de San Andrés Larráinzar, todo lo que han hecho ha buscado que le den pretextos para la renuncia definitiva a la vía armada y, como lo han señalado ellos mismos, desaparecer como ejército y organización político militar.

La realidad, terca, se ha impuesto y les ha hecho ver que no pueden desarmarse; que pueden seguir construyendo su proyecto de liberación de manera pacífica pero que junto al micrófono, el lápiz, el libro, el hacha y el machete deben conservar el fusil.

Buscan la paz verdadera: la que puede conseguirse únicamente sin claudicar en sus demandas que los llevaron a alzarse hace casi 23 años. Muchos son los éxitos que han logrado como movimiento: ejercer en los hechos la autonomía, elevar los niveles de educación, salud, alimentación y bienestar en las zonas donde gobiernan. Además, mantenerse como la mayor organización guerrillera que, desde la Revolución Mexicana, existe en el país. Cifras oficiales reconocen alrededor de 50 mil “bases de apoyo” zapatistas. Habría que sumarles el respaldo que reciben de partidos políticos sin registro, organizaciones sociales, colectivos y personas en lo individual que les son solidarios. Podríamos encontrar un amplio espectro en toda la geografía mexicana e, incluso, internacional: desde anarquistas de varios tipos hasta religiosos de diversas órdenes y doctrinas, pasando por marxistas (de varias corrientes), posmodernistas y ambientalistas.

Sin algún fracaso puede atribuírsele a los zapatistas, estrepitoso incluso, es el de precisamente conseguir que las armas ya no sean necesarias como método de lucha. En 22 años se han embarcado en diálogos con el gobierno, con grupos de colonos, con maestros, trabajadores, campesinos… han hecho giras y caravanas por toda la República, han creado frentes y alianzas con la “sociedad civil”… Y nada ha sido suficiente. Han intentado un camino y luego otro. Y con lo que se encuentran es que no hay condiciones para abandonar la lucha armada. Si las dejan, el capitalismo seguirá expoliando a toda la nación (como de hecho ocurre) y ellos mismos y sus comunidades serán arrasados.

Hoy van por otro intento. Junto con el Congreso Nacional Indígena (CNI), el EZLN ha anunciado que buscarán construir una candidatura independiente a la Presidencia de la República. Será una mujer, de alguno de los pueblos indígenas de México, quien respaldada por todo este movimiento busque entrar en el juego electoral de cada 6 años.

No fue una decisión fácil. En los trabajos pasados del CNI se dio un amplio debate para aceptar la propuesta. Sucedieron fuertes discusiones entre la representación purépecha y otras delegaciones indígenas por este tema. Se tiene presente que los zapatistas habían rechazado y condenado cualquier esperanza de cambio por la vía electoral, por lo menos durante los últimos 12 años.

El comunicado que dio a conocer públicamente la determinación del CNI y el EZLN fue titulado “Que retiemble en sus centros la tierra”. Eso ya comenzó: hicieron retemblar a la política nacional con el anuncio. Curiosamente, los primeros en descalificar la candidatura fueron los de la izquierda electoral, que ven en la propuesta zapatista el intento de restarles votos. Vaya miopía que les impide ver y aceptar que desde hace mucho, mucho, tiempo, la mayoría de quienes simpatizan con el EZLN y se organizan entorno a sus propuestas nunca votará por esos partidos llámense (de la Revolución Democrática, PRD, antes, y hoy Movimiento Regeneración Nacional, Morena), como tampoco por las demás ofertas del rebasado sistema político (Revolucionario Institucional, PRI; Acción Nacional, PAN, y sus satélites). Una vez que se formalice la candidatura y se conozca la propuesta se podrá esperar la descalificación de todo el espectro político electoral.

Luego de 2 días de debates, la totalidad de las delegaciones indígenas presentes decidieron llevarla a consulta en las comunidades. Es importante recordar que el CNI es una organización que se ha aglutinado a convocatoria del EZLN pero que éste no controla. En el comunicado dice: “Este Quinto Congreso Nacional Indígena determinó iniciar una consulta en cada uno de nuestros pueblos para desmontar desde abajo el poder que arriba nos imponen y que nos ofrece un panorama de muerte, violencia, despojo y destrucción”.

Con la candidatura no se aspira al poder, sino intensificar la lucha de los pueblos indios de México e incrementar la fuerza nacional indígena y popular que permita frenar y combatir el avance capitalista sobre los territorios. La lucha anticapitalista sigue con todos los recursos, pacíficos aún, disponibles.

Fragmentos

Esta semana se cumple 1 mes del inicio de la huelga de hambre de presos anarquistas, libertarios y políticos en cárceles de la Ciudad de México y Oaxaca. Los jóvenes fueron detenidos en el contexto de movilizaciones sociales. El silencio de autoridades y consorcios mediáticos es inversamente proporcional a la solidaridad que reciben de colectivos, organizaciones y familiares. Luis Fernando Bárcenas Castillo, Abraham Cortés Ávila, Luis Fernando Sotelo Zambrano, Jesse Alejandro Montaño Sánchez, Roque Coca y Miguel Ángel Peralta Betanzos mantienen su lucha contra el sistema carcelario intra y extramuros.

Zósimo Camacho

[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ZONA CERO]

Contralínea 511 / del 24 al 29 de Octubre 2016

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