Recientemente surgió en Jalisco un grupo abiertamente pronazi donde militan jóvenes panistas de esa entidad, lugar donde tradicionalmente han proliferado los grupos de la extrema derecha.
Además, a lo largo de su historia, el Partido Acción Nacional (PAN) ha cobijado a personajes de las diferentes tendencias derechistas, incluyendo las de simpatías pronazis.
Dichos pronazis reivindican la figura de Hilter, pero, como es usual en el neonazismo latinoamericano, tratan de adaptar su ideología al catolicismo predominante en la región.
Significativamente, ese brote nazista tiene lugar luego del sexenio de Felipe Calderón, en que la ultraderecha católica gobernó el país y promovió un militarismo que en sí tiene afinidad con la mentalidad pronazi.
Si bien el nazismo no tiene en nuestro país raíces históricas profundas ni la posibilidad de ser la fuerza derechista dominante, es preocupante su persistencia y crecimiento en algunos sectores de la sociedad, así sean pequeños.
El Movimiento Nacionalista Mexicano del Trabajo
En noviembre de 2013 surgió en Jalisco el Movimiento Nacionalista Mexicano del Trabajo, integrado por jóvenes militantes y simpatizantes del PAN y con la finalidad de “proteger a las familias tradicionales, a la religión católica-cristiana [sic], a los micro, pequeños y medianos empresarios, [y para] reescribir la historia por medio del revisionismo” [doctrina que niega el genocidio perpetrado por el régimen alemán durante la Segunda Guerra Mundial]” (http://www.vanguardia.com.mx/jovenespanistascreanorganizacionneonazivancontragays-2101684.html ).
Los panazis dicen profesar el “nacionalhumanismo”, que, según su decir, es una “alternativa política” ante el “capitalismo en manos sionistas” y ante la “democracia, que es un arma para intereses de unas cuantas personas”.
El nuevo movimiento pronazi está encabezado por Juan Barrera Espinosa, consejero estatal estudiantil de Acción Juvenil-PAN Jalisco, y quien el pasado 20 de abril convocó a sus “camaradas”, por medio de las redes sociales, a celebrar el 125 aniversario del natalicio de Adolfo Hitler. El joven panista destacó un mensaje del entonces führer: “Yo sólo puse en práctica la política que la Iglesia Católica tuvo hacia los judíos durante siglos” (ídem).
El llamado fue secundado por 16 jóvenes jaliscienses, entre los que se hallan simpatizantes del PAN e integrantes del Pentathlón Deportivo Militarizado Universitario de dicha entidad.
Rápidamente, el Pentathlón se deslindó del grupo neonazi de Jalisco y, aunque reconoció que al menos uno de ellos formó parte de sus filas, aclaró que fue expulsado en septiembre de 2013 por actos de indisciplina.
También el PAN jalisciense rechazó tener vínculos con grupos de ideología pronazi, a pesar de que algunos de sus militantes la profesen. Pero no es la primera vez que militantes del PAN muestran esas tendencias, sino que es un fenómeno recurrente en dicho partido, como corresponde a su naturaleza derechista.
Por ejemplo, a principios de 2013, se dio a conocer que Juan Peña Neder, funcionario de la Secretaría de Gobernación en el sexenio de Calderón, lideraba una sociedad secreta de tipo fascista y antisemita, partidaria de la supremacía aria (Reforma, 16 de enero de 2013).
En lo que respecta a los panazis jaliscienses, sus ideas subrayan el antisemitismo y el anticomunismo, que fueron elementos importantes del nazismo encabezado por Hitler.
Además, exhiben tendencias homofóbicas, que fueron un rasgo del nazismo histórico y lo son hoy de la derecha católica, por lo que proponen “abolir la propaganda-adopción-marchas-matrimonios homosexuales”.
Crecimiento del nazismo
El nazismo como tal difícilmente puede prosperar en un país como México, donde predomina el mestizaje y donde ese tipo de ideologías no tiene raíces históricas profundas.
Por ello, es difícil que las expresiones nazistas y fascistas lleguen a experimentar en nuestra tierra un crecimiento y un resurgimiento como el que han tenido en países de Europa, donde uno de sus detonantes ha sido la manipulación del odio racista contra la inmigración proveniente de África y del mundo árabe.
Sin embargo, desde hace décadas ha habido algunos simpatizantes del nazismo en México; a veces se trata de personas aisladas, a veces de pequeños grupos que a su vez anidan en organizaciones derechistas más amplias como el PAN.
El internet es un medio de expresión que se caracteriza por permitir la libertad de expresión y, por su carácter internacional, global. Los blogs y las redes sociales facilitan la organización e identificación mutua de militantes de las ideologías más diversas, incluyendo el nazismo.
Dado que esa ideología es rechazada ampliamente por la sociedad, a veces sus simpatizantes no se atreven a manifestarse en público como tales, pero sí tienen confianza de hacerlo en el relativo anonimato que brinda el ciberespacio.
Por ello, alrededor de un centenar de pronazis se manifestaron en internet a favor de sus compañeros de Jalisco. Es un número insignificante en comparación con la población de México, pero grande si lo comparamos con los contingentes, aún más raquíticos, de las huestes que abiertamente salen a los espacios públicos como militantes del nazismo o de otras tendencias ultraderechistas.
Según la página Animal Político, “el pasado lunes, 30 de junio, un centenar de internautas expresó su solidaridad con los integrantes del así denominado Movimiento Nacionalista Mexicano del Trabajo”, luego de que se diera a conocer el surgimiento de dicho grupo juvenil de orientación fascista, en el estado de Jalisco (http://www.animalpolitico.com/2014/07/internautas-y-servidores-publicos-se-solidarizan-con-nazis-de-jalisco/#axzz36KSlFm9f ).
El mensaje de solidaridad de los pronazis dice: “Todo nuestro apoyo a los camaradas del Movimiento Nacionalista del Trabajo. ¡Brazo en alto!” Y va acompañado de una fotografía de los jóvenes jaliscienses de dicha agrupación, en la que aparecen posando dentro de las instalaciones del Partido Acción Nacional en Jalisco.
A su vez, dicha fotografía lleva la leyenda: “Un ejemplo de valientes nacionalistas. Pedimos: justicia. Nuestra lucha continúa. ¡Brazo en alto!” Y va con el encabezado “Imperio Nacionalista Mexicano”.
Entre los internautas que se solidarizaron con los panazis de Jalisco, hay uno que afirmaba trabajar en la Secretaría de la Defensa Nacional y otro que se presentaba como empleado administrativo del gobierno de Oaxaca, así como dos usuarios de Argentina, dos de Colombia, uno de Uruguay y otro de España, países donde las corrientes nazis y fascistas han tenido mayor presencia que en México.
“El mensaje fue suscrito también por un integrante del grupo de seguridad privada Lobos, que presta servicios en los eventos de la empresa OCESA [Operadora de Centros de Espectáculos, SA], así como un contratista de la empresa de suministros bélicos Blackwater.”
Blackwater fue una de las empresas bélicas que apoyaron con entusiasmo la política militarista y las agresiones de George Bush contra varias naciones del mundo.
Otro cibernauta, que se identifica como empleado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, proporciona en un comentario a una página de internet un punto de vista de moderada simpatía hacia el nazismo en estos términos: “No es mala la ideología del nacional socialismo en sí, en estricto apego a las cuestiones políticas y económicas, mas no sociales, y específicamente en el tema ?raza’, catalogando a los seres humanos por su color de piel. Por algo sacó a la Alemania de la quiebra económica…”
El hecho de que el reciente surgimiento en Jalisco del mencionado grupo pronazi haya motivado reacciones de apoyo de sus partidarios, que están perdiendo el miedo de dar a conocer sus ideas, indica que las corrientes pronazis siguen vivas en México y que quizás en los últimos años han aumentado en alguna medida sus contingentes.
No es raro que lo anterior suceda en este momento, luego del sexenio de Felipe Calderón, en el que abiertamente se promovió el militarismo, que es uno de los pilares del nazismo, además de que la llegada al poder del PAN en 2006 fue precedida por una intensa guerra sucia contra López Obrador y sus partidarios, misma que incluyó ataques racistas contra quienes se oponían al PAN.
Por otra parte, la glorificación incondicional del éxito material por encima de consideraciones éticas es un aspecto del mundo moderno que puede propiciar un resurgimiento del nazismo, pues en su tiempo lo que Hitler y sus secuaces ofrecían a los alemanes era precisamente una recuperación material, aunque fuera a costa del totalitarismo y del genocidio.
En suma, dadas las raíces históricas y culturales de México, difícilmente el nazismo puede crecer desmesuradamente, o convertirse en una opción importante de la geometría política, pero los hechos recientes muestran su preocupante persistencia e incluso crecimiento en nuestro país.
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
Edgar González Ruiz*
Contralínea 396 / 27 de Julio al 2 de Agosto