I. Con su original periodismo de investigación de toda su vida como atrevidísima reportera, Sanjuana Martínez nos ofrece en su penúltimo libro: Soy la dueña, una historia de poder y avaricia, la veracidad de los hechos de la actriz de Televisa y novia-esposa del Peña desgobernador del Estado de México (la cueva de Atlacomulco con la divisa de la corrupción del sistema presidencialista: “un político pobre es un pobre político”), que por las transas electoreras permanece a caballo entre Los Pinos y Palacio Nacional. El matrimonio arreglado al igual que telenovela, ha puesto a la señora Angélica Rivera Hurtado como primera dama de la monarquía sexenal. Si Peña completa el periodo, tambaleándose entre seguir “jodiendo” al país o tener que renunciar al finalizar su cuatrienio para dar paso a un presidente interino y otro sustituto. O esperar el desenlace del 2018 y la inminente derrota del PRI con alianzas y coaliciones, para sepultarlo en una fosa clandestina más “cualesquiera que sean los grupos que ahora triunfen”.
II. El texto disecciona a “la dueña” de lo que fue “la casa blanca”; el palacete que sería la mansión de retiro de los Rivera-Peña, gracias a la transa-donativo-soborno del empresario peñista: Hinojosa Cantú, por los favores recibidos del desgobernador estatal y federal. En casi 300 páginas y ocho capítulos, la penetrante reportera completa el retrato de la ex estrella de Televisa –alias “el burdel más grande”–; convertida en un astro-satélite del sol que se apaga del presidencialismo-priista, con su último emperador de Atlacomulco. En el lienzo aparecen las manchas de la corrupción de los dos, pues la “Gaviota” no pudo cruzar el pantano de esa corrupción. Cayó y ya no pudo alzar el vuelo, a pesar de sus lágrimas (de actriz) en Televisa para autodefenderse y justificar lo injustificable. Sanjuana Martínez pregunta, busca… y encuentra dándola a conocer, de la telenovela a su matrimonial realidad de “poder y avaricia”. Creación y recreación narrativa, ésta es una reseña crítica del periodo Peña-Rivera (como Sahagún-Fox, Calderón-Margarita, Zedillo-Nilda), donde aparece el zar pro-corrupción: Virgilio Andrade y su servilismo, su divorcio, la persecución a su ex esposa y el exilo de ésta para eludir la venganza del peñismo-riverista, para proteger al Virgilio que protegió a los esposos… sólo para exhibirlos más, como un par tal para cual.
III.- Soy la dueña. Una historia de poder y avaricia es un texto muy bien investigado, con entrevistas e hilando hechos sobre la primera dama del peñismo, cuando menos desde el 27 de noviembre de 2010 –Saúl López nos obsequia la foto de la boda en las páginas centrales–; a la fecha, cuando se habla de la posible renuncia de Peña… y hay rumores de su divorcio, tras dos bodas religiosas de ambos. La investigación de la reportera no deja sin escarbar, con sus preguntas incisivas, sus puntos de vista y su nutrida documentación aferrada a los hechos, de la “Gaviota” en su papel de pareja. Sanjuana Martínez también nos muestra su profesionalismo como reportera gráfica, para ilustrar su trabajo de periodista completa; por el que ha padecido acoso judicial y amenazas para tratar de intimidarla. Pero ella no ha variado su conducta, ejerciendo hasta las últimas consecuencias los derechos de las libertades de prensa, que la hacen la periodista que es. Este libro la muestra a la vanguardia para ventilar los asuntos que importan y a la defensa siempre de las injusticias, de los abusos del poder público y las corrupciones que, con nombres y datos navegan con toda impunidad.
Ficha bibliográfica:
Autora: Sanjuana Martínez
Título: Soy la dueña. Una historia de poder y avaricia
Editorial: Planeta Mexicana. Temas de Hoy. 2016
Álvaro Cepeda Neri
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: EX LIBRIS]
Contralínea 515 / del 21 al 26 de Noviembre 2016