I. Casi no hay frase ni verso en la creación poética y en prosa del inmortal Rubén Darío donde la palabra-concepto Azul no aparezca. Lo cual se deduce de la lectura de su obra, con la que mantuvo su más fascinante romance. Si se está interesado en la palabra Azul, hay que consultar el monumental Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico (editorial Credos) de Joan Corominas y José A Pascual, donde se nos ilustra que probablemente sea una voz de origen árabe usada como adjetivo de color. Es el quinto color del espectro entre el verde y el añil; y se aplica al color tanto del cielo como del mar, como en el Danubio azul del vals de Johann Strauss. Al nicaragüense universal Rubén Darío, de quien se recuerdan los 100 años de su fallecimiento biológico y cuyo nombre fue: Félix Rubén García Sarmiento, debió cautivar tanto ese color que lo describió en todos los tonos que existen. Y así también tituló su primer libro con poemas y prosas, en 1888; y al que hay que entrar para conocer el pincel poético con el que todo lo vuelve azul, azules, azulado.
II. Rubén Darío es un poeta de entre las cumbres del romanticismo clásico. El amor por lo femenino. El eterno femenino lo hace decir los versos más hermosos sobre el amor, que después Pablo Neruda llevaría a expresiones maravillosas. Darío publica: Prosas Profanas y Cantos de Vida y Esperanza. Describe el sentimiento que le produce la belleza que encuentra, y lo plasma en su poesía y en su prosa: “No puedo hacer prosa que no me salga de lo hondo del corazón”. Compartiéndonos la visión de un “jardín azul”. Lector y escritor incansable, logra crear y recrear con la palabra escrita un mundo de literatura innovadora. Darío es un grandioso poeta, para ser leído siempre, aunque pasen los años rozando su inmortalidad de genial versificador. Nunca hastía su lectura amorosamente erótica, con una concepción de la vida que vislumbra lo moderno. Por el contrario, invita a releerlo como si siempre fuera la primera vez. Ahora se han publicado sus Poesías completas por donde el lector hallará los versos “Al lector: Lector: si oyes los rumores/de la ignorada arpa mía/oirás ecos de dolores;/mas sabe que tengo flores/también de dulce alegría”. Y así es.
III. Pero siempre versos primorosos que encantan, turban y estremecen: “Y en una tarde triste de los más dulces días/la Muerte, la celosa, por ver si me querías/¡como a una margarita de amor, te deshojó! Darío nos comparte su poema genial: “A Margarita Debayle… te voy a contar un cuento… y una gentil princesita/tan bonita/Margarita/tan bonita como tú”. O el Darío de aquellos versos: “Juventud, divino tesoro,/¡ya te vas para no volver!/Cuando quiero llorar, no lloro… /y a veces lloro sin querer”. Todos los poemas de Rubén Darío estremecen. “Yo soy aquel que ayer nomás decía/el verso azul y la canción profana… Yo supe del dolor desde mi infancia;/mi juventud… ¿fue juventud la mía?/sus rosas aún me dejan su fragancia,/una fragancia de melancolía”. Son doce libros de poemas con miles de versos donde Darío renueva la poesía que todavía mantiene su frescura, como si fueran escritos cada vez que vamos a los libros donde volcó sus pasiones, tan universales que por eso permanecen. Por eso, nada hay como visitar sus páginas durante la primavera, el verano, el otoño y el invierno de nuestras vidas. Murió hace 100 años el Rubén Darío de carne y hueso. Pero vive y sobrevive el poeta de versos y prosas que siguen maravillando, atrayendo y conmoviendo por los sentimientos que son tan suyos como nuestros.
Ficha bibliográfica:
Autor: Rubén Darío
Título: Poesías completas
Título: Azul, cuentos y poemas en prosa
Título: Los raros
Editorial: Aguilar
Álvaro Cepeda Neri
[BLOQUE: MISCELÁNEO][SECCIÓN: EX LIBRIS]
Contralínea 519 / del 19 al 25 de Diciembre 2016