Periodistas de todo el mundo firmaron una carta dirigida a Enrique Peña Nieto para demandarle que no permanezca al margen de los miles de homicidios, entre los que hay cientos de atentados con privación de la vida de reporteros del gremio periodístico. La inseguridad criminal, liderada por el narcotráfico –a pesar de las declaraciones de Miguel Ángel Osorio Chong– no ha disminuido y no hay día que no haya asesinatos, con todo y que marinos y soldados con las policías andan por todo el territorio sin que las instituciones financieras toquen el patrimonio de los delincuentes; siendo que el principal de ellos dizque escapó por un túnel, con la complicidad de funcionarios y el descuido-negligencia de otros. Los periodistas también son víctimas de esa aterradora inseguridad; y lo que es peor, hasta de los desgobernadores y presidentes municipales, como sucede en Veracruz, donde Javier Duarte de Ochoa y sus imitadores locales han hecho un coto para desatar abusos que impidan las libertades de prensa.
[blockquote pull=”right” align=”left” attributed_to=”” attributed_to_url=”{{attributed_to_url}}”]The New York Times le pidió a Peña que se deslinde de Javier Duarte, en cuyo periodo han sido asesinados 14 periodistas y unos 37 se han exiliado”[/blockquote]
El texto tuvo amplia difusión en los medios de comunicación mundiales. Y The New York Times, en valiente editorial, le pide a Peña que se deslinde del desgobernador Duarte, en cuyo periodo han sido asesinados 14 periodistas y más de 37 han tenido que abandonar sus trabajos y emigrar a la capital del país, donde el reportero gráfico Rubén Espinosa, perseguido por el duartismo y sus lacayos, fue vilmente asesinado como para hacerle saber a la opinión pública que nadie escapa al terrorismo veracruzano. Encabezados por La Jornada, que desplegó la carta en su primera plana, los periódicos mexicanos dieron noticia de ella (Reforma, El Universal y Excélsior 17 de agosto de 2015; también el diario español El País).
[blockquote pull=”left” align=”left” attributed_to=”” attributed_to_url=”{{attributed_to_url}}”]Periodistas de todo el mundo piden garantizar el esclarecimiento inmediato y efectivo de los asesinatos contra Rubén Espinosa y demás periodistas[/blockquote]
“Los periodistas en México enfrentan una decisión terrible: autocensurarse o ser silenciados por una bala”, escribió The New York Times. Y le echan en cara a Peña la impunidad que prevalece en el país ante la pavorosa inseguridad que cobra la vida de los mexicanos, porque los gobernantes no cumplen con sus obligaciones primarias: garantizar la paz social, aprehender a los delincuentes e impartir justicia pronta y expedita. En cambio impera la impunidad. No hay control político democrático de los desgobernadores, quienes reunidos en la Conferencia Nacional de Gobernadores se han alzado con un poder absoluto en sus entidades pisoteando el orden constitucional estatal y federal.
“Los reporteros mexicanos, en particular, viven en peligro mortal”, le dicen a Peña en la carta. “Las organizaciones criminales, los funcionarios de gobierno corruptos, y un sistema de impartición de la justicia incapaz siquiera de determinar la responsabilidad de los asesinos, son la causa de la extrema vulnerabilidad de los reporteros […] La capital del país –recalca el texto– era considerada uno de los últimos lugares seguros para el ejercicio periodístico. Pero ahora no parece haber santuario alguno para los reporteros perseguidos en México”. Los firmantes del documento le reclaman a Peña “garantizar el esclarecimiento inmediato y efectivo de los asesinatos contra Rubén Espinosa y la enorme cantidad de periodistas en México que han caído como él”. Y le exigen la revisión inmediata de los mecanismos para la protección de periodistas y el compromiso efectivo del gobierno peñista para garantizar la libertad de expresión en México.
La respuesta de Peña a tan sentida petición consistió en remitirla a la Secretaría de Gobernación, para que el subsecretario de Derechos Humanos participe en lo que no sólo parece, sino que son, las amenazas cumplidas contra el reportero Espinosa. No hay duda de que las libertades de prensa son un estorbo para el peñismo y para los desgobernadores. De aquí la impunidad y la corrupción. Una y otra sólo prosperan en un contexto de censura a la información, desprecio a la crítica y permitir que los periodistas sean otras víctimas de las que por miles ya existen en el país. La nación enfrenta el incumplimiento de las obligaciones de funcionarios municipales, estatales y federales, que han convertido el estado de derecho en un Estado consecuente con el neoliberalismo económico (“dejad hacer, dejad pasar”). La impunidad total y balas contra el pueblo en general.
*Periodista
[BLOQUE: OPINIÓN] [SECCIÓN: DEFENSOR DEL PERIODISTA]
Contralínea 461 / del 02 al 08 de Noviembre 2015
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