A pesar de los aparentes signos de un mejor desempeño de la economía mundial y de la recuperación del dólar frente al euro, la crisis y la especulación campean a sus anchas en ambos lados del Atlántico. En Estados Unidos, tan sólo este año, 20 bancos más se han declarado en quiebra. Aunado a ello, la creación de empleos en Estados Unidos sigue estancada. La prensa internacional señala que retornar al nivel de desempleo previo a la recesión podría demorar cinco años más.
En Europa, Grecia sufre los embates especulativos de los sicarios financieros al servicio de la banca internacional y el euro cae frente al dólar a niveles inéditos. Cuando la situación es ya insostenible, el jueves 25 de marzo, los países de la zona euro liderados por Francia y Alemania, junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), deciden apoyar al gobierno griego con cerca de 29 mil millones de dólares, con lo que se espera tranquilizar los ánimos de los especuladores y salvar al euro, lo que de cualquier manera no impedirá que la población de ese país pague los platos rotos de un festín financiero en el que no participó.
El dólar estadunidense se recupera desde noviembre de 2009: podría llegar a cotizarse hasta en 1.20 dólares por euro si el plan de rescate para Grecia no funciona correctamente. Esto sólo puede explicarse con base a la especulación desenfrenada que llevan a cabo los sicarios financieros que operan bajo el cobijo de los grandes bancos instalados en Wall Street. Mientras tanto, el desempleo corroe la estructura de los sectores económicos de Estados Unidos.
Tom Raum, en su artículo “EU: recuperar los empleos perdidos podría demorar 5 años”, publicado por Associated Press, el 20 de febrero pasado, advierte que a pesar del plan de recuperación económica del presidente Obama, por un monto de 787 mil millones de dólares, no se ha logrado evitar que casi 15 millones de estadunidenses se encuentren en el desempleo. El problema es mayúsculo, puesto que este año, señala Raum, sólo se crearán 95 mil puestos de trabajo de los más de 10 millones de empleos necesitados. Esto llevó al presidente estadunidense a solicitar cerca de 300 mil millones de dólares para continuar con el pago de compensaciones para el seguro de desempleo. Aunado a ello, el crédito continúa varado, el valor de los bienes raíces sigue en picada y los desalojos, en aumento. Incluso el Wall Street Journal ha llegado a hablar de una desarticulación de la cadena industrial estadunidense, como resultado de la desaparición de subcontratistas.
Para comprender el momento actual caracterizado por una alta especulación financiera, es conveniente retomar lo que John Perkins, execonomista en jefe de una prestigiosa firma consultora internacional, publicó bajo el título “Confesiones de un sicario económico” (J Perkins, “Confessions of an economic hit man”, A Plume Book, Paperback edition, january, 2006), la cual se mantuvo durante más de un año en la lista de los libros más vendidos según el New York Times. En sus confesiones, Perkins habla del “fracasado” modelo estadunidense y lo califica de “capitalismo depredador” con base en los tres principios esenciales de la teoría de Milton Friedman, adoptados por los sicarios financieros:
1) La única responsabilidad de la empresa es maximizar la ganancia, sin importar los costos sociales o ambientales asociados; 2) las empresas no deben ser reguladas porque las regulaciones interfieren con la generación de ganancia; 3) todo debe ser privatizado.
A lo anterior, Tom Raum agrega valiosas consideraciones personales: “La verdad es que nosotros en Estados Unidos actuamos de una manera terriblemente irresponsable. Hemos abusado del liderazgo que adquirimos luego de la Segunda Guerra Mundial, y hemos colocado a altos ejecutivos y políticos sociópatas en un falso pedestal, al glorificar su exceso de riqueza, múltiples mansiones, mega yates y lujosos aviones privados. Por años, hemos dado poder a estas personas para crear un sistema que es groseramente despilfarrador, abiertamente despiadado y, ahora sabemos, totalmente autodestructivo”.
Las bajas cotizaciones de la divisa europea no se habían registrado desde mayo de 2009. A partir de entonces se debilita progresivamente como resultado de los problemas fiscales y presupuestarios de los países en la zona del euro. En los dos meses previos a la redacción de este análisis, la moneda europea se había abaratado más de 11 por ciento.
Aparentemente, el origen del problema del euro es la preocupación de los inversionistas en torno a los déficits presupuestales registrados en 2009 por parte de varios países europeos: Portugal, 9.3 por ciento de su producto interno bruto; España, 11.4 por ciento, y Grecia, 12.7 por ciento. Pero en realidad, la respuesta a los problemas del euro se encuentra en el origen mismo de la crisis presupuestaria y fiscal de Grecia. Veamos: el domingo 14 de febrero, The New York Times da a conocer que Goldman Sachs, uno de los grupos financieros más grandes del mundo, apoyó al gobierno de Grecia en ocultar a las autoridades de la Unión Europea, por 10 años, miles de millones de euros en deuda por medio de los altamente especulativos hedge funds (fondos de cobertura) y los credit default swaps (seguros de incapacidad de pago).
Sucede que Grecia cayó en la trampa y se endeudó con la banca internacional a plazos muy cortos, por lo que se encuentra en riesgo patente de declararse en cesación de pagos. La mayor parte de los compromisos de pago fue contraída ante la banca de Francia y de Alemania, razón por la cual los gobiernos de estos países se vieron en la necesidad de planear el rescate financiero de esa nación.
La especialista Danielle Bleitrch, en un artículo publicado el 14 de febrero de 2010, en WordPress, nos explica el modus operandi de los sicarios financieros: “Los especuladores compraban dólares baratos, al mismo tiempo que planeaban la operación contra Grecia y comenzaron a vender euros cuando todos los demás hacían lo contrario. Hoy pueden comprar a 1.33 el euro que habían vendido a 1.50…”
Las transacciones iniciaron en 2001, indica The New York Times, en el momento en que Grecia se integraba a la zona euro. La maniobra tenía como objetivo presentar préstamos como si fuesen intercambios de divisas, con lo que el gobierno griego subsanaba sus déficits mientras que, paralelamente, gastaba por encima de sus posibilidades.
El diario neoyorkino agrega que a principios de noviembre pasado, un equipo de sicarios financieros de Goldman Sachs llegó a Atenas con una nueva propuesta que permitiría a este país enfrentar sus gastos inmediatos, pero que el gobierno griego finalmente no aceptó. Tres meses después, Grecia se convirtió en el epicentro de la preocupación mundial por la mala situación de sus cuentas públicas. The New York Times comparó la propuesta de Goldman Sachs con la que se aplica a los ciudadanos americanos que hipotecan sus casas para poder pagar las facturas de sus tarjetas de crédito. Cabe mencionar que la crisis griega desembocó, en la segunda semana de febrero, en una huelga de 24 horas en la que participaron cientos de miles de empleados del sector público, en rechazo a la imposición de las medidas económicas gubernamentales contra una crisis que su mismo gobierno provocó. Hasta el momento, los disturbios esporádicos continúan y se ve difícil tranquilizar a la población de ese país.
Una vez al descubierto la enorme deuda griega, los países de la zona euro decidieron, en la primera mitad del mes de febrero, apoyar a la economía griega con 25 mil millones de euros; de otra forma, la moneda europea sucumbiría ante el dólar, permitiendo el enriquecimiento de los especuladores internacionales. El 26 de febrero, el diario alemán Der Spiegel informó que Alemania participaría con 4 o 5 mil millones de euros. La situación era ya bastante delicada, pues existía una oferta en corto (inmediata), para vender 8 mil millones de euros, con lo cual se debilitaba más a esa moneda frente al dólar.
Finalmente, para el jueves 25 de marzo, Francia y Alemania aprobaron un plan de rescate para Grecia, apoyado por 16 países que emplean el euro, que por primera vez incluye al FMI, desde que se creó la zona euro en 1999 y que alcanza un monto de 22 mil millones de euros (29 mil millones de dólares) que podrán ser utilizados por el gobierno griego en caso necesario.
Todo indica que los bancos acreedores de los países europeos endeudados, antes de confirmar su rescate, aseguraron que los gobiernos respectivos impongan mayores medidas draconianas a sus ciudadanos, tales como el aumento de la edad de retiro y la imposición de más privatizaciones. También han ejercido presión para que Grecia venda sus reservas de oro, así como España y Portugal, que ya se encuentran en la mira de los sicarios.
Jorge Altamira, en su artículo “Una piñata que no es solo griega”, publicado por Argenpress del 16 de febrero de 2010, y retomado por el sito rebelión.org, profundiza en la problemática y nos explica que “las finanzas griegas están siendo sometidas a un ataque especulativo furioso, que deberá desembocar en una cesación de pagos abierta o disimulada”, pues “lo fundamental de la crisis griega no consiste en sus déficits fiscales, sino en la situación de bancarrota de sus acreedores –la banca internacional–, que afecta en especial a la de Alemania, Francia y la propia Grecia”.
En la lista de espera de este embate especulativo de los sicarios financieros que por ahora se ensañan contra la economía griega, y que es conocido como la piñata –en el cual todos la golpean hasta dejarla exhausta y sin recursos–, toca el turno en breve a la economía española y después a Portugal. Ambos países forman parte del grupo de naciones denominado peyorativamente por sus acreedores anglosajones bajo el acrónimo de los Pigs (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España).
A manera de conclusión, ante el desenfreno especulativo capitalista que desemboca en la destrucción de la riqueza de los pueblos y en el desempleo, cabe citar de nueva cuenta algunos pasajes de la obra de Perkins: “La historia indica que los imperios no son eternos. El imperio estadunidense no es la excepción. La única conclusión a la que una persona sensata puede llegar es que hemos creado un fracaso. Éste no es un modelo que pueda ser reproducido en América Latina, India o África (…). Una revolución se ha esparcido en América Latina. Diez países votaron por presidentes que han dicho ‘No’ a la explotación de corporaciones y gobiernos extranjeros. Y es particularmente necesario resaltar que cada uno de esos países tuvo gobiernos dictatoriales de estrechos vínculos con la CIA (Agencia Central de Inteligencia) durante muchos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial”. Perkins tiene razón, algunos países de América Latina, en especial los del Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, han iniciado un oportuno proceso para alejarse de los embates especulativos de los sicarios de la banca internacional por medio de diferentes mecanismos, entre los que destaca el uso de una nueva moneda común, el sucre.
*Doctor en derecho de la cooperación internacional por la Universidad de Toulouse I, Francia
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