La atención mundial está enfocada en la andanada de aranceles que, por medio de órdenes ejecutivas, ha impuesto el presidente Donald Trump en su “Día de la Liberación”.
Recetó la misma fórmula a la mayoría de sus “socios comerciales”, incluso en islas, donde sólo habitan pingüinos, como Keeling, Heard y McDonald, así como Norfolk, las cuales están habitadas principalmente por fauna silvestre.
Mientras la atención está en la guerra comercial, en el Oriente Medio se lleva a cabo un crimen de forma abierta y descarada. Los sionistas de Israel están rompiendo la tregua acordada el 21 de enero pasado. Han continuado sus ataques, su violencia genocida y su limpieza étnica en Gaza y Cisjordania.
El 18 de marzo, retomó los bombardeos sobre Gaza. Y ya han causado más de 1 mil muertes, de acuerdo con el Ministerio de Salud Palestina. Desde octubre de 2023, han muerto más de 50 mil personas; y otras 113 mil han quedado heridas, según cifras oficiales avaladas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Aunque, en realidad, han sido muchas más por la cantidad de desaparecidos y de cadáveres todavía sepultados entre los escombros. Como es sabido, la mayoría de las víctimas son mujeres, niñas y niños.
El 23 de marzo en uno más de sus descarados crímenes de guerra, la entidad sionista dirigió sucesivos ataques aéreos contra miembros de la Media Luna Roja (PRCS por sus siglas en inglés).
Asesinaron a 15 médicos y rescatistas, además de un miembro de la ONU, quienes realizaban tareas humanitarias dirigiéndose a la zona de Hashashin, en Rafah, con el objetivo de prestar primeros auxilios a varias personas heridas en la zona.
El lunes 7 de abril, la Media Luna Roja Palestina anunció que el convoy de ambulancias atacado por el ejército de Israel sufrió en realidad tres ataques separados de las fuerzas armadas.
La organización mostró un nuevo video grabado por uno de sus ambulancieros a la prensa en su sede en Ramala, centro de Cisjordania. En éste, asegura que una primera ambulancia fue objetivo del fuego de las tropas.
Después, el convoy que acudió en su busca fue víctima de los disparos y, en tercer lugar, el ejército disparó contra la última ambulancia que llegó para asistirlos, según informa el medio alemán DW.
Después, los sionistas estadunidenses e israelíes siguieron intensificado el genocidio y el terrorismo contra Palestina. El 24 de marzo, los ataques dejaron 61 palestinos muertos; el 2 de abril, asesinaron a 68 personas; y 6 de abril, bombardearon Khan Younis al sur de Gaza; mataron a 44 personas y dejaron decenas de heridos.
Los bombardeos de Israel, los asesinatos en masa, la destrucción de la infraestructura, el hambre y la sed revelan el intento de desplazar por la fuerza al pueblo palestino. Quieren despojarlos de su territorio; sin embargo, ellos resisten heroicamente, y lo seguirán haciendo.
Al poner en marcha sus siniestros planes, Estados Unidos e Israel se pusieron en contacto con tres países de África oriental, con el propósito de usar sus territorios como posibles destinos para reasentamientos forzados.
En un informe divulgado el viernes 14 de marzo el diario estadunidense The Associated Press ha revelado la determinación de ambos países de impulsar un plan para crear asentamientos en Sudán, Somalia y Somalilandia, donde ubicar a los palestinos desterrados de su propia tierra natal.
El mundo condena con indignación la expulsión de los habitantes de Gaza. También, repudia que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propone que su nación tome el control de la franja de Gaza, mientras expulsa a sus residentes a otros países, como “una transacción inmobiliaria”.
La oposición en el interior de Estados Unidos al apoyo de Washington en el genocidio es grande. En marzo, se realizaron manifestaciones masivas para condenar la complicidad y el financiamiento que el gobierno ha dado al régimen de Tel Aviv (más de 100 millones de dólares en una década). Además, denuncian y se oponen a la persecución y criminalización de las personas, colectivos y movimientos conscientes que apoyan a Palestina.
El gobierno de Donald Trump ha perseguido con especial saña a estudiantes y maestros de universidades, e incluso a alumnos internacionales acusándolos de ser una “amenaza para Estados Unidos”.
Como ejemplo de ello: Mahmud Jalil, impulsor de las protestas en la Universidad de Columbia en 2024, fue arrestado; ahora pretenden deportarlo. Esto condujo a la organización de una vistosa protesta en el vestíbulo de la Torre Trump en Nueva York, donde exigieron su liberación.
En las principales ciudades de Estados Unidos y Canadá, se han realizado miles de acciones en apoyo del pueblo palestino. En México, América Latina y el Caribe, Europa, Asia Occidental y África, en cada rincón del mundo, son constantes las movilizaciones para que cese el genocidio y se respete la soberanía palestina sobre su territorio, el cual ha ocupado progresivamente por Israel, desde 1948.
De igual manera, en su vecino Egipto, se han movilizado decenas de miles en las ciudades, en una exigencia de poner fin a la limpieza étnica y en apoyo al derecho de Palestina a existir.
Al mismo tiempo, el expansionista Israel ha desatado la guerra contra el Líbano, con bombardeos que han ido escalando desde 2023. El 25 de septiembre de 2024, Estados Unidos, la Unión Europea, Qatar y varios otros países pidieron un alto el fuego de 21 días entre ambos Estados.

El líder de Hezbolá, Nasralá, expresó su acuerdo con esta propuesta de alto el fuego. Sin embargo, el 27 de septiembre, fue asesinado por Israel, y el 1 de octubre comenzó la invasión sionista por tierra.
Desde finales de octubre, se propuso un alto el fuego de 60 días. Pero el ente sionista dilató el acuerdo hasta el 27 de noviembre de 2024, fecha en que su gabinete de seguridad aprobó finalizar sus ataques. El entonces presidente estadunidense, Joe Biden, declaró ese día que el acuerdo estaba “diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades”…
Fue sólo una simulación, pues el 2 de diciembre Francia informó que Israel había violado el alto el fuego 52 veces. El 20 de diciembre, la agencia de noticias libanesa, National News Agency (NNA) denunció que, desde el 27 de noviembre, Israel había violado las condiciones del alto el fuego al menos 259 veces; como consecuencia, 31 personas fueron asesinadas, y otras 39, heridas.
Posteriormente, en abril, Esmail Baqai, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, indicó que “el régimen sionista ha cometido más de 2 mil violaciones de la tregua” en el Líbano. Igualmente, subrayó que estos continuos ataques y asesinatos de los ciudadanos libaneses violan la integridad territorial y socavan la soberanía del país.
Por otro lado, en Yemen, en una nueva campaña de agresiones que han iniciado Washington y Londres, al menos 31 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas en los ataques aéreos lanzados en la noche del sábado y la madrugada del domingo 23 de marzo, según el Ministerio de Salud de este país.
Los ataques, ordenados por el presidente estadunidense, Donald Trump, se producen en un claro apoyo de Washington al régimen israelí. Anteriormente, Yemen había declarado la reanudación de sus ataques con drones y misiles balísticos contra barcos vinculados a Israel, hasta que las autoridades sionistas levanten el bloqueo de la ayuda humanitaria a la Franja palestina, el cual fue anunciado el 2 de marzo.
El 15 de marzo pasado, Trump anunció ataques a gran escala contra el movimiento Ansarolá (hutíes), que controla el norte de Yemen. Desde octubre de 2023, ha llevado numerosos ataques contra embarcaciones mercantes y militares relacionadas con Israel, incluidos barcos estadunidenses.
Estados Unidos ha atacado decenas de infraestructuras vitales en Yemen desde ese día. A pesar de que funcionarios de defensa estadunidenses afirman que se están centrando en los sitios de lanzamiento y almacenamiento de misiles del movimiento popular yemení Ansarolá, los bombardeos han alcanzado zonas residenciales y matado a muchos civiles inocentes.
Por su parte, Yemen ha prometido dar una respuesta contundente a los agresores. Asimismo, aseguró que los bombardeos no socavarán su compromiso con la defensa del pueblo palestino ante Israel.
La solidaridad internacional no se ha hecho esperar. El canciller iraní, Seyed Abás Araqchi, condenó la nueva agresión de Estados Unidos y Reino Unido a Yemen, el 23 de marzo. E indicó que la guerra contra el pueblo resistente yemení está abocada al fracaso.
En los días que corren, Estados Unidos sigue bombardeando Yemen. El 5 de abril, se realizó una denuncia en su contra, porque sus cazas atacan indiscriminadamente a la población. Han matado a campesinos yemeníes con el pretexto de combatir a Ansarolá.
Otro blanco en la zona ha sido Irán. Hace casi siete años, el 8 de mayo de 2018, Trump rompió el pacto nuclear y restableció las sanciones. Con ello, fracturó la armonía internacional.
En un giro inesperado, el 8 de marzo de 2025, Trump anunció que pretendía negociar un programa nuclear con Irán, luego de años de sanciones y agresiones.
Hay que recordar el asesinato por órdenes directas de Trump, de Qasem Soleimani en Bagdad, el 3 de enero de 2020. Él era el segundo hombre más importante del gobierno iraní y el más alto mando militar, como comandante de la fuerza Quds.
Las tensiones entre Estados Unidos e Irán y la injerencia del primero en la región han llevado a un clima de máxima tensión. Sin embargo, Abás Aragchi, ministro de Exteriores del país persa, ha declarado que el país de Oriente Medio mantendrá una postura abierta a un diálogo directo con la potencia capitalista acerca de su programa nuclear. Esto, siempre y cuando el gobierno encabezado por Donald Trump no ejerza una política de “máxima presión” contra Teherán, según reveló el periódico Sputnik.
Y en el colmo de los males, luego de continuos ataques a Irán, Trump lanzó amenazas terroristas de bombardearlos “como nunca se había visto” si el país no llega a un acuerdo sobre sus capacidades de desarrollo nuclear. “Si no llegan a un acuerdo, habrá bombardeos”, dijo a NBC, en una entrevista telefónica el 30 de marzo.
El 31 de marzo, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, respondió. Dijo que si bien Irán cree que un ataque estadunidense es poco probable, “si cometen alguna travesura, seguramente recibirán un fuerte golpe recíproco”. También, acusó a Estados Unidos de “intimidación”, y señaló que Irán “definitivamente no aceptará sus expectativas”.
Los crímenes de los sionistas no paran. Aún así, no han logrado, ni lograrán, nunca romper la resistencia y dignidad de los pueblos que atacan. El mundo apoya la resistencia palestina contra el genocidio estadunidense e israelí en curso. De igual manera, exige que cesen los ataques contra el Líbano, Yemen e Irán.
Crece la resistencia de los pueblos y la solidaridad mundial. Tiene que redoblarse para obligar a los gobiernos genocidas y a sus cómplices de Occidente a parar la agresión. Además, los criminales y sus secuaces deben ser castigados.
Tarde o temprano el triunfo será del pueblo palestino y de sus pueblos hermanos: Irán, Yemen y Líbano. En medio de las turbulencias actuales que causa Washington, la atención prioritaria debe centrarse en apoyar esta causa justa, en la que se juega el destino de la humanidad, como sucedió hace 80 años en la lucha contra el nazifascismo.
También en el siglo XXI, los genocidas serán vencidos, porque los pueblos y las naciones aspiran a un mundo donde no prive el terror y la muerte, sino la paz y la armonía internacionales que se basa en el respeto de los derechos de todas y todos.
Pablo Moctezuma Barragán*
*Doctor en estudios urbanos, politólogo, historiador y militante social
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