Edgar González Ruiz*
Los recursos de la Lotería Nacional (Lotenal), que deberían servir para la asistencia pública, se han estado usando, descaradamente, para beneficiar turbios intereses personales y políticos.
Los extremos a los que ha llegado esa corrupción resultan lógicos si se considera que vivimos bajo un gobierno sin compromiso social, movido sólo por el afán de lucro, por proyectos político-religiosos y por alianzas oportunistas como la existente con el Partido Nueva Alianza (Panal) y Elba Esther Gordillo, círculo de donde provienen los últimos directores de la Lotería.
El pasado 8 de abril se anunció la renuncia “temporal” del director de la Lotenal, Miguel Ángel Jiménez, luego de que se dio a conocer la tentativa de financiar con recursos de la institución propaganda del Partido Acción Nacional (PAN) en el sureste del país, lo que es sólo el último episodio de una historia de abusos y corrupción iniciada desde el foxismo.
En junio de 2004, el Partido Revolucionario Institucional señalaba el desvío de fondos por más de 100 millones de pesos de la Lotería Nacional, mediante el Fideicomiso Transforma México, para beneficiar a la Fundación Vamos México, de Marta Sahagún.
En ese tiempo, la directora era Laura Valdés Ruiz, amiga de la entonces primera dama. Su hermana, María Elena Valdés Ruiz, fungía como secretaria general de Vamos México.
Asimismo, la Lotenal apoyó a instituciones como la Universidad Anáhuac y Mano Amiga, de la multimillonaria orden de los Legionarios de Cristo; al Tecnológico de Monterrey, a Provida, a los Amigos de María, encabezada por María Inés Quesada Reynoso, prima de Vicente Fox.
El 13 de julio de ese año, Fox nombró como director de la Lotería a Tomás Ruiz González, expriista, allegado a la maestra Gordillo, y quien luego fungiría como dirigente nacional del Panal.
Durante los dos primeros años del gobierno de Calderón, el director de la Lotenal fue Francisco Yáñez Herrera, conocido como operador financiero de Elba Esther Gordillo, y quien dejó el cargo en medio de graves acusaciones de enriquecimiento ilícito, corrupción y tráfico de influencias.
Uno de los hechos que salieron a la luz fue el otorgamiento de un contrato por parte de la Lotenal al hospital Médica Londres, propiedad de Jorge Kahwagi, dirigente nacional del Panal, además de que Rafael Ochoa Valdivia, hijo del secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Rafael Ochoa Guzmán, aparecía en la nómina de la institución.
Lo peor de todo fue que en el marco de un gobierno que hace desmesurados alardes publicitarios de su pretendida “lucha contra el narcotráfico”, el titular de la Lotería fue acusado de interceder, en marzo de 2008, para que autoridades judiciales liberaran a Beatriz Enríquez Valles, detenida en Chihuahua por militares, junto con un grupo de narcotraficantes al servicio del cártel de Juárez.
El 19 de enero de 2009 se anunció el nombramiento de Miguel Ángel Jiménez Godínez, otro allegado a Gordillo, diputado y exdirigente del Panal, como nuevo director de la Lotenal.
Apenas dos meses después, Luis Alberto González Uribe, director editorial del Diario de Yucatán, denunció un intento de soborno por parte del PAN, con la participación del director de la Lotenal, que hizo a ese diario una oferta de propaganda política de Acción Nacional, por 3 millones de pesos, la cual posteriormente sería pagada con fondos públicos federales procedentes de la Lotería Nacional.
Como consecuencia de esa denuncia, el 2 de abril se conoció la renuncia de Jorge Luis Lavalle Maury como coordinador general de campaña de Mario Ávila Lizárraga, candidato del PAN al gobierno de Campeche, prospecto político que se vería beneficiado con el manejo fraudulento de los recursos de la Lotería. Y así sigue: en renuncia “voluntaria y temporal” del titular de la Lotenal.
También a principios de abril se registraron otros acontecimientos dentro de las huestes derechistas. Uno de ellos fue la salida de la titular de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos, Ana Teresa Aranda, exdirigente, del grupo ultraderechista Ancifem, (Asociación Nacional Cívica Femenina), para incorporarse a la política partidista del estado de Puebla, donde ha radicado.
Asimismo, en la ciudad de México fueron evidentes las maniobras de José Luis Luege, otro “yunquista”, exdirigente del Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana y actual titular de la Comisión Nacional del Agua, para darle un uso político electoral a los problemas de desabasto de agua en la ciudad, en plena semana santa, confirmando así que la ultraderecha no tiene escrúpulos._ * Maestro en filosofía y especialista en estudios acerca de la derecha en México.