Moreira pide 10 mil pozos para la exploración del shale gas en Coahuila

Moreira pide 10 mil pozos para la exploración del shale gas en Coahuila

¿Por qué en los municipios fronterizos de Piedras Negras, Hidalgo o Guerrero, en Coahuila, los pozos fracasan, pero apenas al cruzar el río, en los condados texanos, hay una nueva fiebre de oro negro?
 ¡Son las mismas formaciones geológicas! Un profesor de la Universidad Autónoma de Coahuila me cuenta que el estado parece un museo de geología: restos de dinosaurios han aparecido en los patios de las casas, los niños juegan con caracoles petrificados y hasta hay clubes de paleontólogos aficionados. Pero en ningún municipio estos vestigios son tan inquietantes como en Piedras Negras, porque al otro lado del puente que conduce a Eagle Pass, en el condado de Maverick, se han descubierto crudos ultra ligeros (véase Oil and Gas Journal, www.ogj.com/articles/2011/ 01/newfield-touts-maverick.htm).
 
En varios puntos de la geografía coahuilense las formaciones geológicas prometedoras afloran a la superficie; por ejemplo, en el kilómetro 21 de la carretera federal Piedras Negras-Ciudad Acuña puede observarse una amplia sección de la formación Eagle Ford Shale; también cerca de la cárcel de Piedras Negras afloran rocas de la formación Wilkox.
 
Al cruzar el Río Bravo, al Sureste de San Antonio, están los condados llamados DeWitt, Karnes y Gonzales, sólo ellos tres produjeron, en 2012, poco más de 300 mil barriles de aceite de lutitas, el 50 por ciento de la cuenca Eagle Ford Shale, convertida ahora en la “top producing shales in North America”.
 
En esta nueva zona petrolera de Estados Unidos, la principal empresa es Enron (posiblemente la misma que operó en California), que apenas inició perforaciones en 2008, es decir sólo se adelantó unos meses a Petróleos Mexicanos (Pemex).
 
Pero en contraste con los pozos mexicanos que sólo han encontrado escasos volúmenes de gas, Enron presume de su posición en la lista de las 100 empresas más exitosas de la revista Fortune y de que, año con año, ha incrementado los dividendos a sus accionistas; pregona también que entrega hasta 1 mil dólares por acre a los dueños de los ranchos donde opera y desde luego está a la vista la fiebre de construcciones de hoteles para los nuevos trabajadores y la derrama económica. Enron no es la única, pero sí la principal empresa, con 40 por ciento de los activos; otra es la australiana BHP Billiton, con 20 por ciento de las propiedades.
 
 
 
El área Eagle Ford es una franja de unos 50 kilómetros de ancho por unos 300 de largo y comprende unos 40 condados, además de los mencionados aparecen Mc Mullen, Webb, Wilson, Zavala, Edwards, Frio, ubicados en la llanura costera, muy cercanos al litoral del Golfo de México.
 
En Texas, además de la cuenca Eagle Ford, existen otras al Norte, como la Barnett, y más distante, cerca de la frontera con Canadá, una más llamada Marcellus; éstas en conjunto producían, hacia finales de 2012, casi 800 mil barriles de crudo, volumen similar a la de Ku Zaap Maloob, el supergigante mexicano.
 
Lo anterior ha contribuido al importante repunte de la producción petrolera de Estados Unidos, y ha sido utilizado en una campaña mundial para anunciar que aquel país alcanzará la autosuficiencia.
 
En contraste, desde mediados de 2012, Pemex empezó a replegarse de Coahuila, sin explicaciones comenzó a abandonar el proyecto de lutitas. Hoy, un rápido recorrido por la carretera permite ver los deteriorados letreros que anuncian los accesos a pozos que nadie sabe si quedaron abandonados o que, al no encontrarse condensados ni aceite, ni siquiera fueron “fracturados”, como los Galaxia, los cuatro pozos Hidalgo, el Centinela y algunos otros.
 
El gobernador Rubén Moreira exclamó, indignado, que debían perforarse 10 mil pozos; la nota, incluso, fue publicada en el periódico Vanguardia de Saltillo el 8 julio 2012. Por su parte, el gobernador de Chihuahua, en otra de las áreas abandonadas, pidió reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para permitir que fuera la inversión privada la que corriera los riesgos de la exploración, ya que Pemex se daba por vencido tan fácilmente (El Financiero, 13 de junio de 2012).
 
¿Por qué los pozos han fracasado del lado mexicano? En primer lugar la verdad es que no ha sido un fracaso total, puesto que se encontró algo de gas, pero sin duda hay un problema geológico: mientras en Coahuila sólo nos ofrece metano, a 200 kilómetros al Este, en los condados DeWitt y los otros vecinos, entrega propano, butano y otros hidrocarburos.
 
En segundo lugar, no debe omitirse que en Coahuila los pozos tienen un costo arriba de 20 millones de dólares cada uno; en contraste, los costos en Texas oscilan de 2 a 3 millones de dólares por pozo; no hemos concluido la explicación de esas tremendas diferencias, pero podemos adelantar que, mientras en México los pozos en lutitas pueden dilatar hasta 10 meses, en Texas los tiempos se han abatido a ¡11 días! También hemos encontrado que los texanos han realizado dos fracking (fracturaciones) simultáneamente; han ampliado la extensión del tramo horizontal del pozo y todo acompañado de disminución de costos.
 
Para concluir, es imprescindible señalar otro posible factor: el programa de exploración de lutitas en Coahuila coincidió con la agudización del secular conflicto con las bandas del narcotráfico: en abril de 2011, cuando el pozo Emergente iniciaba producción en el municipio de Hidalgo, el expresidente municipal, Fernando Duarte, fue levantado y asesinado; en 2012 ocurrió la gran fuga en la cárcel de Piedras Negras y también, en el municipio de Progreso –donde se perforaron los pozos Percutor y Arbolero– ocurrió el asesinato del señor Lazcano, el principal jefe de Los Zetas; el municipio de Guerrero, donde se perforó en lutitas el Montañés es considerado “la cocina” de Piedras Negras, porque en los ranchos se realiza la desaparición de cadáveres. ¿Será que este ambiente contribuye a gastos extraordinarios y a que las empresas contratistas eleven sus costos en México?
 
Todos estos temas están en el debate de la próxima reforma petrolera.
 
*Investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
 
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Fuente: Contralínea 318 / enero de 2013