No sale uno del asombro de los dislates de Enrique Peña Nieto cuando una vez más volvemos a encontrar un rosario de contradicciones en quien continúa sorprendiendo a propios y extraños. A los primeros, ya que una buena cantidad de priístas indicaron que no aceptarán sus imposiciones. A los segundos, porque es necesario preguntarse ¿qué ocurrirá de llegar a la Silla del Águila, de la cual ignora quién es el autor?
Al estar con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana ?uno de los más corruptos de acuerdo con una nota del diario Reforma (16 de enero pasado) ? expresó que habría sorpresas en Petróleos Mexicanos. Aunque tiempo atrás afirmó que abriría la paraestatal a la iniciativa privada. En una entrevista con articulistas del periódico El Universal (mismo día), aceptó que en la empresa nacionalizada por el general Lázaro Cárdenas se dé la libre iniciativa.
Es decir, el exgobernador del Estado de México habla de cosas diferentes de acuerdo al público que lo escucha. En ocasiones se muestra audaz, sin precisar cómo hacerle, y en otras simplemente tiene miedo de que lo critiquen o hasta desaprueben si siente que hay oposición. Pero en este asunto nodal no es el único en el que duda: en el de las telecomunicaciones señala: “Estoy a favor de que surja una tercera o cuarta cadena de televisión si el mercado y las condiciones de viabilidad lo permiten”. Y añade que “esto no está sujeto simplemente a una decisión de hagámoslo o no, sino a las condiciones de viabilidad del mercado, pero estoy a favor (sic dubitativo), creo que hay que abrir el mercado (resic que tiembla). En síntesis, sí pero no. Tal vez, a lo mejor. Pero lo más seguro es que quién sabe.
Como vemos, propio de un estadista que sabe a lo que se enfrentará, ha solicitado estudios y análisis de los problemas y está decidido, a enfrentarlos no obstante quien se oponga.
Igual que muchos jefes de Estado en el neoliberalismo, hay que encarar los retos siempre y cuando los organismos internacionales (el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) nos den luz verde. ¡Ah! Además los bancos, las televisoras, los comerciantes y las cámaras nos lo permitan, porque si los enfadamos entonces nos negarán el dinero para seguir adelante.
Otro apunte. No quiere que “las personas estén a expensas de los partidos y los gobiernos al recibir sólo dádivas”. ¡Bien por este muchacho!, hay que amarrarle las manos a todos para evitar el clientelismo nocivo que existe desde hace lustros. Sólo que más adelante, el esposo de Angélica Rivero, La Gaviota, asegura que no eliminará “el programa Oportunidades”.
Quizá su gran amigo, el expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien fue el creador del programa Solidaridad –el cual ha cambiado de nombre pero sigue con el sello de ayudar para ganar conciencias y votos–, lo haya aleccionado de que es mejor pájaro en mano (a través de un maíz hasta podrido) que ciento volando. Contradicción evidente.
Claro hay afirmaciones que son un monumento. Está en contra de los monopolios, pero se apoya en los sindicatos petrolero, magisterial, cetemista y un largo etcétera.
Eso sí, es congruente. Asegura que hizo bien el presidente Felipe Calderón en buscar la amnistía del director del Centro para el Estudio de la Globalización de la
Universidad de Yale, Ernesto Zedillo Ponce de León, en el caso Acteal. Y que haría lo mismo con Calderón si alguien quiere juzgarlo por su “guerra” contra el narcotráfico. Es decir, los de arriba siempre se protegen,
no vaya a ser la de malas de que algunos
acelerados busquen hacer justicia como le sucedió al exmandatario Luis Echeverría que estuvo encarcelado en su casa algunos meses. A los amigos, decía un prócer, “justicia y gracia; a los otros, la dura ley”.
En este tipo de cuestiones –quien administró una entidad donde ocurrió el mayor número de feminicidios en todo el país–, en las de gobernabilidad tenemos un atraso superior. No sólo se pronunció por un presidencialismo absoluto, sino que indicó que “una Cámara [legislativa] no puede ser rehén de la presencia importante y respetable que tengan [las] minorías, pero que tampoco están [dichas fracciones] para imponer su condición sólo por ser una minoría eventualmente virulenta, ruda, difícil”.
En un buen romance, cuidado quien discrepe conmigo: si llego al poder o lo someto mediante el dinero (como hizo con muchos en el Estado de México) o no les permitiré que se me insubordinen. ¿Negociaciones políticas?, ¿gobiernos de coalición?, ¿posiciones contrarias? Es el diccionario del nuevo político del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que ofrece una situación propia del cavernario Galindo antes de que existiera una reforma política.
Que se olvide Manlio Fabio Beltrones de su intento de modificaciones constitucionales: ya que el bloque peñista impedirá todo lo que no le satisfaga a ese mal lector, peor conocedor de la realidad nacional, aunque eso sí, aparentemente muy carismático y decidido a ganar de todas, todas, como expresó hace poco y ahora se le olvida.
La entrevista donde estuvieron José Antonio Crespo, doctor en historia del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas, AC (CIDE); Mauricio Merino, doctor en Ciencia Política del CIDE; Alberto Aziz, profesor e investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social; Sara Sefchovich, licenciada y maestra en sociología y doctora en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México, y otros da para más revela a un hombre intolerante y dubitativo.
Los resultados son claros: existe una rebelión en 13 entidades por las imposiciones de candidatos enriquistas a puestos de elección. En Chiapas, la senadora María Elena Orantes renunció al PRI y expreso que “los acuerdos de cúpula que ofenden los principios del partido han establecido entregar las candidaturas a representantes de otros partidos”, ya que el candidato a gobernador posible será alguien del Partido Verde Ecologista de México, Manuel Velasco, “y una senaduría se le dará a un funcionario de TV Azteca, Luis Armando Melgar”.
En Baja California, se quiere imponer en la senaduría a la esposa de Jorge Hank Rhon, María Elvia Amaya, cuyo equipo cercano fue detenido nuevamente en flagrancia por traficar especies de animales exóticos.
Sabemos bien que la televisión infla personas, aunque la realidad desinfla globos copetones.
*Periodista