En forma ominosa, el pasado 4 de junio los reporteros Karen de Young y Gregg Jaffe, del The Washington Post, rotativo del establishment estadunidense, refirió que la “guerra secreta” de su país “se ha expandido globalmente” a 75 países, donde las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) “cumplen un mayor papel”. No es un asunto menor que involucra a México, en la etapa entreguista y aciaga de Calderón Hinojosa.
La fuente proviene de los circuitos civiles y militares de la administración de Obama que “ha expandido en forma significativa una extensa guerra secreta contra Al Qaeda y otros grupos radicales”.
¿Dispondrá el terrorismo islámico sunnita de Al Qaeda –que no pocas veces parece un montaje hollywoodense– de tantos efectivos en los 75 países aludidos y/o intervenidos, entre ellos México? ¿Es de fiar la versión, que parece muy peregrina, de que Al Qaeda opera en México?
En la fase desastrosa para el petróleo mexicano –claro, no para su peculio personal– del regiomontano Fernando Elizondo Barragán, sucesor del michoacano Calderón Hinojosa en la Secretaría de Energía del gobierno foxiano, se había manejado en forma perversa que Al Qaeda podía bombardear las instalaciones de Petróleos Mexicanos. Por fortuna, todo quedó en una broma desinformativa presuntamente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de sus palafreneros locales (por cierto, muy abundantes y radiactivamente fáciles de identificar), quienes se encargaron de propalar la mentira.
Karen de Young y Gregg Jaffe citan específicamente la incrustación de Filipinas y Yemen, mientras que los “comandantes (sic)” de tales FOE clandestinas comentan sin tapujos que están siendo colocadas en Somalia.
Se desprende el interés de Estados Unidos por dos países –Yemen y Somalia– colindantes del superestratégico Bab Al Mandab (que en árabe significa “la puerta de las lágrimas”, que aplica escrupulosamente el gobierno Obama después de Baby Bush), que busca estrangular el transporte de petróleo con destino a India y China.
Mucha tinta tangencial ha sido derramada por los investigadores periodistas de Estados Unidos, como Seymour Hersh, quien puso en la palestra su operatividad en el Medio Oriente y cuya actividad clandestina se encontraba bajo el control de Dick Cheney, el superhalcón y exvice-presidente de Estados Unidos.
Los reporteros Karen de Young y Gregg Jaffe refieren que ahora, en la etapa de Obama, “existen planes para golpes preventivos (sic) y de represalias en numerosos lugares alrededor del mundo, diseñados para entrar en acción cuando una conspiración (¡super-sic!) ha sido identificada, o después de un ataque ligado a un grupo específico”.
Se infiere que la “conspiración” atentaría contra los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. Los gobernantes de los países anfitriones –no es descabellado suponer e inferir– muchas veces ni saben de la dinámica que se permea en su soberanía.
Ante todo: ¿sabrán Calderón y el disfuncional Congreso la existencia de las FOE en México y/o se hacen deliberadamente de la vista gorda?
Es nuestra hipótesis, lo ignoran, pero tampoco, en caso de saberlo, dejarían de hacerse de la vista gorda, porque si no Calderón Hinojosa no sería ni panista ni presidente, ni neoliberal ni entreguista: estaríamos hablando de otra persona con diferentes características conductuales en los tres años en los que ha conducido a México al abismo integral. Lo mismo es extensivo al disfuncional Congreso por el que pagamos elevadísimos salarios para que traicionen la Constitución. Que cambien la Carta Magna y luego hablamos, pero mientras esté vigente, entonces, todos los actos que emanan del “síndrome Emilio Gamboa Patrón” –es decir el apotegma infame “a mí me va financieramente de maravilla, aunque el país se disloque” – conducen a la mayor traición: un término caído en desuso por los neoliberales entreguistas quienes harían mejor en eliminarlo de la Constitución para que estén más tranquilos.
Karen de Young y Gregg Jaffe citan específicamente la incrustación de Filipinas y Yemen, mientras los “comandantes” de tales FOE clandestinas están siendo colocados en Somalia.
Se sabe que el comandante de las FOE es el almirante Eric T Olson, quien intenta convencer a tirios y troyanos que las actividades de las FOE son del conocimiento del embajador de Estados Unidos en el país anfitrión y bajo el mando del comandante regional.
¿Sabrá el juvenil embajador Carlos Pascual lo que realizan las FOE en México?
La sede de las FOE se encuentra en Tampa (Florida) y cuenta con un total de 13 mil efectivos. En Pakistán están adscritos alrededor de 300. ¿Cuántos operan en México?
Viene la apología de las FOE por los reporteros del The Washington Post: “Una ventaja de usar fuerzas secretas para tales misiones es que raramente se discuten sus operaciones en público”. Muchas veces, el mismo embajador de Estados Unidos en el país afectado y/o asignado (dependiendo de los gustos y sustos) no llegaba a enterarse de las operaciones clandestinas de las FOE, lo que llevaba a colisiones entre el Departamento de Estado y el Pentágono, que se exacerbaron en la aciaga etapa bushiana.
¡Cómo se van a discutir si, la mayor parte de las veces, los países anfitriones expuestos por su enorme primitivismo tecnológico ni siquiera entienden la capacidad de golpeteo cibernético de las FOE!
Según la confesión de un militar de alto rango sin identificar (el viejo truco), el gobierno de Obama ha ido más lejos que Baby Bush en su permisividad clandestina, cuando las FOE gozan de picaporte en las reuniones de la Casa Blanca.
Más allá de los consabidos golpes militares unilaterales y/o represalias, las actividades de las FOE incluyen el “entrenamiento de las fuerzas locales de contraterrorismo y hasta las operaciones conjuntas”. En México, ¿cuál “contraterrorismo”, al menos que ahora se confunda con el polémico narcotráfico?
John O Brennan, director de “contraterrorismo” de la Casa Blanca, comentó que Estados Unidos no responderá únicamente a posteriori, sino que llevará el combate en forma preventiva hasta las entrañas de Al Qaeda doquiera se ubique.
Así las cosas, con el petate del muerto de Al Qaeda –sea o no un montaje hollywoodense–, Estados Unidos puede avanzar su agenda oculta que cada vez es más visible: golpear donde sea los intereses del grupo emergente del BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Las FOE de elite provienen de las cuatro ramas del ejército; no se indica su número por país, pero ha de ser cualitativa y semicuantitativamente selectivo, además de “especial”, para que se desplieguen en 75 países en forma simultánea.
Se sabe más sobre el incremento a su presupuesto selectivo: 5.7 por ciento para 2011 y, sumado del aumento de 2010, significa una elevación de casi 10 mil millones de dólares. Ahora se entiende por qué son tan “especiales” las FOE y la razón por la cual forman parte de la “estrategia de seguridad global” de la nueva “doctrina Obama” (ver Bajo la Lupa, La Jornada, 16 de junio de 2010).
Seis días después a la ominosa filtración del The Washington Post, Wayne Madsen Report fustiga los escuadrones de la muerte de Obama y cita los 75 países que omitieron “los estenógrafos del The Washington Post” y entre quienes de forma perturbadora se encuentra México. Wayne Madsen Report recuerda que el rotativo estadunidense omitió publicar también los sitios de tortura “negra” y detención de la CIA en varios países de Europa del Este (desde Polonia hasta Rumania).
La lista de países donde se libran las guerras secretas de Estados Unidos (incluido México):
Independientemente de que el gobierno de Obama deberá explicar a potencias de la talla de Rusia y China su perversa penetración, llama poderosamente la atención su presencia en tres países de nuestra América Latina: Colombia, México y Venezuela. ¿Estarán enterados Calderón Hinojosa y el Congreso? En caso negativo, ¿qué van a hacer? En caso afirmativo, ¿qué vamos a hacer los ciudadanos?