Cuando se habla de rapiña contra el patrimonio de Petróleos Mexicanos (Pemex) inmediatamente se piensa en el flagelo del robo de combustibles, que tan sólo en enero pasado ascendió a 414 mil barriles; así como en los llamados moches o diezmos, que son los sobornos que empresarios pagan a algunos funcionarios de la petrolera para ganar contratos.

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Lamentablemente para la nación, éstos no son los únicos fenómenos delictivos que padece la principal empresa del Estado: también hay el llamado robo hormiga, aunque en Pemex ha cobrado dimensiones mayúsculas. No se trata, pues, de la sustracción de un lápiz o un paquete de hojas de papel, sino de un saqueo de grandes dimensiones.

En un reporte pormenorizado al que Agenda de la Corrupción tuvo acceso, la petrolera da cuenta de que le han sustraído ilegalmente desde equipo de trabajo hasta autotanques e incluso una torre autosoportada de 100 metros de altura.

Los robos no sólo han sucedido en sus instalaciones en tierra, sino también en plataformas, en donde se supone que sólo llegan los directivos (en helicópteros) y los  trabajadores (en embarcaciones rentadas por Pemex a terceros), por ser una zona marítima de acceso restringido.

De acuerdo con el informe oficial, entre enero de 2012 y enero de 2015, Pemex ha presentado 766 denuncias ante el Ministerio Público por actos de pillaje contra su patrimonio. De éstas, en 2012 se presentaron 33; en 2013, 323; en 2014, 370; y en enero de 2015, 40.

Los datos de la petrolera descubren como focos rojos a cinco entidades, pues en ellas se ha cometido el mayor número de atracos. Se trata de Veracruz, el estado donde más robos se han cometido al acumular 284 denuncias; Tabasco, con 108 denuncias; Tamaulipas, con 91; Puebla, con 79, y Chiapas, con 51 en ese periodo de 3 años 1 mes.

En territorio veracruzano –inmerso en una crisis de inseguridad generalizada– han hurtado, por ejemplo, equipos de cómputo, materiales peligrosos, reguladores de gas, cables, conductores de alimentación, radiadores, marchas, alternadores, postes, manivelas, radios trunking, chatarra, seis vehículos, caja registradora, material eléctrico, sistema de protección catódica, tuberías, cancelería, transformadores, baterías de ácido, cabezal de control de presión, aire acondicionado, registradores de flujo (30 unidades), mini componentes, unidades de bombeo mecánico, máquina de soldar, llantas de refacción, válvulas, bombas, aceite de caja, bomba hidráulica y engranes.

La segunda entidad con mayor tasa de robos, Tabasco, también ha representado pérdidas cuantiosas para Pemex. Allí han sustraído dos vehículos, quemador ecológico, cables, material de aseo, rectificadores, tuberías, tubos, bridas, válvulas, material ferroso, transformadores, paquete de inyección, material eléctrico, máquina de soldar, alternadores, monitores, siete postes restrictivos, dos juegos de andamios de aluminio y computadoras.

En Tamaulipas han hurtado desde armamento destinado a la seguridad de las instalaciones petroleras, hasta 18 autotanques, un tractocamión, material y herramientas, tuberías, sellos de alta seguridad, equipo, “tres unidades y trunking” (sic), material ferroso y equipos electrónicos.

Pemex ha denunciado que, para el caso de Puebla, le han despojado de radiadores, cámara termostática, fluccería, rejillas, baterías, 59 monitores hidratantes, cables, tanques de helio, dos unidades de bombeo, generadores, cuatro vientos de soporte, alternadores, un semirremolque, base y poleas reductoras,  alternador y componentes de motor. Y en la quinta entidad, Chiapas, la lista de hurtos incluye transformadores, rectificadores, equipos y herramientas, cables, tuberías y computadoras.

Los grandes hurtos

Entre las entidades que destacan no por el número de denuncias sino por el patrimonio saqueado está Baja California, con nueve denuncias. En ese estado es donde fue robada una torre autosoportada de 100 metros de altura. También, un sistema de tierra de una caseta, cables y varillas de tierra físicas, 21 cubetas de pintura, 79 pares de botas de trabajo, sello y tapón de purgas de limpieza de válvulas de paso, candados y sellos de válvulas, baterías y tubería.

Otro caso es el de Campeche, con 33 denuncias que incluyen el saqueo de seis monitores en una plataforma (ubicada en la Sonda), documentación, dos vehículos, radio trunking, artículos personales, 47 piezas de rejillas, cable, y medidor de luz. Así como el caso de Chihuahua, donde se denunció el hurto de una camioneta, un bulldozer y una estación de monitoreo.

En Sinaloa, Pemex denunció 17 robos, entre los que destaca la sustracción de un equipo de termografía, una cámara de imagen infrarroja, equipos de cómputo, soporte de acero, tubería y cableado.

Ni siquiera en la capital del país la empresa estuvo a salvo de este saqueo. En la ahora Ciudad de México se presentaron 27 denuncias por el robo de equipo tecnológico, 10 vehículos, equipos de cómputo, aparatos telefónicos, radio trunking y sillas.

Respecto del robo de documentos propiedad de Pemex, Campeche no es el único estado donde ha acontecido el fenómeno: también ha ocurrido en Nuevo León y Querétaro. En el primero se han denunciado, además, las sustracciones de cables, accesorios, valeros para carga y un transformador; mientras que en el segundo también se denunció el robo de un rectificador y un radio trunking.

Así la rapiña en la principal empresa productiva del Estado mexicano.

Nancy Flores

[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: AGENDA DE LA CORRUPCIÓN]

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