Categorías: Opinión

Se confirmó la traición anunciada

En su 21 Asamblea Nacional Ordinaria, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) definió el rumbo que habrá de seguir en el futuro. Se confirmó que llegó nuevamente al poder para apuntalar los intereses de la minoría que detenta más del 80 por ciento de la riqueza del país, sin importar que la pobreza del grueso de la población se habrá de magnificar, con las terribles consecuencias que derivarán de tan insensata y absurda estrategia política. Esto lo saben sus dirigentes reales, lo sabe la oligarquía, pero no les preocupan los riesgos que se habrán de desprender de una mayor injusticia social. Al fin que, suponen, seguirá siendo viable la táctica de ofrecer mendrugos a la población mayoritaria.
 
El fondo del problema es que no están errados, pues en su inconsciencia, inmadurez y masoquismo, las clases mayoritarias aceptan un estado de cosas absolutamente contrario a sus legítimos intereses. De ahí que César Camacho Quiroz pueda decir, sin sonrojarse, que la dirigencia que encabeza trabaja para que los nuevos documentos del PRI “tengan hoy más cauces que diques; no un catálogo de pretextos, sino una larga lista de posibilidades para la realización de los mexicanos”. Así queda claro que los líderes de la nomenclatura priísta consideran que sólo la ínfima minoría que participa en la toma de decisiones gubernamentales es mexicana.
 
Dijo Enrique Peña Nieto que en su gobierno “no hay intereses intocables. El único interés que protegeré es el interés nacional”. Tal demagogia es insostenible mientras no lo demuestre con hechos irrefutables, como sería el caso si en vez de apoyar medidas que atentan abiertamente contra la economía de los asalariados, como el aumento al impuesto al valor agregado y su cobro en alimentos y medicinas, se pusiera fin a los privilegios fiscales que disfruta la oligarquía, cuyo monto es siete veces superior a lo que se podrá recaudar con el impopular gravamen generalizado.
 
No tiene nada que ver con sus anteriores palabras el decidido afán de entregar Petróleos Mexicanos a intereses privados trasnacionales, los cuales se apoderarían de nuestra principal riqueza para saquearla sin ninguna consideración, y terminarían así con las posibilidades de desarrollo en el futuro. ¿Acaso nos ha beneficiado a los mexicanos la política privatizadora iniciada hace 3 décadas? ¿No somos ahora una nación mucho más desigual e injusta, con problemas estructurales irresolubles si seguimos por el mismo cauce impuesto por la tecnocracia neoliberal? ¿Por qué esa estúpida necedad en seguir avanzando hacia el abismo del subdesarrollo?
 
La respuesta es clara: porque el grupo gobernante no tiene compromiso alguno con el país, su responsabilidad es servir eficazmente a intereses oligárquicos, preferentemente trasnacionales, cosa que no logró demostrar el Partido Acción Nacional en la oportunidad que recibió de los poderes fácticos. Ahora el PRI llega nuevamente a Los Pinos, no para reivindicar sus principios y corregir los errores de los tecnócratas, sino para apuntalar la estrategia neoliberal que sigue liderando Carlos Salinas de Gortari. Así quedó confirmado esto en su 21 Asamblea Nacional.
 
Nos espera a los mexicanos 1 sexenio de más calamidades y sufrimientos, por la terrible voracidad de una oligarquía que no se sacia de acumular riquezas y privilegios, para lo que cuenta con una clase política apátrida, dispuesta a lo que sea con tal de no disgustar al reducido sector que se quiere seguir beneficiando con el saqueo de las riquezas nacionales y con la explotación inmisericorde de los trabajadores. Seguirán por esa misma ruta mientras el tigre siga dejándose jalar los bigotes impunemente, sin despertar de su modorra alimentada por la televisión y los fanatismos.
 
Por eso la secretaria General del partido tricolor, Ivonne Ortega, puede afirmar que “así, con pragmatismo y sin dogmas, el PRI se transforma para poder transformar a México”. Más que sufrir una transformación, se configuró con más firmeza su perfil neoliberal y conservador, con el que será imposible que el país pueda sufrir la transformación que necesita urgentemente. A estas alturas el PRI original, el de la década de 1930, viene a ser una organización de ultraizquierda.
 
La transformación que necesita el país en la actualidad la tiene el PRI en su lema original: “democracia y justicia social”, lo cual se enterró para siempre. Tales principios permitirían enfrentar la voracidad de los poderes fácticos y el radicalismo neoliberal del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Pero eso es ya una entelequia.
 
*Periodista
 
 
  Fuente: Contralínea 326 / marzo 2013
Guillermo Fabela Quiñones *

Entradas recientes

Con Rutas de la Salud, IMSS Bienestar supera los 100 millones de medicamentos entregados

El programa Rutas de la Salud superó los 100 millones de piezas de medicamentos entregados…

3 horas hace

Declara Trump ‘arma de destrucción masiva’ al fentanilo; sin atender causas, no termina el problema, revira Sheinbaum

La visión del gobierno de México sobre cómo atender el consumo de drogas es distinta…

3 horas hace

Inaugura Lotería Nacional ‘Museo de la Suerte’; brinda actividades interactivas

La Lotería Nacional inauguró el pasado 8 de diciembre el Museo de la Suerte, un…

4 horas hace

En México sólo se ha registrado un caso de influenza H3N2, y no hay riesgo sanitario: Salud

Ante la alerta emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la influenza…

4 horas hace

Trump designa al fentanilo como arma de destrucción masiva

Tras advertir que el fentanilo ilícito se asemeja más a un arma química que a…

19 horas hace

Agentes especiales de SSPC se coordinarán con GN, Defensa y Marina: Sheinbaum

Los agentes especiales de la recién creada Unidad Nacional de Operaciones Estratégicas –adscrita a la…

21 horas hace