La salud en México es un negocio muy rentable para la iniciativa privada. Ello responde al colapso del sistema público, cuya máxima expresión es la quiebra de sus principales instituciones (IMSS, ISSSTE, ISSFAM). La causa de esa crisis, sin duda, es el abandono gubernamental al que se le ha sometido desde hace más de 2 décadas.
Por otra parte, esa misma crisis ha derivado en veladas privatizaciones del sector, como los llamados proyectos de prestación de servicios y asociaciones público privadas, que ceden la construcción y operación de centros de salud a las empresas, y los contratos de servicios para la atención de enfermedades de alto costo que adjudica el Sistema de Protección Social en Salud, conocido como Seguro Popular.
Sobre este último punto, el informe de fiscalización de la Cuenta Pública 2014, elaborado por la Auditoría Superior de la Federación, indica que en ese ejercicio la subcuenta del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos –dependiente del Fidecomiso del Sistema de Protección Social en Salud, vinculado a su vez con el Seguro Popular– gastó 478 millones 273 mil pesos en intervenciones médicas realizadas por prestadores de servicios del sistema nacional de salud del sector privado.
De esta erogación se beneficiaron 27 empresas del ramo de la salud. Las contrataciones más onerosas fueron con el FUCAM (Instituto de Enfermedades de Mama), al que el Seguro Popular pagó en total 311 millones 672 mil pesos.
Le siguen el Hospital San José Tec de Monterrey (51 millones 403 mil 900 pesos); Salud y Desarrollo Comunitario de Ciudad Juárez (19 millones 382 mil 300 pesos); The American British Cowdray Medical Center (19 millones 909 mil 400 pesos); COI Centro Oncológico Internacional, Ciudad de México (16 millones 145 mil pesos); Servicios Hospitalarios Santa Catalina (12 millones 782 mil 500 pesos).
En la lista también están el Centro para el Cuidado de la Mama (11 millones 871 mil 600 pesos); el COI Centro Oncológico Internacional, de Jalisco (8 millones 338 mil 700 pesos); el Hospital de Especialidades Puerta de Hierro Tepic (5 millones 963 mil 400 pesos); el Nuevo Sanatorio Durango (5 millones 309 mil 300 pesos); el Laser Visión (4 millones 701 mil 800 pesos); el Christus Muguerza Hospitales (3 millones 68 mil 100 pesos).
Por importancia de monto, les siguen el Centro Oncológico Pediátrico de Baja California (2 millones 407 mil 700 pesos); el Hospital Puerta de Hierro Sur (2 millones 47 mil 600 pesos); Ultra Laser (1 millón 95 mil 500 pesos); Dercal Soluciones (573 mil 600 pesos); Lasik Visión Center de Chiapas (396 mil 800 pesos); Clínica Rhenals Oftalmológica y Cirugía Plástica (309 mil pesos); Promotora Médica Aguascalientes (294 mil 600 pesos); Instituto Cardiovascular Metropolitano de Tuxtla (275 mil 200 pesos); e Instituto Oftalmológico Privado de Irapuato (206 mil pesos).
Finalmente están las clínicas con costos menores: Aris Visión Institute, Ciudad de México (30 mil 400 pesos); Aris Visión Institute de Ciudad Juárez (23 mil 300 pesos); Cirugía Oftálmica Ambulatoria (23 mil 300 pesos); Inova Visión Quirúrgica (18 mil 800 pesos); Gestora de Servicios de Salud (11 mil 800 pesos); y Hospital Grupo Palmas Morelos (11 mil 700 pesos).
Así, con cargo al erario federal, estas 27 clínicas y hospitales privados atendieron 6 mil 813 casos de 14 tipos de intervenciones consideradas como gastos catastróficos. Todos los contratos fueron validados y autorizados por la Dirección General de Gestión de Servicios de Salud.
En términos de gasto, la intervención contra el cáncer de mama ocupa el primer lugar, al contabilizar 3 mil 655 casos que implicaron una erogación total de 311 millones 155 mil 100 pesos. En segundo lugar se ubica el cáncer de mama con anticuerpos monoclonales, con 934 casos y un gasto de 80 millones 38 mil 700 pesos.
Le siguen los cuidados intensivos neonatales, con 563 casos y un costo total para el erario de 26 millones 694 mil 800 pesos. Y en cuarto lugar, el trasplante de médula ósea en niños, con 32 casos que costaron 21 millones 387 mil 200 pesos.
Por el seguimiento de 1 mil 159 casos de cáncer de mama, el Seguro Popular pagó a hospitales privados 20 millones 973 mil 300 pesos, gasto que se ubica en la quinta posición. Luego están los 242 trasplantes de córnea que realizaron particulares y costaron 7 millones 282 mil 700 pesos.
En séptimo lugar por importancia de monto se ubicaron los 44 casos de trastornos quirúrgicos, congénitos y adquiridos, por 4 millones 214 mil pesos. Le siguen los 125 casos de infarto agudo al miocardio, que costaron 3 millones 43 mil pesos. Luego los ocho casos de cáncer infantil atendidos en hospitales privados, por 1 millón 167 mil pesos.
En décimo lugar están los 20 casos de leucemia linfoblástica aguda que costaron 1 millón 78 mil 900 pesos. A los que le sigue el único trasplante de médula ósea en adulto, por 909 mil 900 pesos; el seguimiento de cáncer infantil en 16 casos, por 161 mil 800 pesos; los ocho casos de catarata congénita, por 105 mil pesos; y finalmente los seis casos de catarata, por 60 mil 800 pesos.
Todos esos padecimientos deberían ser atendidos en el sistema público. Sin embargo, el derecho humano a la salud –al ser considerado un servicio–es ahora un negocio que beneficia a unos cuantos y perjudica a las mayorías.
Nancy Flores, @nancy_contra
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: AGENDA DE LA CORRUPCIÓN]
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