Segunda parte y última
Al llegar Hugo Chávez a la Presidencia de Venezuela, que inició en febrero de 1999, llamó a una Asamblea Constituyente que aprobó una constitución política votada en referéndum en diciembre de 1999 con el 70 por ciento de apoyo popular. Posteriormente fue reelecto en 2000, 2006 y 2012. En 2004 ganó un referéndum de revocación de mandato.
En la nueva constitución venezolana, promulgada en 1999, sentencia en su primer artículo:
“Artículo 1 de la Constitución Bolivariana de Venezuela: la República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el libertador. Son derechos irrenunciables de la nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional.”
La Constitución establece claramente que es el Estado, como representante de los intereses de todos los venezolanos, el propietario de los recursos que se encuentran en el subsuelo, y en este caso, de los recursos de hidrocarburos que son el petróleo y el gas.
El tema de la política petrolera y del papel del Estado en su ejecución ocupa un importante lugar, ya que dicho texto constitucional hace varias referencias directas a ese tema, entre las cuales están:
En el Artículo 12, la Constitución establece que los yacimientos mineros y de hidrocarburos existentes en el territorio nacional, sin importar su naturaleza, son bienes del dominio público y, por tanto, inalienables e imprescriptibles. En el Artículo 302 señala que, por razones de conveniencia y soberanía nacional, el Estado venezolano se reserva todo lo relativo a la actividad petrolera. El Artículo 303 establece que por razones de soberanía económica, política y de estrategia nacional, el Estado se obliga a conservar la totalidad de las acciones de Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA). Es importante destacar que luego de 2000, el gobierno nacional inició un profundo proceso de reestructuración de PDVSA, cambiando su esquema organizativo y eliminando muchas de las tradicionales filiales de esta empresa. Desde ese año en adelante, la política petrolera del gobierno nacional se ha concentrado en la defensa de los precios del petróleo en los mercados internacionales, defensa que se ha llevado adelante mediante el fortalecimiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el mantenimiento de bajas cuotas de producción.
Chávez rechazó el principio de extracción máxima impulsado por Estados Unidos, el gran consumidor per cápita de crudo, para abatir los precios, además de dar un giro a la política petrolera de su país. En 2001 el Congreso venezolano aprobó la Ley de Hidrocarburos, acotando el saqueo del petróleo al 70 por ciento de los ingresos por las ventas y un pago de regalías, que pasó del 70 a 16.6 por ciento. En 2004, Chávez anunció lo que dijo sería un nuevo impulso a la política petrolera nacional para entrar a una “plena soberanía petrolera”. Esta política apoyada en la nueva Constitución llevó a la nacionalización en 2007 del petróleo de la franja del Río Orinoco.
Este avance no se dio sin lucha. La oligarquía apoyada por Washington dio feroz combate para detener la reivindicación de la soberanía petrolera en Venezuela. El golpe de Estado del 11 de abril de 2002 que derrocó al entonces presidente Chávez por 48 horas y el paro petrolero de diciembre de 2002 a enero de 2003 son muestra de ello. Los medios de comunicación en manos de las grandes corporaciones atacaron al gobierno bolivariano sin tregua alguna.
Es larga la historia de golpes de Estado contra gobiernos que recuperan sus recursos, como fue el caso del expresidente argentino Arturo Umberto Illia, quien anuló los contratos petroleros firmados por Arturo Frondizi con compañías extranjeras e impulsó la explotación del petróleo y los recursos estratégicos por parte del Estado fomentando la industria nacional, y quien fue derrocado la fría mañana del 28 de junio de 1966 por un golpe militar que llevó al poder al dictador Juan Carlos Onganía; o en Oriente Medio, en Irán, el golpe de Estado de 1953 orquestado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadunidense contra el entonces primer ministro Mohammad Mosaddegh, quien había nacionalizado el petróleo; o la intervención de las compañías petroleras en México en 1913 para asesinar al otrora presidente Francisco I Madero, quien había decretado un impuesto de 3 centavos por barril de petróleo a las compañías extranjeras, y su intervención posterior para derrocar y asesinar al presidente Venustiano Carranza, quien en febrero de 1918, haciendo valer la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, les impuso una carga fiscal por el petróleo extraído y las áreas territoriales que controlaban. En Venezuela no dejaron piedra por mover para derrocar a Hugo Chávez, pero cuando hay un pueblo que asume su soberanía y actúa conscientemente no hay fuerza extranjera que derrote a sus representantes en el gobierno.
El gobierno de Hugo Chávez impulsó el desarrollo de la petroquímica, planteó un programa ambicioso de desarrollo de la misma y utilizó la riqueza petrolera que se extrae mayoritariamente de la cuenca del Lago de Maracaibo y de las cuencas Barinas –Apure y Oriental– y que alcanza un promedio diario de 2.5 millones a 3 millones de barriles de petróleo para programas sociales y de desarrollo; las misiones bolivarianas que tienen objetivos sociales como el impulso de la educación a todos los niveles: la Misión Robinson ha eliminado el analfabetismo; la Misión Barrio Adentro, promueve la salud; la Misión Mercal, el abasto popular; la Misión Guaicaipuro, los derechos indígenas; la Misión Árbol, la reforestación. Las misiones bolivarianas son la una de las mejores expresiones de la política popular del gobierno.
Entre los principales logros del gobierno del expresidente Chávez se encuentra la reducción de la pobreza extrema, la cual disminuyó de 17 por ciento en 1998 a 7 por ciento en 2012; y la pobreza disminuyó de 43 por ciento en 1999 a 2.6 por ciento en 2011. En octubre de 2012 Venezuela fue el país de la región que más redujo la desigualdad en los últimos 13 años.
Algunas de sus políticas sociales son: jornada de trabajo: 6 horas diarias y 36 horas semanales a partir de 2010, sin disminución del salario. A partir del 1 de diciembre el salario mínimo aumentó 15 por ciento llegando a 9 mil 190 pesos, 675 dólares. Los bonos de alimentación son de 2 mil 925 pesos, equivalentes a 215 dólares. El salario ha subido tres veces este año y el salario mínimo es el más alto en América Latina.
La Ley Orgánica del Trabajo establece: 1) La jornada de trabajo es de 36 horas; 2) se establece un permiso pre y posnatal que llega a 26 semanas (6 meses) y la licencia de paternidad será de 14 días, se prohíbe la subcontratación (outsourcing); 3) en caso de despidos injustificados estos devienen nulos, debiendo la empresa readmitir al trabajador o trabajadora; 4) iguales derechos para los y las trabajadoras del hogar con los del resto de trabajadores; 5) 3l empresario o empresaria que desacate la sentencia de readmisión de un trabajador despedido injustificadamente, que viole el derecho de huelga, o que incumpla las órdenes de las autoridades administrativas del trabajo o para el empresario que cierre una empresa o centro de trabajo de forma ilegal e injustificada (artículos 538 y 539), puede ser encarcelado.
Pensiones: adultos mayores de un salario mínimo. Las mujeres desprotegidas, así como las personas discapacitadas, reciben una ayuda equivalente al 80 por ciento del salario mínimo. Las amas de casa mayores de 61 años recibirán en adelante una pensión completa con una prioridad hacia las más pobres.
Estudiantes: se eliminó al ciento por ciento el analfabetismo. De una población total de 26 millones de habitantes, 12 millones 700 mil son estudiantes. La masificación de la educación se ha acompañado de mejoras en la calidad de la enseñanza. Ocupa el quinto lugar mundial en alumnos que cursan estudios universitarios. Todos los jóvenes tienen escuela. Cuatro millones de niños reciben dos comidas al día gratis. Ningún menor pisa un aula con el estómago vacío.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial cerraron sus oficinas en Venezuela a finales de 2006, ya que se reembolsó anticipadamente la deuda que vencía en 2012. El entonces ministro de finanzas Rodrigo Cabezas dijo: “Chao con ustedes. Venezuela es libre y soberana”. El FMI fue el principal responsable de la inflación y las crisis económicas que asolaron no sólo a Venezuela, sino a todas las economías Latinoamericanas.
La gasolina es la más barata del mundo. Un tanque de gasolina de un automóvil se llena con menos de 20 pesos mexicanos.
Los servicios de salud son para todos. Tratamientos como la quimioterapia y las diálisis son gratuitos. Ochenta por ciento de descuento en la adquisición de la canasta básica en el sistema estatal de abasto alimentario (tiendas Mercal); se estableció el control de precios para productos básicos como la leche, aceite, diversos tipos de carne y otros, además del control de cambios. La desnutrición infantil descendió de 7.7 a 2.9 por ciento.
Bajó la deuda pública a 23.6 por ciento del producto interno bruto, cuando en gobiernos anteriores llegó a cubrir hasta el 70 por ciento.
El programa de vivienda a bajo costo ha beneficiado, tan solo éste año, a más de 200 mil familias.
Además del apoyo al desarrollo de Venezuela, la política bolivariana tenía que ser y ha sido profundamente internacionalista: el apoyo a Cuba, Ecuador, Argentina, El Salvador, Nicaragua y los proyectos conjuntos con Brasil forman parte del nuevo espíritu que viven Latinoamérica y el Caribe de unidad e integración en la lucha por la soberanía y contra el imperio. Este apoyo no se limita a la región y alcanza diversos países como la heroica y combativa Palestina.
El 7 de octubre de 2013 se llevaron a cabo nuevas elecciones en el país. Nuevamente fue reelecto Hugo Chávez para el periodo 2013-2019. En esta elección, la participación fue histórica, 80 por ciento (frente a un impresionante 96 por ciento de tasa de inscripción de votantes). Sin embargo, debido al inesperado fallecimiento de Chávez el 5 de marzo de 2013, Venezuela tuvo una nueva elección presidencial el 14 de abril de 2013. De acuerdo con la Constitución se hizo un nuevo llamado a elecciones en 30 días, donde fue electo, por voluntad popular, el candidato de la revolución Nicolás Maduro, quien obtuvo, con 50.66 por ciento del total de los votos escrutados, una cantidad de 7 millones 505 mil 338 votos.
Hugo Chávez aumentó el salario, redujo precios de medicinas, alimentos, gasolina, promovió educación gratuita y vivienda popular, subsidió a los más pobres, eliminó el analfabetismo… Pero lo satanizan los medios. Rescató el petróleo, repartió la tierra, promovió salud, asumió la soberanía de Venezuela… Pero lo descalifican los medios. Se liberó del FMI, mejoró la infraestructura, apoyó a los pueblos hermanos, participó en cinco elecciones… Pero lo llaman dictador. Promovió la solidaridad internacional con la Unión de Naciones Suramericanas, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Petrocaribe, Banco del Sur, Telesur y se enfrentó a Washington… Lo llaman tirano.
Hoy la campaña de desprestigio contra Chávez contrasta con la realidad, un pueblo más organizado y consciente que transforma su dolor en fuerza y honra a su excomandante-presidente con el compromiso de seguir adelante con la revolución bolivariana y la línea antiimperialista emprendida hace 14 años. Honor a quien honor merece. Hugo Chávez pasa a la historia como un héroe. Ya es leyenda. En México también lo hacemos nuestro. El pueblo venezolano, con Nicolás Maduro al frente, continúa luchando por su legado.
Pablo Moctezuma Barragán**/Segunda parte y última
*Conferencia en el II Encuentro Nacional de Solidaridad con Venezuela (24,25 y 26 de octubre de 2014)
**Politólogo y urbanista. Dirigente de Mexteki y vocero del Congreso de la Soberanía
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Contralínea 414 / del 30 de Noviembre al 06 de Diciembre del 2014