Para Héctor García Páez, amigo del alma de Francisco Reyes
I. Para conocer y admirar el universo donde Vincent van Gogh plasmaba sus sublimes fantasías, se tiene uno que meter de lleno a sus exposiciones; por ejemplo al magistral libro de Victoria Charles: Van Gogh, de la pintura a las letras, que es una exposición de sus lienzos, trozos de las cartas a su hermano Theo y comentarios apoyados en una bibliografía especializada. Necesariamente debe uno entrar a las ediciones de Cartas a Theo, que es la autobiografía de Vincent. Y a la novela-biografía que ha escrito Camilo Sánchez: La viuda de los Van Gogh, para conocer a la extraordinaria Johanna Bonger, la que fuera esposa de Theo y admiradora de la obra de Vincent, en lo que es el cruzamiento de tres vidas con un factor común: la conmovedora pintura de arrebatos singulares y originalidad única. Este genio de la pintura logró crear cientos de colores más en el espectro de luz, que logramos distinguir debido a la reflexión y refracción de la luz dentro de las gotas de agua de la atmósfera; y que es un fenómeno denominado “arco iris” (Rita G Lerner George L Trigg, Enciclopedia de la Física; Alianza Diccionarios). Su genial maestría nos emociona al contemplar sus estremecedoras pinceladas, como estética del sentimiento puro de amor a lo humano y a la naturaleza (Hermann Cohen, La estética del Sentimiento Puro).
II. En la sala de espera del consultorio médico del doctor Alberto Nayib Evia Ramírez, fue que leí y admiré los cuadros de Vincent Van Gogh, en el libro arriba citado. Y que ha de complementarse yendo a las dramáticas páginas de las cartas de Vincent a su hermano Theo. Y, claro, asimismo, a la biografía novelada: La viuda de los Van Gogh, donde aparece la esposa de Theo: Johanna Van Gogh-Bonger. Extraordinaria mujer que se dedica a rescatar y promover el reconocimiento de la obra pictórica de Vincent, hasta lograr que el arte de sus colores y genialidad sea la continuidad de Leonardo, Rembrand y todos aquellos artista que Vincent cita en sus cartas; al lado de sus lecturas de Dante, Balzac, etcétera. ¡Qué maestría de Van Gogh recreando el movimiento del aire, las flores, el agua, los hombres y mujeres en las labores del campo y sus autorretratos! También sus impresionantes girasoles, siempre tan vivos y florecientes para dar una lección a los de la naturaleza. Por lo que, mirar los miles de colores pintados por Van Gogh y leer sus cartas buscando la hermandad, son la otra cara del poema de Schiller: Canto a la alegría.
III. Parece que nadie como Vincent Van Gogh logró crear miles de colores reflejados en miles de arco iris que quedaron plasmados en las pinturas impresionistas del holandés-universal (1853-1890). “Van Gogh tenía razón, al decir había elegido el procedimiento de la caricatura, del caricaturista que ha sido expresionista, que juega con la semejanza de su víctima, y la trastoca para expresar precisamente lo que piensa acerca de su semejante” (Ernest H Gombrich, Historia del arte). Van Gogh pintó lo que veía con su pensamiento, en la lucidez de sus desesperados y angustiosos sentimientos de amor por los colores y la humanidad. En la novela La viuda de los Van Gogh su autor nos narra cómo la pintura de Vincent fue rescatada y preservada, hasta su reconocimiento; primero por su hermano Theo y, finalmente, hasta la consagración, por Johanna Van Gogh-Bonger. Así que nada, pues, como la lectura de las cartas de Vincent a Theo, para lograr abarcar la completa comprensión del glorioso, excelso genio del pincel y los miles de colores en sus cuadros. ¡Vincent es un universo de estrellas en sus lienzos!
Ficha bibliográfica:
Autor: Vincent Van Gogh
Título: Cartas a Theo
Editorial: Adriana Hidalgo, editora, 2015
Autor: Victoria Charles
Título: Van Gogh: de la pintura a las letras
Editorial: Numen, 2006
Autor: Camilo Sánchez
Título: La viuda de los Van Gogh
Editorial: Helios, 2016
Álvaro Cepeda Neri
[MISCELÁNEO][EX LIBRIS]