Josefina Vázquez Mota, candidata del PAN a la Presidencia de la República, aceptó su derrota casi tres horas antes de que el IFE divulgara los resultados de su conteo rápido. Dijo que respetará y acatará los resultados de los comicios electorales y que será vigilante del nuevo gobierno. La época de los gobiernos panistas llega a su fin. El partido de. derecha es desplazado, incluso, al tercer lugar de las preferencias electorales
El anuncio del cambio de hora del mensaje de Josefina Vázquez Mota, de las 22:30 a las 20:30 horas, confirmó lo esperado. Antes, ya había indicios de la derrota: caras sobrias, y mucho menos simpatizantes que hace seis años.
“Esto ya ‘valió’. Hace seis años esto parecía fiesta y ahora es un velorio”, se murmuraba en la alborotada sala de prensa.
Josefina Meléndez, una mujer de unos 65 años de edad, llegó temprano a las instalaciones del Comité Ejecutivo del Partido Acción Nacional (PAN), ubicadas en la colonia Del Valle, para mirar de cerca y acompañar a su tocaya.
"Estoy con ella porque es una mujer honesta, recta y, sobre todo, por darle continuidad al proyecto de Felipe Calderón. Lástima que ya perdió”, dijo con resignación.
Puntual, Váquez Mota arribó al auditorio Manuel Gómez Morín con una gran sonrisa, la misma que ensayó durante 90 días de campaña electoral. Una caravana masculina acompañaba su andar; al frente su ex adversario, Ernesto Javier Codero Arroyo, con quien contendió en las elecciones internas por la candidatura a la presidencia del partido por excelencia de la derecha mexicana.
Entre gritos y aplausos que se prolongaron cerca de tres minutos, de fondo la canción oficial de su campaña, la licenciada en Economía repartió besos y apapachos. Luego ocupó su lugar en una mesa rectangular. A sus costados inmediatos se apostaron Roberto Gil, su coordinador de campaña, y Gustavo Madero Muñoz, presidente de su agrupación política.
Incontables agradecimientos enmarcaron la esencia del discurso: la aceptación de la derrota del panismo, luego de 12 años de ocupar la silla Presidencial.
Apenas concluyó su discurso, las sonrisas se esfumaron y los panistas se retiraron del auditorio y de las instalaciones del Comité Ejecutivo Nacional del Partido.
“En unos minutos más el Instituto Federal Electoral (IFE), en cumplimiento de su mandato, dará a conocer el resultado del conteo rápido de la elección presidencial… y reconozco que las tendencias hasta este momento no me favorecen”, pronunció, serena, Josefina. Posteriormente aseguró que respetará y acatará los resultados de los comicios electorales, “como una demócrata que soy”.
La ex secretaria de Desarrollo Social llamó al “nuevo gobierno” a cumplir sus promesas y compromisos. En nombre del poder que le otorgan los “millones” de votos que obtuvo en la contienda, dijo que estará vigilante “de que se cristalicen las reformas estructurales que requiere el país y de impedir el retorno del autoritarismo, el imperio de la corrupción, de la impunidad y de la rendición frente al crimen organizado”.
También se dirigió a las filas de su partido. “Cada quien tendrá que hacer una valoración profunda de lo que hizo y de lo que se dejó de hacer. El partido está obligado a reencontrar su origen ciudadano y a transformarse como institución con vocación de gobierno”.
La candidata del PAN aludió reiteradamente a los jóvenes que la apoyaron, a sus “heroicas avanzadas”, como los llama. Los convocó a nunca rendirse ni cansarse de defender y promover la libertad. “Ustedes, jóvenes tienen permiso para muchas cosas. Para lo único que no tienen permiso esta noche es para la desesperanza”.
De acuerdo con el conteo rápido del IFE, divulgado en punto de las 22:15 horas, el partido de ideología demócrata cristiana no sólo perdió la presidencia de la República Mexicana, sino que fue desplazado al tercer lugar de las preferencias.
En punto de las 22:00 horas del 1 de julio, el CEN del PAN se miraba semivacío. Cabezas bajas, expresiones de molestia, ojos enrojecidos, precedieron la aceptación de la pérdida.