Parte II: Dos nuevas empresas “privadas” de Pemex
Parte III: Expande Pemex negocio “privado”
Grupo PMI, descubre el Libro blanco de la subsidiaria. También revela la creación de otras dos compañías “privadas” con recursos públicos. Con el esquema PMI, cada año la paraestatal maneja más de 1 billón 200 mil millones de pesos fuera del presupuesto público. El Grupo PMI se maneja al margen de la ley y no rinde cuentas a nadie, señala la Auditoría Superior de la Federación
En pleno proceso de reestructuración de sus subsidiarias, Petróleos Mexicanos (Pemex) decide consolidar su red empresarial “privada”. Se trata del Grupo PMI, conformado por 13 compañías y la filial PMI Comercio Internacional, consideradas por el gobierno federal como “privadas no paraestatales” a pesar de que han sido constituidas con recursos públicos tanto en México como en el extranjero, algunas, incluso, en paraísos fiscales.
La ampliación del Grupo PMI se inició a fines del sexenio de Felipe Calderón, revela el Libro blanco que la filial elaboró y entregó en diciembre pasado a la actual administración de la paraestatal, encabezada por Emilio Lozoya Austin.
En 2011, la empresa del Estado mexicano más importante –porque aporta una tercera parte de los ingresos federales– constituyó otras dos empresas “privadas” ciento por ciento de su propiedad, y se asoció con dos compañías texanas para crear un par de empresas privadas en el paraíso fiscal de Delaware, Estados Unidos. Previamente, entre 2007 y 2008, instaló tres sucursales del Grupo PMI en México y en el extranjero.
Hasta antes de esta expansión, dicho Grupo se dedicaba únicamente a operar las exportaciones de crudo e importaciones de productos petrolíferos, a asesorar las compras internacionales de las subsidiarias y a gestionar créditos en los mercados internacionales a nombre de Pemex. Sin embargo, sus nuevas empresas modificaron ese “modelo de negocio”: ahora éstas administran, financian y contribuyen a la ejecución de los contratos integrales que Pemex Exploración y Producción mantiene con trasnacionales para la exploración y explotación de las reservas petroleras nacionales.
Aunado a esto, el Grupo PMI adquirió directamente en astilleros extranjeros, y sin licitaciones de por medio, parte de la flota naviera de la subsidiaria Pemex Refinación. También planea la construcción de ductos que conecten a México con Estados Unidos, para fomentar la importación de gasolinas.
Al interior de Pemex, tanto la filial como la red de empresas privadas representan un modelo exitoso de operación en mercados internacionales; por ello, en la estrategia de reestructuración –que se lleva a cabo desde enero pasado y que desaparecerá a las subsidiarias Exploración y Producción, Refinación, Petroquímica y Gas y Petroquímica Básica, para convertirlas en dos direcciones generales del corporativo– la única filial que no sufrirá modificaciones es precisamente PMI Comercio Internacional.
El modelo que promueven las nuevas autoridades en la petrolera, y que se inició en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, le permite a la paraestatal manejar fuera del presupuesto público más de 1 billón 200 mil millones de pesos cada año, según documentó la Auditoría Superior de la Federación en su revisión a la Cuenta Pública 2010. Para el máximo órgano de fiscalización del país, las empresas PMI operan al margen de la ley mexicana y omiten rendir cuentas al Poder Legislativo.
Como lo ha informado Contralínea (edición 276, 18 de marzo de 2012), los multimillonarios recursos que maneja el Grupo PMI provienen de las operaciones de ventas de petróleo, costos de ventas, compras de insumos (por ejemplo, las gasolinas importadas), inversiones en el extranjero, dividendos cobrados, inversiones con instituciones financieras, obligaciones fiscales, participación en resultados de las inversiones en el extranjero, costos asociados, capital social, utilidades generadas por los accionistas, intereses ganados por inversiones, dividendos pagados, intereses ganados de préstamos realizados entre las propias compañías PMI, gastos de administración y de venta, flujo de efectivo y contratación de créditos.
Esos ingresos se administran en cuentas bancarias privadas, aperturadas en bancos extranjeros y, a pesar de que su origen es el petróleo mexicano, no son considerados parte del erario. A estos montos se le suman ahora los relativos a los contratos integrales, que desde 2008 gestionan de forma privada parte de la riqueza petrolera del país.
Para el ingeniero Moisés Flores Salmerón, secretario General del Sindicato de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros, el hecho de que PMI Comercio Internacional no entre en el proceso de reestructuración es un signo del intento de privatizar totalmente a la empresa.
“PMI ya es una empresa independiente de Pemex. Pero nosotros consideramos que debe estar dentro de la estructura de Pemex para poder comercializar los productos [en los mercados internacionales]. Ésa es nuestra propuesta.”
En entrevista con Contralínea, el líder sindical explica que el planteamiento de los trabajadores técnicos y profesionistas “siempre ha sido un Pemex nacional e integrado. No como lo hizo Salinas, que lo dividió en subsidiarias”. Para Flores Salmerón, la reestructura de la empresa debe servir para reintegrar las cadenas productivas, no para privatizar, como pretende el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Infografía:
Parte II: Dos nuevas empresas “privadas” de Pemex
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Fuente: Contralínea 326 / marzo 2013