Tercera y última parte
“Posteriormente a la detención de Osiel Cárdenas, en marzo de 2003, hubo muchos problemas dentro de la organización, ya que sus principales líderes, como Eduardo Costilla y Gregorio Sauceda, se desorientaron y querían esconderse, por lo que Heriberto Lazcano, Z-3, retomó el mando de la organización y los calmó. Una vez que pasó el tiempo suficiente para que las cosas se calmaran, regresé a las actividades de la organización como escolta del Lazca, durante seis meses. A mediados de 2003, el Lazca me envió a Nuevo Laredo bajo el mando de Pitalua, clave Z-11”, explica el Comandante Mateo.
Describe que, pasada la crisis, en agosto de ese año “nos hicimos de un radio del grupo contrario en el cual estaba Eloy Treviño y Edgar Valdez Villarreal, la Barbie (miembros del cártel de Sinaloa), quienes querían controlar ‘la plaza’”.
Mateo forma parte del grupo armado de Los Zetas hasta el 15 de julio de 2006, cuando es detenido por agentes federales, y del núcleo de sicarios Los Tangos, responsables de realizar directamente las ejecuciones que ordena el jefe. Mateo Díaz López, ya como testigo protegido de la Procuraduría General de la República (PGR), narra las operaciones del cártel entre 2003 y julio de 2006.
“Yo formaba parte del grupo armado conocido como Los Zetas, correspondiéndome la clave Z-10. Participé directamente en los homicidios que se llevaron a cabo. Quien se encargaba de levantar a los objetivos era Arturo Guzmán Decena, Z-1. Mi participación era brindar seguridad en los alrededores del lugar en que se encontraba la víctima. Z-1, quien siempre se hacía acompañar de Piña o Tín, así como de Betancourt, clave Z-2, trasladaban a las víctimas para ejecutarlas en el lugar conocido como Punto Milpa”.
Mateo ofrece detalles de una ejecución: “En una ocasión, Osiel nos entregó a una persona sin vida enredado en cobijas y nos ordenó que lo lleváramos a una de las bodegas para incinerarlo. Nos fuimos a las 11 de la noche a la casa de seguridad de Punto Agua, realizamos lo que se nos había ordenado y regresamos a las ocho de la mañana del día siguiente a Tampico”.
Para enfrentar la crisis pasajera de la organización delictiva, Heriberto Lazcano Lazcano, el Lazca, reagrupa a los miembros del cártel y a su brazo armado Los Zetas –con el respaldo y la aprobación de Osiel Cárdenas, quien desde el penal del Altiplano continúa operando–, apoyado por sus principales lugartenientes.
De acuerdo con Mateo, la reorganización del cártel, en 2006, queda de la siguiente manera: dirige “la plaza” de Tabasco Jorge Eduardo Costilla, el Coss, quien cuenta con el apoyo de los líderes de las distintas células como Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, quien dirige la plaza de Matamoros; Heriberto Lazcano, Z-3, a cargo de Los Zetas; Greorio Sauceda, el Caramuela, a cargo de “la plaza” de Reynosa; Miguel Treviño, clave L-40, de Nuevo Laredo; Jesús Rejón Aguilar, Mamito, de ciudad Miguel Alemán.
Juan Carlos de la Cruz Reyna, el JC, responsable de Tampico; Rafael Cárdenas Vela Junior, sobrino de Osiel, de San Fernando; Efraín Teodoro Torres, Z-14, del estado de Veracruz; el Chicles, de Lázaro Cárdenas, Michoacán; en Monterrey, Nuevo León, Eleazar Medina Rojas, el Chelelo; Luis Reyes Enriquez, el Rex, en el Distrito Federal; Antelmo Lázaro Rodríguez, el Chamoy de Cancún, y Braulio Arellano Domínguez, el Gonzo y su ayudante el Chafe, de Chiapas.
La célula del Coss está formada por Eduardo Costilla Sánchez; Baldomero González Ruiz, el Viejo Fox; José Manuel Barrientos Rodríguez, Pepillo el Flaco; Roberto Rincón, el Rincón; Álvaro Garduño Hernández, el Güerco, Pacheco Rivera, el Pacheco; Gabriel Montes Zermeño, el Gabriel; Emilio Montes Zermeño, el Emilio, Juan José Pérez López, el Chato, y Sergio Raúl Arteaga, todos excompañeros del JC.
Dice que Pitalua, Omar Lorméndez, permaneció como responsable de “la plaza” de Nuevo Laredo hasta mediados de 2003, “de la cual yo me hice cargo hasta mediados de 2005. Posteriormente, me mandaron a Valle Hermoso, y de ahí a San Fernando. Finalmente, Lazcano me trasladó a Cunduancán, Tabasco, de donde soy originario, con el fin de conocer la carretera y de tratar de apoderarme de ‘la plaza’. Ahí, fui detenido por la policía municipal”.
En esa época ya operaban unos 20 kaibiles en la organización del cártel del Golfo, de los cuales entre seis u ocho estaban a cargo de la seguridad de Heriberto Lazcano, Z-3. “Sólo conozco los apodos de cuatro de ellos: el Garfield, Chichimoco, el Machucazo y el Bruja. La idea de reclutar kaibiles dentro de la organización criminal era con el fin de reforzarnos, ya que éstos están mejor preparados que los Gafes”.
En septiembre de 2001, Osiel Cárdenas dio la orden que todo el grupo de sicarios fuera trasladado a Nuevo León para recibir un mejor adiestramiento militar. “Los instructores del curso fueron Daniel Pérez Rojas, el Cachetes; Héctor Robles Duarte, el Caballo; e Isidro López Arias, el Colchón. El curso duró dos meses. A partir de ahí, Los Zetas, que ya éramos más de 50, comenzamos a realizar más y mayores operaciones”, señala el testigo Rafael.
Karen agrega que “para junio de ese año, el JC llevó a cuatro personas para que se integraran al adiestramiento que nosotros estábamos recibiendo por parte de los kaibiles en la ciudad de Valle Hermoso. Ahí nos dijo que apoyáramos a su gente, porque de lo que aprendieran de los kaibiles iban a enseñar a el resto de su gente”.
Para entonces, varios zetas ya habían muerto, pero aún los buscaba y ofrecía recompensa por ellos la PGR mediante carteles con sus respectivas fotografías. Varios fueron identificados por el Comandante Mateo, entre ellos Raúl Alberto Trejo Benavides, el Alvín; Luis Alberto Guerrero Reyes, el Guerrero; Oscar Guerrero Silva, el Winni Pooh; Ernesto Zataraín, el Traca. Y entre los “desertores” mencionó a Daniel Enriquez Márquez Aguilar, el Chocotorro y Jorge López, el Chuta.
Ejecuciones y secuestros
En los separos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) se realiza una diligencia en la cámara Hassel, durante la cual el testigo protegido Rafael identifica a sus excorreligionarios el 29 de agosto de 2007, entre ellos a Juan Carlos de la Cruz Reyna, el JC o Tango 36, a quien conoció desde 2001 como miembro de la célula de Los Tangos, el grupo de sicarios cuya función principal era ejecutar e incinerar a quienes secuestraban Los Zetas, principalmente a los enemigos de Osiel Cárdenas.
Entre las víctimas de secuestro figuran Rogelio García García, el Roger, su hermano el Titino y su esposa, Nely Peña, privados de su libertad en 2001. También, Gaudelio Campos Campos o Gudelio Campos González y su esposa e hija, en el mismo año, a quienes el JC y el Meme ejecutaron e incineraron en el rancho Punto Milpa, al Sur de la ciudad de Matamoros, a dos kilómetros de la colonia Ejido la Luz, en una casa propiedad de Vázquez Mireles, jefe del JC.
También el JC participó en la incineración de los licenciados Miguel Ángel Martínez Sánchez y Antonio López Nakasono, así como de Gerardo Gazcón Sotero, efectivo de la Policía Federal Preventiva y de Ricardo García García y su esposa de apellido Peña.
El testigo protegido Rufino describe el 29 de agosto de 2007 al JC como un expolicía ministerial de Tamaulipas que formó parte de la célula de Rogelio García García hasta fines de 1999, cuando pasa a la célula de Víctor Vázquez Mireles, el Meme, donde opera entre 2000 y la primera mitad de 2001. De ahí pasa a la célula de Jorge Eduardo Costilla Sánchez, el Coss, hasta enero de 2002.
Dice que el JC siempre portaba una credencial de agente ministerial con la que charoleaba para proteger a los miembros del cártel y para obtener información valiosa. Participó en los homicidios del comandante de la FEADS (Fiscalía Especial para Delitos Cometidos contra la Salud) de Tamaulipas, Jaime Rajid Gutiérrez Arreola, y del Chava Gómez. También, en el rescate de Víctor Manuel Vázquez Mireles.
Confirma la participación del JC en el atentado para secuestrar y ejecutar a los agentes de la Drug Enforcement Agency (DEA) Marión Doubois, del Federal Bureau Investigation, Daniel Fuentes, y del testigo protegido José Luis, el periodista Juan Raúl Bermudez Núñez, quien “les proporcionaba información y señalaba casas de integrantes del cártel y de Osiel Cárdenas”.
Después de amenazar a los agentes estadunidenses, en noviembre de 1999, el JC se refugió en el rancho La Amarillas, en el municipio de China, Nuevo León, junto con Osiel Cárdenas, Eduardo Costilla Víctor Manuel Vázquez Mireles y Baldomero González Ruiz, el Viejo Fox.
El testigo con clave confidencial Rufino reconoce haber participado en reuniones similares del JC con los colombianos, “para negociar la compra de cargamentos de cocaína procedentes de Bogotá o el pago de la droga que ya se había recibido. Esto se hacía en la ciudad de México, porque aquí los colombianos tienen su forma de operar, ya que es una ciudad neutral y segura para ellos”.
Da cuenta, asimismo, de la orden que dio Osiel Cárdenas para ejecutar a Eulalio López Falcón, el Yeyo, en una casa de seguridad ubicada en Miguel Alemán, por tratarse de gente contraria a la célula comandaba por Gilberto García Mena, el Yune, quien fue detenido en Guardados de Abajo, municipio de Camargo, Tamaulipas, junto con 20 de sus cómplices, armas y 20 toneladas de mariguana el 10 de abril de 2001.
Yeraldín dice que en febrero de 1999 Osiel reunió a Los Zetas en la casa de Punto León, en Reynosa, cerca del Club de Leones de esta ciudad, y a otras personas que no formaban parte de su escolta. “Designó a Arturo Guzmán Decena, Z1, para que nos condujera, en total éramos 20 elementos, a ciudad Miguel Alemán con la finalidad de levantar a el Roli, quien tiempo después nos enteramos que estaba trabajando para el Yeyo López. Llegamos a la casa ubicada en la calle décima, donde fuimos recibidos a balazos. Lazcano disparó a unos tanques de gas provocando una explosión y luego salimos corriendo del lugar sin lograr el objetivo”.
El testigo Karen dijo conocer al JC desde abril de 2005, en Nuevo Laredo, de donde tuvieron que salir ese año debido a que “se calentó el lugar y Heriberto Lazcano nos mandó con el JC a Tampico, a efecto de que nos diera alojamiento en la casa de seguridad de Barandillas y armas de fuego para estar en espera y, en su momento, volver a regresar a nuestra ‘plaza’. Fue el Comandante Mateo quien nos presentó con Juan Carlos y nos comentó que estaba a la altura de Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, y que recibía apoyo de Los Zetas.
“Me platicó el Comandante Mateo que el JC ya tenía un chingo trabajando para la organización, que era familiar de Osiel y que había sido policía judicial de los chingones, que se había enfrentado a los agentes del otro lado (EU), que en una ocasión se quería quebrar a un testigo que traía la DEA en 2000, y que por su temple se había ganado “la plaza” de Tampico.
“En otra ocasión, en mayo del 2005, vi al JC en los límites de Pueblo Viejo, Veracruz, y Tampico, cuando yo iba en compañía de Miguel Treviño, alias el 40; Iván Velázquez Caballero, el Talibán, clave 50; Rafita, compañero de Juan Ortín, y el Grande, quienes están detenidos en Atlanta, Georgia, a efecto de que el JC nos diera equipo consistente en armas de fuego, chalecos antibalas, granadas, para ir a recoger un cargamento de 1 mil 200 kilogramos de cocaína que llegó por mar de Colombia a Veracruz, y de ahí a Pueblo Viejo en lanchas rápidas.
A las 16: 30 horas, agentes federales de la SIEDO cercan el restaurante Rincón Argentino de Presidente Mazarik, en Polanco, Distrito Federal, el 28 de agosto de 2007. En su interior degustan unas deliciosas carnes y chorizos Juan Carlos de la Cruz Reyna, el JC, del grupo compacto de Osiel, y los colombianos James Sánchez Cristancho, Carlos Alfonso Betancourt Escobar, Tulio Enrique Jaramillo Collazos, así como los tamaulipecos José Eduardo Garza Galaviz, Carlos Martín García Altamirano y Héctor Hugo Alvarado Hugarte, este último oriundo del Distrito Federal.
De acuerdo con Rufino, el JC había sido enviado por Eduardo Costilla, el Coss, a negociar con los colombianos cuando fueron capturados por los agentes federales de la PGR. Los colombianos Sánchez Cristancho, Betancourt Escobar y Jaramillo Collazos, quienes se internaron al país de manera ilegal, fueron procesados por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, y el 16 de septiembre de 2007, recluidos en el penal número 1 del Altiplano.
El JC, clave JC-T36, se identifica con una credencial que lo acredita como subdirector de Comunicación Social del periódico Suplemento de Policía, a nombre de Alejandro del Bosque. Finalmente, bajo presión de los agentes federales, reconoce pertenecer al cártel del Golfo, como responsable de “la plaza” de Tampico.
Relación de los miembros del cártel del Golfo
Detenidos
Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta
Víctor Manuel Vázquez Mireles, el Meme loco
Miguel Ángel Soto Parra, el Parra
Daniel Pérez Rojas, el Cachetes
Jaime González Durán, el Hummer
Nabor Vargas García, el Débora
Mateo Díaz López, Comandante Mateo
Omar Lormendez Pitalúa, el Pita
Eduardo Salvador López Lara, el Chavita
Alfonso Lechuga Licona, el Cañas
Isidro Lara Flores, el Colchón
José Ramón Dávila López , el Cholo
Alejandro Lucio Morales Betancourt, Z-2
Hugo Ponce Salazar, Z-4
Flavio Méndez Santiago, el Amarillo
José Guadalupe Ribera Hernández, el Gordo Mata
Rogelio García González, el Coco
Simón Mendoza Ávila
Rafael Salinas Cornejo, el Chilaquil
Nereo Mejía Quintana
Antonio Galarza Coronado, el Amarillo
Carlos Rosales Mendoza, el Tísico
Víctor Manuel Hernández Barrón, el Flanders Dos
Francisco Vázquez Guzmán
Germán Torres Jiménez, el Tatanka
Rogelio González Pizaña, el Kelín
Prófugos de la ley
Heriberto Lazcano Lazcano, el Lazca
Jorge López, el Chuta
Galindo Mellado Cruz, el Mellado
Jesús Enrique Rejón Aguilar, el Mamito
Sergio Enrique Ruiz Tlapanco, el Tlapa
Gonzalo Jerezano Escribano, el Cuije
Gustavo González Castro, el Erótico
Rafael Cárdenas Vela, el Junior
Carlos Vera Calva, el Vera
Víctor Nazario Castrejón Peña
Braulio Arellano Domínguez, el Gonzo
Daniel Enrique Márquez Aguilar, el Chocotorro
Prisciliano Ibarra Yepis
Rogelio Guerra Ramírez, el Guerra
Lucio Hernández Lechuga, el Lucky
Eduardo Estrada González
Ernesto Zatarín Beliz, el Traca
Marcelino del Moral Ramírez, Materiales de guerra uno
Eleazar Medina, el Chelelo
Eduardo Estrada González
Muertos
Raúl Alberto Trejo Benavides, el Alvin
Luis Alberto Guerrero Reyes, el Guerrero
Óscar Guerrero Silva, el Winnie Pooh
Efraín Teodoro Torres, el Efra
Arturo Guzmán Decena, Z1
Omar Hernández Bautista, el Omarcito
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