El Cártel de Genaro García Luna –secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón– se cimentó en espías formados en el extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional, expertos cibernéticos, emisarios del narcotráfico, un director de penal de máxima seguridad, incondicionales y policías federales
Genaro García Luna, encumbrado por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa como el “superpolicía” del régimen panista, confeccionó una red que se coludió con el crimen organizado en México y, al mismo tiempo, monopolizó la seguridad: tierra, aire y mar, para ponerla en manos de los barones del narcotráfico, particularmente del Cártel de Sinaloa.
La Presidencia de la República –el jueves 16 de febrero– presentó un organigrama sobre este clan criminal, basado en la información presentada por la Fiscalía estadunidense que acusa de narcotráfico, delincuencia organizada y falsedad de declaraciones a García Luna en Nueva York.
Documentos de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), la Policía Federal (PF) y la Agencia Federal de Investigación (AFI) dan cuenta de los nombres completos y funciones formales de los señalados.
En la gráfica de organización tipo “clan vertical” aparece como líder –sin ser el verdadero detentor de la cúpula política– Genaro García Luna, quien nació en la Ciudad de México, el 10 de julio de 1968.
El ingeniero mecánico (UAM) se especializó en seguridad pública en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) por 10 años. Pasó a la Policía Federal Preventiva en 1999. Luego, a la Policía Judicial Federal (PJF). Más tarde a la Agencia Federal de Investigación (AFI). Y, finalmente, fue ungido como secretario de Seguridad Pública federal en septiembre de 2001, siendo presidente Felipe Calderón Hinojosa.
El 10 de diciembre de 2019 se informó sobre su detención en Dallas, Texas, acusado por el fiscal del Distrito este de Nueva York de cinco delitos: pertenecer a una empresa criminal de forma continuada; formar parte de una conspiración internacional para distribuir cocaína; conspirar para poseer cocaína e intentar distribuirla; conspirar para importar cocaína, y falsificar declaraciones (sobre situación migratoria).
En segundo nivel dentro del organigrama aparecen Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García. El primero, en 1989 ingresó al Cisen. En 1993, es designado para dirigir al primer grupo operativo del Centro Nacional de Control de Drogas de la PGR.
En 1996, se convierte en el primer jefe del grupo antisecuestros de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada de la PGR. En 2000 es nombrado director general adjunto de la Policía Judicial Federal (PJF).
En 2001 se convierte en el primer director general de Investigación Policial de la AFI-PGR.
En el sexenio de Felipe Calderón también ocupó la dirección general de Seguridad Privada de la Secretaría de Seguridad Pública federal, nombramiento recibido en 2007. Ahí, estableció colaboración y comunicación entre gobierno y las empresas dedicadas al ramo.
En julio de 2008 fue designado Coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito, de la Policía Federal. Después pasó –febrero de 2010– a la titularidad de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal.
El mes de julio de 2021 fue detenido por el delito de tortura contra Israel Vallarta presunto líder de la banda de secuestradores Los Zodiaco y el montaje donde se obligó a simular a la ciudadana francesa Florence Cassez.
El segundo del escalón dos es Ramón Eduardo Pequeño García, quien estuvo al frente de la División de Inteligencia de la Policía Federal. También se desempeñó como delegado del Cisen en el Estado de México.
En 2015 su nombre fue más expuesto, cuando Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, escapó del penal el Altiplano. En ese tiempo Pequeño García era el encargado de monitorear la celda de Joaquín El Chapo Guzmán. Sin embargo, continuó en los cuerpos de seguridad y fue trasladado a División Científica de la Policía Federal, donde estuvo algunos meses.
Al convertirse Genaro García Luna, en Secretario de Seguridad Pública, Ramón Pequeño fue designado jefe de la División Antidrogas y en 2014 se cambió a la División de Investigación. Previamente se encontraba en la AFI.
En 2021 trascendió que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) le habría comprado en 11 millones de pesos un software para trabajos de inteligencia a una empresa aparentemente constituida en noviembre de 2016 por Ramón Pequeño García. Es detenido en diciembre de 2019 por autoridades estadunidenses.
En el tercer nivel del organigrama aparece Armando Espinosa de Benito, quien se convirtió en Comisionado de la División Antidrogas de la Policía Federal.
De igual forma, Facundo Rosas Rosas, a quien se le entregó la División de Inteligencia de la Policía Federal, cargo diseñado exprofeso para él, pues no aparecía en el organigrama. Facundo Rosas Rosas habría participado en el caso Rápido y Furioso.
Autoridades federales lo detuvieron por atropellar a una mujer en San Ángel, alcaldía Álvaro Obregón, provocándole la muerte, el 27 de enero 2021. También se inició en el Cisen. Se integró a la AFI como Director de Secuestros de la Dirección de Investigación Policía federal. Fue Coordinador General de Seguridad Regional de la Policía Federal Preventiva.
En este mismo rango se presentó a Iván Reyes Arzate, la Reina, quien fungió como jefe de la Unidad de Investigaciones Sensibles (UIS) y era uno de los comandantes de la extinta Policía Federal más cercanos a Genaro García Luna.
En febrero de 2022 fue condenado en Estados Unidos a 10 años de prisión por el delito de conspiración para traficar cocaína, del cual ya se había declarado culpable.
Con el mismo peso, se incluyó a Víctor Gerardo Gray Cadena, quien fuera comisionado interino de la Policía Federal, presunto responsable de robo específico, abuso de autoridad y delincuencia organizada agravada. Se le imputó proteger al cártel de los Beltrán Leyva y de haber tomado dinero y objetos durante su participación en un operativo en Escarcha 32, colonia Jardines del Pedregal, y en Temazcatitla sin número, colonia Desierto de los Leones.
Además, a estos dos últimos personajes se les acusa de haber permitido la comisión de vejaciones y violencia física contra personas que estaban en el citado inmueble.
En julio de 2007, en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, durante el desarrollo de un operativo conjunto AFI-PFP, fueron asesinados cinco elementos federales; dos fueron torturados hasta morir y tres más fueron ejecutados fuera del hotel donde se hospedaban. Todos eran integrantes de un grupo de inteligencia que operaba al mando de Víctor Gerardo Garay Cadena.
Le sigue, en el mismo orden, Édgar Enrique Bayardo Villar, excomandante de la Policía Federal que se convirtiera en “testigo protegido”. Este fue ultimado a tiros en la sucursal de Starbucks ubicada en el cruce de las calles Pestalozzi y Pilares, en la entonces delegación Benito Juárez.
En 2008, el nombre de Édgar Enrique Bayardo se convirtió en referente de la vinculación entre altos mandos de la policía federal y las organizaciones criminales, luego de que el 16 de octubre de ese año encabezó un operativo para detener a presuntos narcotraficantes colombianos en una residencia que se localiza en el Desierto de los Leones. Y el 20 de octubre, Jesús Zambada García, el Rey Zambada, le llamó para que evitara que lo detuvieran policías capitalinos y federales tras un tiroteo en la colonia Lindavista, hoy alcaldía Gustavo A Madero.
Tras su detención, se conocería que el Cártel de Sinaloa le pagaba para que atacara y detuviera específicamente a los integrantes de la organización de los hermanos Beltrán Leyva. Sus declaraciones sirvieron para la detención del extitular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), Noé Ramírez Mandujano y la captura de ocho funcionarios más dentro de la llamada Operación Limpieza.
El escalón o nivel se cierra con Francisco J Gómez Meza, exdirector del penal de máxima seguridad de Occidente, con sede en el estado de Jalisco. Fue declarado formalmente preso por un juez federal por el presunto delito de delincuencia organizada. Ocupó el cargo de director de Despliegue Regional de la AFI. Entre 2007 y 2008 ofreció protección al cártel de los Beltrán Leyva. Fue encarcelado en el Altiplano, Estado de México.
El cuarto escalón o nivel del organigrama presenta a Norberto Vigueras Beltrán, a quien se le asignó la jefatura regional de la AFI en Sinaloa, desde donde mantenía relación con la delincuencia, donde estuvo de 2003 a 2006.
También se identificó a Fidel Hernández García, como Policía Federal coludido con el narcotráfico, a Carlos Gerardo Castillo Ramírez, elemento de la AFI capturado en el operativo donde se detuvo a Rey Zambada García.
Con los mismos vínculos se presentó a Jorge Cruz Méndez, Policía Federal, a José Guillermo Baéz Figueroa, y Eloy “N”, ambos capturados dentro de un grupo de 16 personas en operación de la colonia Lindavista, Ciudad de México.
El último sujeto identificado es Víctor Hugo García, el Sobrino, a quien se le mencionaba como “sobrino” de Genero García Luna por compartir el apellido. Este sería un cercano colaborador de García Luna en la entrega de dinero.
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