El secretario de la Defensa Nacional debe ser un civil y tener bajo su mando al Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada de México, propone una iniciativa de reforma a las leyes orgánicas del Ejército y la Marina que se presentará esta semana en la Cámara de Senadores. Con ésta, se iniciará la discusión para acotar el poder que las Fuerzas Armadas acumularon en este sexenio y regresar a los militares a los cuarteles; además, la posibilidad de desaparecer la Secretaría de Marina
Con el objetivo de acotar las funciones de las Fuerzas Armadas, esta semana el Senado de la República conocerá una iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 11 y 16 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos y 5 de la Ley Orgánica de la Armada de México.
La propuesta –impulsada por Layda Sansores San Román, legisladora por el Movimiento Ciudadano– buscará que un civil encabece la Secretaría de la Defensa Nacional, y que bajo su mando se encuentren el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada.
En el caso del artículo 16 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, la modificación consistiría en eliminar las líneas que describen al titular de la Defensa como un militar, y que hasta ahora se leen de la siguiente manera: “el alto mando del Ejército y Fuerza Aérea los ejercerá el secretario de la Defensa Nacional; el cual será un general de división del Ejército, hijo de padres mexicanos; y que con el objeto de establecer distinción respecto del resto de militares del mismo grado se le denominará solamente general”.
La misma iniciativa promueve suprimir la estructura de mando vigente en la Secretaría de Marina, con lo cual prácticamente se decretaría su desaparición. Y es que la fuerza que hasta ahora administra (y que es la Armada de México) pasaría al control de la Defensa Nacional.
Actualmente el artículo 5 de su Ley Orgánica establece que “la Armada de México, para el cumplimiento de su misión, ejercicio de sus atribuciones y desarrollo de sus operaciones navales, comprende los siguientes niveles de mando: I. Mando supremo; II. Alto mano; III. Mandos superiores en jefe; IV. Mandos superiores, y V. Mandos subordinados”.
La propuesta de reforma contempla únicamente los mandos I y V. Además, incluye el siguiente párrafo: “el Mando Supremo de la Marina de Guerra corresponde al presidente de la República, quien lo ejercerá por sí o a través del secretario de la Defensa Nacional; para el efecto, durante su mandato se le conocerá como comandante supremo de las Fuerzas Armadas”.
De acuerdo con el borrador de la iniciativa, del cual Contralínea obtuvo una copia, “ante una crisis de seguridad, como nunca se había conocido en la historia reciente de México, preocupa el peligro que este hecho encierra para establecer la supremacía civil”. Indica que “en una democracia el poder militar debe estar subordinado a la autoridad civil”.
El documento señala que “en la medida en que se acepte la intromisión de los militares en asuntos que no son de su incumbencia profesional se estará erosionando la legitimidad política y la acción de gobierno”.
Agrega que el secretario de la Defensa constituye un vínculo entre las Fuerzas Armadas y la administración pública, y en especial con la nación. Por ello, su condición de civil le permitirá apreciar, “serena e imparcialmente”, las necesidades militares. “Colocado por encima de todos los jefes militares, estará singularmente situado para regular el equilibrio entre la política y la fuerza, buscando al mismo tiempo reprimir el exceso militar y restringir la imprudencia política”.
Fuente: Contralínea 312 / noviembre de 2012