Huelga de hambre por justicia para Bety Cariño y Jyri Jaakkola

Huelga de hambre por justicia para Bety Cariño y Jyri Jaakkola

A cuatro años del asesinato de Alberta Cariño Trujillo, directora del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (Cactus), y Jiry Jaakkola, observador de derechos humanos de origen finlandés, familiares, abogados y compañeros de organizaciones no gubernamentales exigen la detención de sus asesinos y alto a la impunidad. Se mantienen en Huelga de hambre.

El 27 de abril de 2010, Bety Cariño y Jyri Jaakkola viajaban a bordo de una camioneta tipo Van, al frente de una caravana de paz, acompañada por organizaciones de la sociedad civil, maestros y periodistas. El objetivo: llevar “apoyo activo a la organización del municipio autónomo de San Juan Copala, Oaxaca, y su lucha por unir al pueblo triqui, así como contribuir a detener cualquier tipo de agresión contra la comunidad”; también llevaban alimentos y agua.

Una vez ingresado a la comunidad de La Sabana, zona triqui dominada por la organización Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), más de 20 paramilitares dispararon con armas largas y cuernos de chivo por largo tiempo. Los vehículos se habían topado con una hilera de piedras, en el Paraje Los Pinos.

 Bety Cariño y Jyri Jaakkola viajaban a bordo del vehículo que portaba una manta con la leyenda “Prensa y Caravana de Observación”. Ahí quedaron sus cuerpos inertes.

Luego de la emboscada en la que murieron los defensores de derechos humanos, una veintena de personas han declarado ante la Procuraduría General de la República, ninguna ha sido detenida por los crímenes. En tanto no ha llegado la paz a la zona indígena y los simpatizantes del municipio autónomo continúan en el exilio y en la miseria desde 2010.

A continuación Contralínea reproduce la carta íntegra de los participantes la Jornada por la detención de los asesinos de Bety Cariño y Jyri Jaakkola.

México, D.F., a 5 de mayo de 2014.

 A la solidaridad de la gente y de los pueblos

 A quienes resisten y enfrentan la persecución

 A quiénes levantan su voz y son encarcelados injustamente

 A quienes se organizan para no olvidar

 En memoria de nuestros muertos luchan

A cinco días de Huelga de Hambre.

Porque NO existe memoria sin justicia, ni paz sin verdad.

Hoy cumplimos 8 días de acciones en la Jornada por la detención de los asesinos de Bety Cariño y Jyri Jaakkola, y 5 de ellos en huelga de hambre, acciones encaminadas para exigir justicia. Hemos contado con la solidaridad de muchas compañeras y compañeros, de nuestras familias que caminan a nuestro lado y demandan la detención de los asesinos. También, algunos presos políticos, acusados por defender la vida y la tierra, desde la cárcel se han pronunciado y sumado a nuestra huelga de hambre. Y, sobre todo, hemos tenido el apoyo de quienes están aquí acompañándonos con su presencia y solidaridad en esta huelga que demanda y confronta al estado para que procesen, bajo la leyes propias de un Estado de derecho, a los responsables de las muertes de Bety y de Jyri, de quienes recordamos sus palabras en nuestra memoria y nuestro corazón, y nos fortalecen para seguir adelante.

Y es que no existe memoria sin justicia, ni paz sin verdad. Por ello, es preciso volver a decir que Bety fue ultimada no sólo por los dirigentes del grupo paramilitar UBISORT, sino desde el gobierno priista de Ulises Ruiz Ortiz, quien a pesar de que es sabido que él robó, encarceló, reprimió al pueblo oaxaqueño, asesinó a dirigentes sociales, y que en su gobierno hubo desapariciones forzadas, vive en la impunidad por el acuerdo y los pactos entre la clase política y el gobierno.

¿Qué más podemos expresar? Llevamos cuatro años exigiendo justicia. La familia de Jyri y yo, como compañero de Bety, hemos tocado todas las puertas necesarias de las instituciones correspondientes; hemos escuchado las palabras huecas de autoridades, desde presidentes de la república a procuradores, ministros de relaciones exteriores, subsecretarios, fiscales, gobernadores y de cada una de sus instituciones estatales y federales encargadas de impartir justicia. Pero ya no creamos en sus falsas promesas.

Después de cuatro años, seguimos aquí, nuevamente gritando, exigiendo nuestra demanda que es la de miles de mexicanos que ven y viven en este país, donde no se puede estar peor: alto a la impunidad, a la corrupción. Son las propias víctimas de este país quienes han puesto nombre y rostro a los agresores, porque las instituciones son obsoletas, incompetentes y corruptas; y aun así, siguen demandando justicia.

¡Por eso estamos aquí, y aquí seguiremos! Por plena conciencia, porque queremos a los responsables en la cárcel, porque queremos justicia en México, porque exigimos que se cumpla la ley. Hacemos un llamado desde este lugar para que nuestra voz se escuche mediante ustedes, quienes resienten y enfrentan la persecución del estado, del crimen organizado o los grupos de poder; quienes levantan la voz o son encarcelados por demandar sus derechos y defender al pueblo; quienes se organizan para no olvidar las vejaciones y las violaciones a nuestros derechos. Por la memoria de nuestros muertos. Por los que luchan por la vida.

¡Justica para Bety y Jyri!

¡Detención de los asesinos Ya!

¡No más impunidad!

¡La omisión es complicidad