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El derecho a la protesta

En México existe una campaña de linchamiento mediático en contra de quienes se atreven a pensar diferente y salir a las calles a protestar. Los noticieros reportan las marchas pero omiten una y otra vez las reivindicaciones o causas de la protesta. La cobertura sesgada sobre el conflicto de los estudiantes en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), o de las protestas de maestros en Oaxaca y Guerrero son ejemplos palpables.

Al maestro con cariño

La brutal represión ejercida por la militarizada Policía Federal en contra de los maestros de Guerrero, el 5 de abril pasado, no es más que otra expresión extrema de la proclividad de un Poder Ejecutivo que se siente iluminado, elegido para llevar a cabo misiones elevadas que considera unilateralmente como sus “razones de Estado” y utilizar los aparatos represivos para tratar de alcanzar sus fines; que por encima de la responsabilidad constitucional del político democrático, del estado de derecho, está dispuesto a emplear insensiblemente la fuerza del poder por encima de las necesidades y el bienestar de la población; que está inclinado a sofocar por medio de la violencia a los que no aceptan sumisamente alinearse a sus dictados y el orden que pretende remodelar, según su exclusiva perspectiva principesca; que antes de servirse de la razón, de analizar y valorar las heterogéneas posturas de la sociedad, de negociar, de alcanzar consensos, prefiere descalificar, intimidar, aislar, reprimir, encarcelar y derrotar, en el momento que considere oportuno, a los descontentos de sus medidas, sin darles la oportunidad a los afectados de defender sus intereses; éstos, impotentes, al carecer de los mecanismos jurídicos e institucionales que les permitan hacerse escuchar y resolver los conflictos pacíficamente, se ven obligados a recurrir legítimamente a cualquier método.

Radio Educación y sus tres Pulsos de información

La programación en las diversas frecuencias radiofónicas excepcionalmente no tiene un espacio para noticieros. La mayoría sí, con información sobre los hechos que tienen lugar en nuestro país y lo más relevante en el resto del planeta. También incluyen opiniones de corte periodístico e incluso ofrecen datos culturales, de espectáculos y temas económico-financieros. El duopolio televisivo ha copiado, con algunos cambios que no hacen verano, lo que ocurre en la radio y que sigue siendo punto de partida para la comunicación por todo el territorio nacional. Si tomamos en cuenta a las radios comunitarias, siempre perseguidas por inquisiciones político-administrativas que terminan por clausurarlas en un acto autoritario de censura, en lugar de ayudarlas a legalizarse o expandirse… Y es que éstas son frentes de defensa y comunicación entre poblaciones casi siempre indígenas, sin acceso a medios semejantes de información.

Hacia la restauración del presidencialismo despótico

La obstinación de algunos gobernantes por aparecer incesantemente ante los reflectores, aunque carezca de sentido, se asemeja al llamado trastorno obsesivo-compulsivo. ¿Qué objeto tiene remedar tradiciones ajenas cuando no se tiene nada relevante qué informar a la nación?

Fernández Zayas: “El SNI aprecia mal la crítica profunda”

José Luis Fernández Zayas, director del SNI, reconoce que esta agrupación “evalúa con base en méritos científicos, a través de documentos aprobados entre pares, lo que hace que muchas veces no sea bien apreciado el trabajo más crítico”. Esto, a propósito del fallo del SNI, que decidió no renovar el nombramiento de investigador nacional nivel I a Palacio Muñoz, docente de la Uach

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