La famosa iniciativa de guerra contra el terrorismo lanzada por el expresidente estadunidense George W Bush es una farsa. Ningún movimiento terrorista o paramilitar por más ideologizado o estructurado que esté –sin el masivo apoyo del pueblo que caracteriza una revolución– ha logrado vencer a un Estado en términos de lucha militar. Los ejemplos abundan: el IRA no pudo con el gobierno inglés; la ETA, con el Estado español; Sendero Luminoso, con el Estado peruano. El Estado goza enormemente de mayores recursos financieros y militares para destruirlos. Hoy en día los estrategas del Pentágono, con la administración de Obama, financian y manipulan el terrorismo y fundamentalismo islámico para sus fines geopolíticos