En el sexenio de Calderón, la industria de la seguridad privada se expandió entre el 10 y el 15 por ciento cada año mientras que el conjunto de la economía aumentó alrededor del 2 por ciento. Sin embargo, la proliferación de firmas y servicios no derivó en mayores garantías para la seguridad física de familias y empresas, ni de sus bienes y valores: de los 6 mil 600 prestadores de servicios de seguridad privada, apenas el 50 por ciento cuenta con autorizaciones gubernamentales y sólo el 3 por ciento, con certificados de calidad. Ahora el reto es depurar la oferta, coinciden empresarios consultados