Felipe Calderón

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Posible, el juicio a Calderón por crímenes de guerra

La Corte Penal Internacional resolverá, antes de concluir 2012, si acepta la petición para enjuiciar al presidente Calderón y a su gabinete de seguridad por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Sólo con abrir el análisis preliminar sobre el caso mexicano, la Fiscalía señalaría la responsabilidad del gobierno federal respecto de los más de 60 mil civiles asesinados, 13 mil desaparecidos, 250 mil desplazados, 30 mil infantes enrolados en los cárteles de la droga y decenas de torturados en cuarteles militares. De iniciarse el proceso judicial, el aún mandatario no podría alegar inmunidad presidencial por los “daños colaterales” de su principal política pública –la “guerra” contra el narcotráfico–, que defenderá en su sexto y último informe de gobierno

La respuesta airosa de Sicilia

La violencia aumenta desmesuradamente, y mientras Felipe Calderón estaba más preocupado en querer colgarse las medallas olímpicas y mangonear a su partido, Javier Sicilia emprendió una travesía de un mes por Estados Unidos con el fin de despertar, en serio, la conciencia de los habitantes del único imperio que tenemos, no obstante, sus grandes debilidades.

El PAN en Benito Juárez

En la capital del país, el único reducto que conservó el Partido Acción Nacional (PAN) fue la delegación Benito Juárez, misma que viene gobernando desde hace 12 años. Para oprobio de los capitalinos, la demarcación que lleva el nombre del Benemérito sigue en manos de la reacción.

El tercer asalto oligárquico del poder

“Ahora es el turno del ofendido por años silencioso, a pesar de los gritos”, dijo el poeta Roque Dalton. Ahora le toca a los indignados y agraviados mexicanos, con “puños, uñas, saliva, corazón, entrañas, tripas, cosas de varón [y de mujer, agrego por mi parte] y dientes”, como escribió Miguel Henríquez, defender sus anhelos republicanos, de justicia y bienestar, sus esperanzas y utopías de un mundo mejor, políticamente democrático, participativo y económicamente posneoliberal, socialmente incluyente, con dignidad y autonomía frente al exterior, que fueron sepultados por la avalancha de detritus vertidos por el bloque hegemónico durante las elecciones, con tal de tratar de encaramar en la Presidencia a Enrique Peña Nieto, por cualquier medio, y que terminó por ensuciar, deslegitimizar y envilecer todo el proceso.

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