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Jacobo Silva Nogales: los días en el purgatorio

Su ingreso al penal de máxima seguridad le pareció un alivio. No sabía que el “aniquilamiento de la persona” ahora era distinto, pero no había terminado. Compartió crujía con Miguel Ángel Félix Gallardo, Caro Quintero, Francisco Arellano Félix, Chávez Araujo, Pardo Cardona y Tinoco Gancedo. Más tarde, con Ignacio del Valle, líder de San Salvador Atenco, con quien trabó una profunda amistad. Jacobo Silva Nogales, se repuso del más crudo enclaustramiento que se ejerce en México y recuperó a su familia, se convirtió en pintor y se hizo cargo de su propia defensa legal y de la de su esposa. Obtuvo la libertad al ganar el juicio al Estado mexicano en 2009

Jacobo Silva Nogales: los días en el infierno

Sus captores le decían que se encontraba en el infierno. Fue sometido a intensas torturas durante 6 días. El viejo método del policía bueno y el policía malo se le aplicó de inmediato: a las sesiones de tormentos seguían las palabras amables para delatar a sus compañeros

Jacobo Silva, entregado a inteligencia militar

En la búsqueda de la expansión del movimiento armado, el Comandante Antonio puso su confianza en quien finalmente acabaría entregándolo al Ejército. En el operativo de captura, agentes especiales se disfrazaron de indigentes

Jacobo Silva: el nacimiento del ERPI

El contacto con los pueblos indígenas modificó la manera de “hacer la Revolución” y también profundizó las diferencias al interior del PDPR-EPR. A decir de Jacobo Silva Nogales, las comunidades na’saavi, me’phaa, nahuas y amuzgas “aportaron el compromiso con la verdad, el valor de la palabra, el respeto a los acuerdos y la democracia directa”: sí al marxismo, pero no burocrático ni exclusivista. La separación de la estructura de Guerrero del EPR, concluida en enero de 1998, estuvo a punto de haber sido violenta

Jacobo Silva Nogales: Aguas Blancas, el epicentro de una revolución

La matanza de campesinos a manos de policías estatales en el vado de Aguas Blancas, Guerrero, aceleró los preparativos para la insurrección del EPR. Antes y después del hecho, la fuerza guerrillera realizó acciones armadas contra militares y policías. Aunque el número de milicianos crecía, las diferencias al interior del EPR se volvían irreconciliables

Jacobo Silva Nogales: del PDLP-PROCUP al EPR

La actividad insurgente –que incluyó trabajo de alfabetización, formación teórica, adiestramiento, propaganda, emboscadas y expansión del movimiento– comenzó un ascenso vertiginoso a partir de 1988 y se consolidó en 1994. En ese tiempo el PDLP se fusionó con el PROCUP y recibió críticamente la noticia del levantamiento del EZLN. Los guerrilleros guerrerenses, a diferencia del Comité Central, se identificaron inmediatamente con las demandas de los pueblos indígenas

Jacobo Silva Nogales: la regeneración de las columnas guerrilleras

La lucha armada en Guerrero se reactivó bajo las siglas del PDLP. El joven Jacobo Silva Nogales recibió la encomienda de reactivar los contactos de Lucio Cabañas en la Sierra de Guerrero. Ellos serían la base de las filas del PROCUP-PDLP, después el EPR y luego del ERPI. Jacobo dio el salto definitivo a un camino que pensó sería de no retorno: el de la clandestinidad

Tercera pinta: instrucciones para ingresar a la guerrilla

El adolescente Jacobo Silva Nogales buscaba incorporarse a la lucha armada. Creía que con eso bastaba para, algún día, pertenecer a una de las organizaciones político-militares. Lo cierto es que la guerrilla ya lo había escogido y sin advertirlo había iniciado con él un proceso de formación teórica, política y de acondicionamiento físico. El Partido de los Pobres había visto en él la oportunidad de reactivar su movimiento

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