“Populismo” latinoamericano, un fantasma duro de matar
Tras casi 20 años de iniciado, el proceso nacional-popular (progresista, o posneoliberal o de izquierda, como quiera llamársele) debería hacer un balance para identificar pros y contras, aciertos y yerros, fortalezas y debilidades, a fin de consolidar propuestas hacia el futuro. Es necesario e importante.