Ninguno de los promotores en el Congreso de la Unión a las reformas del Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (Pensionissste) se tomó la molestia de informar a los directamente interesados los pormenores en el cambio de modelo para el manejo de los fondos de su vejez, como la opacidad y los cobros onerosos que les esperan en la operación individual de sus cuentas y que desde 1997 ha permitido a las administradoras de fondos para el retiro (Afore) obtener multimillonarias ganancias con el manejo discrecional de un dinero del que disponen de manera arbitraria y, cual si se tratará de una ronda de volados, apuestan irresponsablemente en la Bolsa de Valores a través de las llamadas “inversiones de riesgo”, sin que el Estado ni los legisladores metan al orden a los irresponsables banqueros y eviten que los ahorros de millones de trabajadores puedan esfumarse en los próximos años.