Contratos fuera de presupuesto asignados directamente e incrementos de hasta tres veces en sueldos de directivos, entre otras irregularidades financieras y administrativas. Todo, con recursos que la oficina en México de Amnistía Internacional recibe de subvenciones, préstamos, ingresos por membresía y donaciones. Cuando integrantes de la organización alertaron de la situación a sus superiores, fueron despedidos. Perseo Quiroz, director, rechaza que existan irregularidades, pues cuentan con “mecanismos de control rigurosos”.