Secretaría de la Defensa Nacional

Arriba

La sumisión

Una vez documentado el espionaje estadunidense sobre territorio mexicano y su población, incluido el presidente Enrique Peña Nieto –lo cual era del dominio público pero ahora ha sido comprobado con documentos extraídos de órganos de inteligencia de aquel país–, qué argumentos puede utilizar el gobierno federal para reclamar enérgicamente a su homólogo de Estados Unidos, cuando han sido las mismas administraciones priístas y panistas que durante décadas consintieron el intervencionismo extranjero en las decisiones políticas, económicas y de seguridad del país.

Instituciones de seguridad nacional, contra la población

Estudiantes, activistas, amas de casa, campesinos… Contra cualquiera se podrían enfilar las instituciones de seguridad nacional del Estado mexicano. El marco jurídico define ambiguamente cuáles son las actividades que amenazan a la nación; y nada dice de cuáles son los objetivos, intereses y aspiraciones nacionales.

Opacidad y violación a los derechos humanos en nombre de la “seguridad nacional”

Espionaje ilegal, ausencia de rendición de cuentas, violación a derechos humanos, impunidad, falta de control social, ineficiencia… Definiciones que surgen de especialistas, legisladores y de los propios funcionarios cuando se trata de analizar seriamente el desempeño de las instituciones mexicanas encargadas de la seguridad y la defensa nacionales, que tan sólo para 2013 cuentan con un presupuesto que rebasa los 73 mil millones de pesos.

Más de 55 mil deserciones en las Fuerzas Armadas

Durante el sexenio de Felipe Calderón 55 mil 129 efectivos del Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea Mexicana y la Armada de México desertaron de sus unidades. El número de militares que abandonaron irregularmente las Fuerzas Armadas Mexicanas supera a la totalidad de tropas activas de países europeos como Holanda, Portugal, Dinamarca, Suiza y Noruega, y latinoamericanos como Cuba, Bolivia y Uruguay.

en Tendencias

Tendencias