Dos de las instituciones educativas públicas más importantes y trascendentes del país han sido severamente criticadas por su sistema de pensiones (sueldos vitalicios) que beneficia a exrectores y exdirectores en momentos en que los presupuestos públicos que les asignan son escasos e insuficientes. Se trata de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), este último en plena efervescencia estudiantil y académica por la intransigencia y autoritarismo de su exdirectora general, Yoloxóchitl Bustamante Díez.