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Desastre migratorio: herencia de Calderón

Calderón termina su sexenio inmerso en una crisis migratoria: corrupción de altos funcionarios de migración, secuestros, masacres de centroamericanos supuestamente cometidas por grupos del crimen organizado, y leyes que no garantizan la protección de migrantes. A pesar de que se “normalizó” el flujo migratorio de mexicanos hacia Estados Unidos, según la Cámara de Diputados, el problema no está resuelto y se ha agudizado, señalan especialistas

Saldo negativo en materia energética

Al final del sexenio de Felipe Calderón, el saldo en materia energética es negativo. Por ejemplo, la corrupción continuó en las dos principales empresas del Estado, la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos (Pemex), en donde se asignaron contratos mediante el pago de comisiones y se privilegió a intermediarios sin capacidad para cumplir con las obras y servicios. El resultado arrojó funcionarios enriquecidos de manera ilícita y empresarios beneficiados económicamente.

Fox y Calderón: dos sexenios perdidos

Que Calderón resultó mucho peor gobernante y administrador que Fox, no hay la menor duda. Y eso que Fox fue un desastre total como jefe de gobierno y jefe de Estado. Ambos panistas desgraciaron (más) el país en estos 12 años, durante los cuales se hicieron del poder presidencial en términos pírricos, dejando a la nación totalmente carente de políticas públicas económicas, sociales y culturales. El foxismo se aprovechó de la inercia zedillista, la esperanza de la alternancia y la posibilidad de inaugurar la transición “para resolver con más democracia los problemas de la democracia”.

El escenario adecuado para una tormenta perfecta

Potencialmente, México se encuentra en el escenario adecuado para una tormenta perfecta. Y la eventual revuelta social, cuyos síntomas se perciben a flor de piel en amplios núcleos de la población, será responsabilidad exclusiva del despotismo de los grupos de poder, los cuales se han convertido en los principales enemigos de la democratización de la nación y en la posibilidad de alcanzar una formación económico-social más justa, aún dentro de los límites que ofrece el capitalismo. Las fuentes de la ascendente cólera que someterá a fuertes tensiones al sistema y podrá en riesgo su estabilidad política, así como la tranquilidad de los sepulcros requerida por los empresarios para optimizar la sobreexplotación y la pauperización de sus esclavos asalariados y crear condiciones necesarias para maximizar su tasa de ganancia, pueden ubicarse en los niveles político, social y económico.

El uso inconstitucional del Ejército Mexicano en tareas policiacas

Cuando en noviembre de 2011 acudimos a la Corte Penal Internacional para denunciar que en México se cometen crímenes de guerra y de lesa humanidad, el gobierno federal mexicano y los “intelectuales” a su servicio respondieron con amenazas y minimizaron la situación de conflicto armado que vive el país. Aseguraban que los casos de violaciones a derechos humanos cometidos por agentes del Estado mexicano resultaban “excepcionales” y que no podían considerarse “sistemáticas” (ver comunicado de prensa de Los Pinos CGCS-196). Intentaban hacer creer a la población que si existían algunos casos de abusos militares, éstos eran accidentes o casos que salían del control de los altos mandos civiles y militares.

Fiscalía-PGR, contra los periodistas

A los gobernantes les repatea que existan los periodistas. Y más que en la Constitución y sus leyes reglamentarias, incluyendo las respectivas de los derechos humanos, se mantenga la libertad de expresión como una conquista política, para que los mexicanos tengan cómo manifestar sus opiniones. No se acaba de publicar una información y comentario con crítica sobre atentados, secuestros y homicidios de periodistas, cuando en Morelia, Michoacán, el comunicador e investigador Edgardo Morales –quien acaba de presentar su libro Palabra de caballero, donde se narra la historia de Los Caballeros Templarios– declaró: “Soy objeto de persecuciones y amenazas del gobierno federal y sus policías y soldados, al grado de que me tuve que cambiar de Apatzingán, con todo y mi familia”, como recogió la información el reportero-corresponsal Ernesto Martínez Elorriaga (La Jornada, 23 de julio de 2012).

La barbarie mexicana

Le Monde, uno de los periódicos más serios e importantes de Europa, dedicó una plana, el jueves 23 de agosto, a México. No para documentar logros económicos, culturales o turísticos, sino para señalar que la espiral de barbarie en nuestro país es increíble. Afirmó: “esta verdadera hecatombe constituye, y por mucho, el conflicto más mortífero de los últimos años en el planeta”.

Guatemala: en el espejo de México

Guatemala copia el “modelo México” de “guerra” contra el narcotráfico y obtiene los mismos resultados: incremento exponencial de las ejecuciones, violaciones masivas a los derechos humanos… Todo, mientras los negocios de la delincuencia organizada florecen como ninguna industria legal

¿Gobierno de hombres o gobierno de leyes?

Con motivo de la petición sustentada en un catálogo jurídico-político-democrático y republicano de cuestionamientos al reciente proceso electoral, centrado en la elección presidencial, se han manifestado quienes suponen que ese proceso es ya un expediente cerrado, cuando falta aún su dictamen-resolución de validez. La segunda fuerza electoral (Partido de la Revolución Democrática-Partido del Trabajo-Movimiento Ciudadano) y en menor medida, la tercera de ellas (el Partido Acción Nacional), con fundamentados argumentos y pruebas de que la asistencia a las urnas estuvo viciada de ilegalidad (antes, durante y después del día de las votaciones), han solicitado invalidar y, por tanto, anular ese resultado para convocar a nuevas elecciones presidenciales.

Violencia y cambio político: la respuesta institucional pendiente

La violencia que estados de la República Mexicana hoy sufren revela la existencia de condiciones de ingobernabilidad, la cual ha tenido como una de sus causas el clima político en el que se ha expuesto al país. La correlación entre la violencia y la incertidumbre política no es determinista, pero la necesaria resolución del proceso electoral es hoy una prioridad para el conjunto de la sociedad. México requiere de un marco de certidumbre que permita un proceso de transición institucional que garantice una suerte de normalidad política.

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