Guatemala deberá prepararse para atender el hambre de miles de sus ciudadanos, cuya situación podría agravarse en 2011 por el cambio climático y la fuerte dependencia del cultivo de granos, alertaron expertos en el Día Mundial de la Alimentación
Danilo Valladares / IPS-Voces de la Tierra
Guatemala, Guatemala. “Se prevé que el fenómeno de la Niña se prolongue durante 2011 con lluvias extremas. En los próximos años, seguirán prevaleciendo los extremos climáticos”, dijo a IPS el director del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, Eddy Sánchez. No se trata sólo del pronóstico del tiempo, sino de la hambruna que podría profundizarse en el país de América Central durante el próximo año.
La Niña se caracteriza por el enfriamiento de los océanos y el aumento de los vientos alisios, que viajan de Este a Oeste sobre la línea del Ecuador, lo cual provoca lluvias torrenciales.
La población desnutrida de Guatemala aumentó de 15 por ciento (1.4 millones de habitantes) en el periodo 1990-1992 a 21 por ciento (2.7 millones de personas) en el lapso 2005-2007, según la publicación Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina 2010.
Mientras, Honduras y Nicaragua redujeron esos índices de 19 a 12 por ciento y de 50 a 19 por ciento, respectivamente, en el mismo periodo, según el informe.
El estudio, realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), considera “seria” la situación alimentaria de Guatemala, de 14 millones de habitantes, así como la de Bolivia y la de Haití.
La producción de maíz, principal cultivo de subsistencia guatemalteco, ha mermado por el impacto del cambio climático. La proyección de cosechas para el periodo mayo 2010-mayo 2011 es de 28 millones de quintales (alrededor de 1 mil 288 toneladas), mientras que el consumo anual promedio es de 40 millones de quintales, según la oficina de la FAO en Guatemala.
Sánchez sostuvo que, para contrarrestar esa situación, este país debería adoptar medidas de adaptación frente al recalentamiento planetario, utilizando semillas resistentes a las inundaciones y a la sequía, y diversificando sus cultivos.
La situación no ha sido fácil para Centroamérica, especialmente para Guatemala, la más pobre de la región. La mitad de los guatemaltecos vive en la pobreza, y 17 por ciento, en la miseria, según la Organización de las Naciones Unidas.
Las tormentas Agatha, en mayo, y Alex, en junio, y las torrenciales lluvias de invierno dejaron este año más de 100 mil damnificados y graves daños en la infraestructura vial.
Paradójicamente, el problema para la región en 2009 fue la sequía, que provocó pérdidas en la cosecha de granos básicos, e incluso la muerte por desnutrición de 54 niños y niñas en Guatemala.
Además, los países centroamericanos todavía arrastran las secuelas de la devastación provocada por los ciclones Stan (2005) y Mitch (1998), principalmente El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala.
“Estamos entrando en una etapa de mayor alerta. Tenemos casi tres años de shocks continuos después de la crisis económica mundial de 2008, la sequía provocada por el Niño el año pasado y el exceso de lluvia de este año”, dijo a IPS Roberto Cabrera, de la no gubernamental Acción Contra el Hambre.
Según el experto, los pequeños cultivadores no han tenido “un solo ciclo de producción exitoso” debido a la variabilidad climática, algo para lo cual “el país no está preparado”.
Las fuertes lluvias de este año provocaron pérdidas de cosechas principalmente en el Sur y Oeste, mientras que en el denominado Corredor Seco, en el Centro y Este, afectado por la sequía y la crisis alimentaria, hubo menos daños en los cultivos, pero se sufre la falta de agua, explicó Cabrera.
Frente a esta situación, Guatemala debería “promover una política gubernamental integral que cree otras alternativas para independizar a los agricultores de la siembra de maíz y frijol, principal fuente de sustento”, afirmó.
Por su parte, Sucely Girón, del no gubernamental Observatorio de Seguridad Alimentaria, dijo a IPS que sería muy importante, en momentos en que se discute el presupuesto general de la nación para 2011, darle “prioridad a la seguridad alimentaria y nutricional”.
Propuso fortalecer los sistemas de información de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional para ubicar a los afectados y destinar recursos a las instituciones que conforman el Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional para combatir el hambre desde su ámbito.
Ambas instituciones fueron creadas por ley en 2005 con la misión de promover políticas y mecanismos para combatir el hambre, aunque no han tenido resultados palpables a la fecha.
Girón cree además que es necesario invertir en diagnósticos para explorar otras posibilidades de subsistencia, como el turismo, dado que “la gente no puede seguir dependiendo de la siembra del maíz”.
En todo caso, “se debe promover la diversificación de cultivos, así como el uso de sistemas agroforestales” o la combinación de agricultura con la siembra de árboles para optimizar la producción, agregó.
Gustavo García, de la FAO-Guatemala, dijo a IPS que, sin duda, se deberían buscar alternativas de subsistencia, ante lo cual también es necesario mejorar el acceso al crédito, puesto que “muchos quisieran diversificar sus cultivos, pero no poseen los recursos necesarios”.