A semejanza de Estados Unidos, México construye un muro en la frontera con Guatemala. La política exterior del gobierno de Felipe Calderón –subordinada a la agenda estadunidense– busca apartar al país de América Latina
Danilo Valladares / IPS-Voces de la Tierra
Guatemala, Guatemala. Viajar sin documentos a Estados Unidos desde América Latina supone una verdadera odisea: eludir delincuentes comunes, leyes contra las migraciones y narcotraficantes. Pero ahora, además, parece que también habrá que sortear un nuevo muro.
El intendente de aduanas de la guatemalteca Superintendencia de Administración Tributaria, Raúl Díaz, afirmó que, para impedir el paso de balseros con contrabando, Chiapas pretende construir un muro en la costa del fronterizo Río Suchiate, similar al ya avanzado en la frontera Sur de Estados Unidos. “Podría también evitar el libre paso de inmigrantes ilegales”, admitió el funcionario.
El Río Suchiate es utilizado para ingresar productos mexicanos al mercado guatemalteco sin pagar impuestos, pero, a su vez, es atravesado por miles de centroamericanos y suramericanos con destino a Estados Unidos en busca de oportunidades y sin la documentación requerida.
Unos 500 mil emigrantes cruzan cada año el territorio mexicano sin permiso, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
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La intención de construir el muro fronterizo ha provocado una ola de rechazo en sectores sociales y gubernamentales por considerarlo una medida “sin sentido”, la cual “no evitará” que las personas crucen la frontera “sin papeles” para llegar al Norte.
“Vemos con mucha preocupación la iniciativa del gobierno mexicano, porque los emigrantes están en una situación de altísima vulnerabilidad, como lo demostró la matanza de Tamaulipas, donde murieron cinco guatemaltecos”, dijo a IPS Erick Maldonado, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala.
La crueldad a la que usualmente son sometidos miles de indocumentados quedó al desnudo el 23 de agosto, cuando 72 emigrantes procedentes, además de Guatemala, de El Salvador, Honduras, Ecuador y Brasil fueron brutalmente asesinados en la localidad de San Fernando, en el oriental estado de Tamaulipas, supuestamente a manos de la mafia criminal Los Zetas.
Además, un total de 9 mil 758 secuestros de inmigrantes fueron denunciados en México entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, según la CNDH.
La idea de amurallar la frontera guatemalteca con México “va a empeorar la situación de la población emigrante, porque nuestros connacionales tienen necesidades y siempre logran pasar en nuevos puntos ciegos que carecen de controles migratorios y de seguridad, lo cual implica mayores riesgos”, señaló Maldonado.
La vulnerabilidad de la población latinoamericana indocumentada, principalmente de Centroamérica, ha permanecido a flote en los últimos meses no sólo por el recrudecimiento de la violencia plasmada en la matanza de Tamaulipas, sino también por las medidas legales en su contra.
Tal es el caso de la ley SB1070, promulgada el 23 de abril en Arizona, Estados Unidos, la cual autoriza a la policía a capturar a cualquier persona de la que tengan una “sospecha razonable” sobre su estatus migratorio.
A esta serie de barreras contra la inmigración se ha sumado la construcción del muro en la frontera de México y Guatemala. Sin embargo, las autoridades guatemaltecas no han recibido ninguna comunicación del gobierno mexicano al respecto. Maldonado expresó su preocupación por esta medida al delegado mexicano de migración en el país, Alejandro Martínez.
El rechazo al proyecto llegó incluso a Casa Presidencial. “Los muros nos los saltamos y no son la solución a los problemas”, dijo escuetamente el vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada.
La intención de Chiapas trajo a colación la polémica construcción del muro perimetral de 1 mil 126 kilómetros que bordea el Río Bravo en la frontera México-Estados Unidos.
“El aumento terrible del costo de polleros y la corrupción de las autoridades son el fruto de los muros que Estados Unidos pretende construir y ha construido en la frontera. Este caso lo podemos trasladar en esta situación y los resultados serán los mismos”, dijo a IPS el sacerdote Francisco Pellizari, de la Casa del Migrante.
Según el religioso, los muros son un “error histórico” de varios países en el mundo que no han ayudado a resolver las migraciones. Se supone que son para detener la migración, pero eso no ha dado resultado y sí ha provocado un derrame económico y el desvío del flujo migratorio por caminos más inhóspitos que provocan miles de muertes”, señaló.
Erick Zúñiga, alcalde del occidental municipio de Ayutla, más conocido como Tecún Umán, fronterizo con México, dijo a IPS que Chiapas ya comenzó con la construcción de la barrera, la cual “parece un muro para evitar que el Río Suchiate se desborde”.
En todo caso, “ningún muro impedirá las migraciones. Eso no impedirá que las personas pasen al otro lado, porque la gente va en busca de oportunidades de empleo y un futuro para su familia”, explicó.