Addis Abeba, Inter Press Service. Las ciudades africanas pueden sufrir una fuerte disminución de su productividad, empleo e ingresos si progresa la pandemia de Covid-19, advirtió el 14 de abril la Comisión Económica para África (CEPA) de las Naciones Unidas.
“Como motores e impulsores del crecimiento económico, las ciudades enfrentan riesgos considerables, con implicaciones para la resistencia del continente ante la pandemia”, dijo Thokozile Ruzvidzo, directora de género, pobreza y política social de la CEPA.
Las ciudades de África albergan a 600 millones de personas, representan más del 50 por ciento del producto interno bruto de la región y más de 70 por ciento en países como Botswana, Kenia, Túnez y Uganda. En promedio, un tercio del producto interno bruto (PIB) de cada país proviene de su ciudad más grande.
La contribución económica de las ciudades de la región es mucho mayor que su participación en la población, y seguirá creciendo porque se estima que en 15 años más de la mitad de los africanos vivirán en ciudades.
Los efectos en el empleo de la Covid-19 pueden ser graves, tanto en puestos de trabajo formales en manufactura y servicios como en los empleos urbanos informales, que ocupan a 250 millones de personas en África al Sur del Sahara.
CEPA considera que las empresas y negocios en las ciudades son muy vulnerables a los efectos de la pandemia, en particular las pequeñas y medianas empresas, que proporcionan 80 por ciento del empleo en África.
Probablemente el consumo y el gasto urbano (de alimentos, bienes manufacturados, servicios públicos, transporte, energía y servicios) experimenten una fuerte caída por las restricciones asociadas a la covid-19, y ya hay informes de aumentos de 100 por ciento en los precios de los alimentos en algunas ciudades africanas.
Las ciudades de África “impulsan el consumo con su creciente clase media, con un gasto per cápita en las grandes ciudades que es en promedio 80 por ciento más alto que la media nacional”, observó Ruzvidzo.
El declive relacionado con la pandemia “tendrá un impacto en las cadenas de valor domésticas y alcanzará a las áreas rurales”, agregó.
Además, el gasto per cápita de las autoridades locales en las ciudades africanas, 26 dólares anuales, es el más bajo del mundo. Sus ingresos de fuente propia promedian 10 por ciento y disminuirán con los cierres de actividades, por lo que dependerán de transferencias de los poderes nacionales, ya muy exigidos por la pandemia.
Los ministros africanos de finanzas han pedido a la comunidad internacional un paquete de ayuda de al menos 100 mil millones de dólares, incluidos 44 mil millones en postergación de pagos de deudas, para enfrentar el impacto de la Covid-19 en la salud y en las actividades económicas esenciales.
La CEPA ha propuesto proporcionar apoyo específico a los gobiernos municipales para mitigar y responder a los efectos económicos de Covid-19, además del enfoque inmediato humanitario y de salud, en particular atendiendo el empleo y la productividad en las pequeñas empresas y en las obras públicas.
Muchas de las ciudades experimentan un rápido crecimiento de su población, con infraestructura pública deficiente, carencias en los servicios de atención médica y alta vulnerabilidad ante desastres.
“Los gobiernos de las ciudades deben ser apoyados porque pueden responder mejor a las necesidades locales, incluso en coordinación con las estructuras comunitarias”, apuntó Ruzvidzo.
A largo plazo, la CEPA insistió en que se requieren esfuerzos para revitalizar y mejorar la productividad de las ciudades, a través de inversiones adecuadas para abordar las actuales carencias, incluida la necesidad de una urbanización mejor planificada, para que sus millones de nuevos habitantes sean menos vulnerables.