Contrario a lo que marca el semáforo epidemiológico en Chiapas, la entidad gobernada por Rutilio Escandón se encuentra “en la etapa más grave de la emergencia causada por la Covid-19”, evidenció la organización chiapaneca Cántaro Azul.
A través de un comunicado, los directores de la organización Fermín Reygadas Robles Gil y Suzanne Veldhuis, requirieron “una respuesta inmediata de las autoridades estatales y federales para prevenir la creciente ola de fallecimientos”.
Relatan que desde inicios de agosto, los contagios y muertes han aumentado drásticamente y están llegando a grupos de personas y territorios que se habían librado de los brotes anteriores, mismos que tampoco aparecen en los registros oficiales. Dan cuenta que en el hospital de una cabecera municipal de la región, se emitían cinco certificados de defunción a la semana antes de la pandemia. La cifra se ha incrementado a 20.
“Durante las olas anteriores se llegaron a emitir un promedio de cinco certificados al día. Esta semana se han emitido más de 20 certificados de defunción diarios. A pesar de que la gran mayoría de las personas contaron con síntomas asociados al coronavirus, ninguno de estos fallecimientos ha sido caracterizados como Covid-19”, indican.
La red de organizaciones de la sociedad civil con quien tienen contacto, señalan, reporta un “incremento sin precedentes de casos y fallecimientos en municipios de los pueblos originarios tseltales y tsotsiles. En comunidades de 200 a 1 mil habitantes en los municipios de Sitalá y San Juan Cancuc se reportan entre 5 y 10 casos por comunidad. Esta proporción es equivalente a como si en la Ciudad de México se enfermaran entre 200 mil y 500 mil personas al mismo tiempo, la diferencia es que los casos en comunidades rurales han sido invisibilizados de forma sistémica”.
Indican de que en Chenalhó, de tan sólo 750 habitantes fallecieron cuatro personas el fin de semana pasado y muchas más están en estado de gravedad. En otra localidad de este municipio, 1 mil 200 habitantes, fallecieron 10 personas en el último mes, de las cuales cuatro eran menores de cinco años. “Miembros de la comunidad expresan que todas las personas presentaron fiebre y que murieron de “a’ch chamel”, que en Tsotsil significa nueva enfermedad y refiere al Covid-19”, dice el documento.
Los defensores de derechos humanos afirman que en las ciudades la problemática se observa en la “gran demanda” de tanques y concentradores de oxígeno. Además, los servicios de ambulancia han visto un incremento significativo en traslados. “Empresas y organizaciones reportan de tres a cinco veces más casos sospechosos de Covid-19 en sus empleados que en las olas anteriores. Los fallecimientos ahora no están limitados a grupos de riesgo, la mayoría de las personas sabemos de por lo menos un joven que ha perdido la vida recientemente a causa del coronavirus”.
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