Casi 26 mil trabajadores están llamados a renovar el Comité Ejecutivo del STUNAM esta semana. Videos dan cuenta de coacción y cooptación del voto que, a decir de la organización gremial, son “casos aislados”. La STPS anuncia estar lista para enviar supervisores a los 237 centros de votación en las 32 entidades de la República. “Son bienvenidos”, asegura la planilla mayoritaria
Está en marcha el proceso para renovar la Secretaría General de una de las organizaciones gremiales, por su historia y número de afiliados, más importantes del país. El otrora aguerrido y proletario Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM) renueva la totalidad de su Comité Ejecutivo en un proceso electoral al que están convocados 25 mil 806 hombres y mujeres.
Por primera vez, los comicios contarán con observadores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) que supervisarán que el voto sea libre y secreto. “Son bienvenidos”, asegura Alberto Pulido Aranda, secretario Prensa y Propaganda de la Sindicato e integrante de la mayoritaria Planilla Roja.
El proceso ha generado altas expectativas tanto en el ámbito universitario como en el laboral. Y es que el sindicato de la Universidad “es una referencia para todas las universidades públicas del país, para sus trabajadores y trabajadoras. Lo que sucede con el STUNAM tiene una implicación para el conjunto de los sindicatos universitarios”, explica el académico de la Facultad de Economía Francisco Cruz Retama.
Especialista en sindicalismo y lucha obrera, además de asesor de diversos sindicatos democráticos, Cruz Retama advierte de la responsabilidad del STUNAM para dar “un ejemplo de prácticas democráticas, transparentes”. Lo anterior, en un nuevo contexto: la vigencia de la reforma laboral de 2019 para garantizar el voto secreto y libre de cada uno de los afiliados. Serán los primeros comicios de los trabajadores con un nuevo marco legal que le obliga a la transparencia.
El sector de los trabajadores manuales y administrativos es uno de los pilares que sostienen dignamente a la institución de educación superior mexicana más prestigiada. Los otros dos son el de los alumnos y el de los académicos.
En efecto, además de estudiantes, profesores e investigadores, la vida universitaria está llena de jardineros, afanadoras, operadores del “Pumabús”, secretarias, bibliotecarios… Trabajadoras y trabajadores solidarios en el día a día y que también han participado en las luchas que consideran justas. Como ejemplo, el papel de afiliados al STUNAM que a título personal o colectivo –pero no de la organización gremial– se solidarizaron con la lucha estudiantil del Consejo General de Huelga (CGH) que detuvo –o al menos ralentizó– un proceso de cobro de cuotas y privatización de la Universidad.
Con todo y la tradición de lucha del sindicato, la organización gremial ha sido cuestionada por evidencias de cooptación y autoritarismo desde hace, al menos, cuatro lustros. La Planilla Roja Unidad Sindical –en la que aún militan muchos trabajadores honestos y consecuentes con la defensa de los intereses gremiales– es señalada de cacicazgo. Con videos y fotos se acusa a delegados sindicales de conductas que rayan en lo delictivo.
El control ilegal que ejercen sobre los trabajadores propicia que el voto no sea libre ni secreto. Mucho menos, se sufraga en un marco democrático. Los trabajadores son obligados a votar, a la vista de los capataces, por los candidatos de la Planilla Roja. Delante de ellos deben tachar la boleta y depositarla entonces en la urna.
En tres videos obtenidos por Contralínea, grabados por trabajadores y trabajadores que pusieron en riesgo de su integridad, se ve a dirigentes de la Planilla Roja sometiendo hasta la humillación y la agresión física a quienes tímidamente intentan votar en secreto. Los hechos ocurrieron en los comicios más recientes.
Peor aún, con la prepotencia de quienes se saben impunes, los representantes de la Planilla Roja (y, al mismo tiempo, funcionarios de casilla) obligan a los representantes de la planilla de oposición a no votar por su representado sino hacerlo en cambio por el oficial. El primer ejemplo es de la elección de delegados al Consejo General de Representantes en 2016. Por si algo faltara, Carlos Suárez Pérez –miembro del Colegio Electoral– vacila en regresar la credencial de identificación de uno de estos trabajadores y finalmente la entrega luego de pasársela por los genitales.
En otro video, éste del proceso de consulta sobre si se estalla la huelga, en 2018, se observa al actual delegado sindical del Departamento de Transportes, Sergio Antonio Torres, acarreando trabajadores y obligándolos a mostrar por quién votaban. Incluso, el video se interrumpe abruptamente por la agresión física de este delegado a quien documentaba el hecho.
En esta misma grabación, se observa a la actual candidata de la Planilla Roja a la Secretaría de Fomento a la Vivienda, Rosa Puntos Campuzano, insultar y amedrentar a los trabajadores que querían votar en secreto y a quienes documentaban las violaciones al proceso electoral.
Estos tres personajes fueron denunciados en su momento ante la Comisión Autónoma de Vigilancia y Fiscalización… que controla la Planilla Roja. Los denunciantes salieron regañados; y los perpetradores de estas irregularidades, absueltos.
La agresión física de Sergio Antonio Torres ocurrió 5 días después de una reunión celebrada entre el entonces secretario general del STUNAM –recientemente fallecido–, Agustín Rodríguez Fuentes, y la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján. En el encuentro –el cual también fue grabado con teléfono celular– se escucha y observa decir al entonces líder gremial que la decisión de estallar la huelga o no será tomada “por voto libre y secreto de los trabajadores”, que no es un colegio, una cúpula, pues, quien toma las decisiones.
“Se trata de casos aislados”, señala Alberto Pulido Aranda. Rechaza que sean muestras de un asunto generalizado. “Son 230 delegaciones sindicales, desde Baja California hasta Ciudad del Carmen, Campeche. Esas conductas fueron debidamente documentadas y se aplicó el estatuto. Esa no es la línea que sigue el Sindicato, perdón”.
—El Sindicato no los castigó –se le aclara–. A pesar de las pruebas de lo que ocurrió, el Sindicato terminó sancionando pero a quien denunció. Y tan no sancionó a los responsables que hasta hoy una de esas personas va a contender por una secretaría.
—Pero no es una generalización. No se sigue lo mismo en las 200 y pico de delegaciones. Nosotros pedimos, como corriente mayoritaria, que la Secretaría mandara a los supervisores que crea conveniente. El voto secreto, universal, en urnas es práctica del Sindicato desde 1977.
Descarta que haya autoritarismo porque, señala, de 20 secretarías, cinco son de la oposición. “Y la mayoría que tenemos como corriente, es a través del trabajo constante”.
Desde 2019 hay una nueva legislación que, en el papel, garantiza el voto libre y secreto de los trabajadores, para que puedan decidir sin coacción o amenaza de cualquier tipo. Naturalmente, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) tiene la responsabilidad de observar y supervisar que los comicios sindicales se desarrollen con equidad, transparencia y libertad.
En efecto, la Secretaría participa en “auxilio en elección de directivas sindicales” mediante el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, que encabeza Alfredo Domínguez Marrufo. Para el presente proceso del STUNAM, esta oficina gubernamental ha abierto el expediente CFCRL/CGV/IAPEDS/0005/2022. En el séptimo de los 10 puntos que señala el documento, se establece que la dependencia gubernamental supervisará:
“Que se [garantice] que el lugar que se designe para la votación sea accesible a los trabajadores y reúna las condiciones necesarias para que éstos emitan su voto de forma libre, pacífica, ágil y segura, sin que puedan ser coaccionados de forma alguna.”
Sin embargo, trabajadores de las panillas de oposición dicen no observar plan de acción del CFCRL ni de la STPS para hacer realidad tal enunciado. En vísperas de unas elecciones con los dados cargados, explican que no tienen noticia de los observadores que deberían estar en todos los puntos de votación.
José Manuel García Flores es trabajador del área de Transportes y licenciado en geografía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Califica de “muy saludable” la participación del CFCRL y la STPS en la supervisión de las condiciones en que se desarrollarán las elecciones.
Sin embargo, advierte que no bastará con que ahora los trabajadores voten en la soledad de la urna. “Hay otras formas que utilizan para obligar al trabajador. Han implementado la práctica de pedirle al trabajador de que tache la boleta a favor de su planilla y se tome una foto donde salga su cara. Esas son prácticas que hasta el momento no hay forma de combatirlas, más que promoviendo o haciendo llamados a la consciencia de los trabajadores”.
En esta elección del Comité Ejecutivo hay 19 cargos en juego: Secretaría General; de Organización Administrativa; de Organización Académica; de Trabajo Administrativo; de Conflictos Administrativos; de Trabajo y Conflictos Académicos; de Relaciones; de Prensa y Propaganda; de Finanzas; de Cultura y Educación; de la Carrera Académica; de Deportes; de Asuntos Universitarios; de Divulgación y Desarrollo Académico; de Previsión Social; de Fomento de la Vivienda; de Acción para la Mujer; de Análisis, Estudios y Estadística, y de Actas, Acuerdos y Archivo.
Para este proceso se instalarán 237 centros de votación en todo el país. Contienden cinco planillas: Roja Unidad Sindical, Unidad, Alternativa Universitaria, Ola Rosa y Bloque por el Cambio. Por la Roja, el candidato es Carlos Hugo Morales, quien se desempeña como Secretario de Finanzas del sindicato desde hace más de 20 años. Ha controlado los recursos de los trabajadores desde 2002. Contiende con todas las ventas. Y, vaya coincidencia, quien ahora está propuesto para la Secretaría de Finanzas es Arnoldo Rodríguez, hijo del fallecido líder. Todo indica que Arnoldo se convertirá en la persona que maneje los dineros del STUNAM sin que nunca antes haya ocupado algún puesto de elección en la organización.
Una candidatura que eventualmente podría tener alguna posibilidad es de la Planilla de Unidad, cuyo contendiente es José Castillo Labra, quien actualmente es el secretario de Previsión Social de la organización gremial.
Las elecciones del STUNAM representan para la Secretaría del Trabajo otra prueba de fuego. En los próximos días se conocerá si logró una verificación real esta dependencia que encabeza Luisa María Alcalde. El riesgo, que valide y participe en una simulación.
Francisco Cruz Retama señala que, en principio, la generación de condiciones democráticas debería estar a cargo del propio sindicato. También debería contar con los mecanismos internos que garanticen el voto libre y secreto. Pero será “muy importante, y sin duda va a tener una utilidad, el hecho de que la autoridad observe lo que sucede con el proceso electoral”.
Por ello, el profesor de la Facultad de Economía considera que el actual proceso electoral puede ser una oportunidad para que el STUNAM se haga de prácticas democráticas.
A este respecto, José Manuel García señala que el STUNAM necesita de cambios estatuarios para normar que los colegiados que califican las elecciones se integren de manera más democrática y abierta, “porque hasta la fecha, como los conducen las actuales dirigencias en el STUNAM, son muy oscuras; todo lo tratan de hacer en secreto”.
De acuerdo con una nota informativa preparada por el CFCRL para responder a los cuestionamientos de Contralínea, “al corte de las 2:00 pm del día jueves 21 de abril de 2022”, está garantizado que habrá observadores en 211 centros de votación. Es decir, en el 89.03 por ciento del total. Y “se espera que, en las próximas horas y días, el CFCRL y la STPS puedan abarcar prácticamente el total de los 26 puntos de votación faltantes”.
Con ello, se busca que los trabajadores “con derecho a voto puedan tener certeza de que el proceso de elección del sindicato al que pertenecen sea democrático, esto es, por vía del voto personal, libre, directo y secreto”.
Además, advierte: “De acuerdo con el Nuevo Sistema de Justicia Laboral, el cual está en concordancia con el convenio 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y con la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el CFCRL es el encargado de verificar los procesos democráticos de sindicales del país. En caso de que el CFCRL determine que una elección sindical no cumple con los estándares legales necesarios, éste puede determinar que existe duda razonable y convocar a la reposición de la misma.”
Por primera vez, la STPS podrá supervisar que los comicios del STUNAM se realicen de manera democrática y transparente. El reto es que se trata de un sindicato con sedes en toda la República. Se necesitará de todo un operativo de supervisión con cientos de personas.
“Se trata de un tema muy importante –señala Francisco Cruz Retama– justamente porque uno de los aspectos más importantes, no tanto en términos de la aplicación de la reforma laboral, sino en general sobre la verificación de cumplimiento de derechos laborales en el país, ha sido la falta de mecanismos de inspección eficaces.
“Y en otros tiempos, las autoridades laborales siempre llegaban a este punto en el que decían: ‘Es que no hay suficientes inspectores del trabajo para verificar lo que está pasando en todos los centros de trabajo y los centros laborales del país’, que son cientos de miles.”
Resalta que la instauración de la reforma laboral no se reduce a la supervisión de los procesos electorales de los sindicatos. Se trata también de la legitimación de contratos colectivos, por ejemplo y todos los días se legitiman contratos colectivos en el país. “¿Qué tanto realmente la Secretaría del Trabajo está en condiciones de ir con inspectores a todos esos ejercicios de consulta? La verdad, no sabemos si son realmente democráticos porque basta con que el sindicato que tiene el control del proceso de consulta contrate a un notario público para que cumpla con la validación”.
Por ello, la Secretaría del Trabajo no puede ausentarse de esos procesos. El caso de la UNAM es un proceso central no sólo para la propia Universidad sino para el conjunto de universidades públicas del país. “Y está bien que la Secretaría del Trabajo se haga presente en esta condición, pero debería llevarnos a esa discusión: ¿Qué tanto la Secretaría del Trabajo, así como en el caso del STUNAM, va a estar ahí presente para verificar el ejercicio de voto libre y secreto por parte de todo los afiliados y afiliadas?”
Una vez que concluya la renovación del Comité Ejecutivo, empezará otro proceso electoral en el STUNAM, probablemente más encarnizado, para renovar a los delegados en los centros de trabajo. Se les conoce como la “primera instancia” y en ellos radica gran parte de la fuerza del oficialismo, pues son los que tienen facultades de promover o congelar plazas, conceder permisos, facilitar vacaciones, etcétera. Son quienes, finalmente, hace sentir el poder de “los rojos” a demás trabajadoras y trabajadores. El papel de la Secretaría del Trabajo apenas empieza.
En efecto, “como delegados y representantes sindicales, mientras conserven el poder, tienen la facultad de tener beneficios económicos mediante la asignación de tiempo extra, y hay otras formas de pagos extraordinarios en la UNAM, que son a discreción de las autoridades que la dan los trabajadores; pero en acuerdo, consejo o complicidad con esas autoridades sindicales, explica José Manuel García Flores.
Otra facultad de los representantes sindicales es hacer los convenios de contratación del personal de la UNAM. Tienen la facultad de firmar las plazas, “y muchas veces lo hacen de forma fraudulenta y en beneficio propio; eso representa una entrada de recursos grandísima”.
Alberto Pulido Aranda, secretario de Prensa y Propaganda del STUNAM, sale al paso de los señalamientos de “charrización” de la organización. Asegura que el Sindicato sigue siendo independiente y mantiene un contrato colectivo de trabajo que es modelo para trabajadores de otras universidades y para el movimiento sindical en general. Al mismo tiempo, es garante de la estabilidad de la máxima casa de estudios del país, con todas las dependencias que la integran.
El jueves pasado, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado a que en el STUNAM se respete el voto libre y secreto. A pregunta de Contralínea, durante su conferencia de la prensa matutina, el titular del Ejecutivo recordó que es competencia de la Secretaría del Trabajo “procurar que las elecciones sindicales sean limpias, libres, que se garantice el voto directo, secreto”.
El mensaje a los dirigentes del STUNAM y a todos los trabajadores “que son nuevos tiempos; los trabajadores son libres y tienen que ejercer su libertad. La libertad no se implora, se conquista. Porque puede haber las condiciones, que las hay, nuevas, para que el voto sea secreto, para que no compren el voto, para que no haya amenazas; pero si el trabajador no se atreve, no tiene la arrogancia de sentirse libre, pues va a seguir apoyando a los líderes antidemocráticos, líderes charros. Entonces, depende mucho de los trabajadores”.
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