En 3 lustros, más de 1 mil 800 trabajadores titulados de la UNAM no han ganado ni el reconocimiento formal de sus demandas. Doctores, maestros y licenciados –científicos, ingenieros y técnicos–, siguen laborando como peones, afanadores o choferes. Una veintena de personas, vinculadas a la cúpula del STUNAM, sí ha alcanzado reubicaciones. Pedro Gante Leónides, secretario del Trabajo del sindicato, explica estos casos extraordinarios como resultado de concursos abiertos y rechaza que haya tráfico de influencias. Asegura que la organización gremial defiende a todos sus integrantes; que la Universidad está violando el Contrato Colectivo de Trabajo, y que la administración de Graue no ha mostrado voluntad para resolver la problemática. Llama a la unión de todos los trabajadores para una movilización que recupere los espacios de trabajo
Son más de 1 mil 800 los trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) los que cuentan con títulos en ciencias exactas, ciencias sociales, ingenierías y humanidades, advierte Pedro Gante Leónides. Los mismos que no han alcanzado reubicación alguna de acuerdo con sus competencias y que, a pesar de contar con doctorado, maestría o licenciatura, siguen adscritos a plazas de afanadores, vigilantes o peones.
El titular de la Secretaría de Trabajo Administrativo del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM) señala que la Universidad está violentando el Contrato Colectivo de Trabajo. Explica que hay plazas que requieren ese tipo de perfiles profesionales, pero la institución prefiere contratar personal de confianza o por honorarios. Con ello, la organización gremial pierde materia de trabajo.
Advierte que de manera premeditada la UNAM está invadiendo la materia de trabajo del STUNAM con personal de confianza y por honorarios que, en realidad, ocupan un espacio y cumplen un horario de manera permanente en la institución.
Señala que, incluso, en las mesas de negociación entre la UNAM y el STUNAM la parte patronal no tiene cómo defenderse, pues resulta muy claro que la Universidad está violentando el Contrato Colectivo de Trabajo.
Asegura que el STUNAM hace una defensa del Contrato Colectivo de Trabajo por todos los medios a su alcance, desde mesas informativas y de trabajo entre trabajadores, mesas de diálogo con autoridades, y hasta el emplazamiento a huelga no sólo por el salario sino por los demás derechos.
Explica que enfrente se encuentran con la cerrazón de las autoridades universitarias, ese “grupo dominante” que gobierna la UNAM desde hace décadas. “Se aferra y de allí no sale y no sale”. Por ello, considera necesario generar un “amplio movimiento” de los trabajadores; “si se quiere, como los que vimos en el pasado; no nos queda otra alternativa”.
Sin embargo, algunas personas ligadas a la cúpula sindical sí cuentan con readscripción y reconocimiento como “Profesionistas Titulados”. Es el caso del propio Pedro Gante Léonides y de su hija, Kareli Gante Araujo.
A este respecto, el secretario de Trabajo Social del STUNAM señala que él se encontraba trabajando en Petróleos Mexicanos (Pemex) y en un despacho privado donde contaba con oportunidades de desarrollo laboral y sueldos competitivos. En entrevista con Contralínea, argumenta que si regresó a la UNAM fue para servir a la organización gremial.
“Vine porque el secretario general [el finado Agustín Rodríguez Fuentes] me pidió que le ayudara para ser representante ante la Junta de Conciliación y Arbitraje.”
Sobre su hija, Kareli Gante Araujo, aclara que renunció y no se encuentra trabajando en la UNAM desde septiembre de 2021. “Puede regresar, pero ahorita no”. Señala que ella ganó una plaza de jueza en el Consejo de la Judicatura Federal.
También se destaca el caso de Arnoldo Rodríguez Hernández –hijo de quien fuera secretario general del STUNAM desde 1994 y hasta su muerte, acaecida el 21 de febrero de 2022, Agustín Rodríguez Fuentes–.
De acuerdo con la respuesta de la UNAM a la solicitud de información 6440000239118, Arnoldo Rodríguez Hernández mantiene una relación laboral vigente con la institución. “Su dependencia y área de trabajo es la Dirección General de Personal, actualmente cuenta con la categoría de Profesionista con Estudios de Posgrado, y su categoría anterior fue Profesionista Titulado, forma de ingreso fue por acuerdo y actualmente goza de licencia Sindical con goce de sueldo para fungir como Asesor del STUNAM” (sic).
Hoy, Arnoldo Rodríguez Hernández es el secretario de Finanzas del STUNAM. Inició su encargo en 2022 y lo concluirá en 2025.
Otro caso es el de María de Lourdes Zea Rosales, la secretaria de Organización del Sindicato. Por la importancia de la cartera que ocupa, se le considera la “segunda” persona con más poder en la organización, sólo por debajo del secretario general, hoy Carlos Hugo Morales Morales.
Según la respuesta de la UNAM a la solicitud de información 6440000239718, Zea Rosales está adscrita a “la Dirección General de Personal, actualmente cuenta la categoría de Profesionista Titulado y su categoría anterior fue de Programador y actualmente tiene una licencia con goce de sueldo sindical para desempeñar sus funciones como Secretaria de Organización Administrativa en el STUNAM” (sic).
Alejandro Avilés Gómez, coordinador del Departamento Jurídico del STUNAM, también cuenta con la categoría de profesionista titulado. De acuerdo con la respuesta a la solicitud de información 6440000237418, “su anterior categoría fue de Jefe de Oficina, su forma de ingreso fue por acuerdo” (sic).
También aparece como Profesionista Adriana Karina Morales Tolentino, “su dependencia de adscripción y área de trabajo es la Dirección General de Personal”, señala la respuesta a la solicitud de información 6440000238618. A ella se suma Federico Pablo Enciso Morales. También está adscrito a la Dirección General de Personal.
Otros casos de trabajadores de la UNAM que obtuvieron el cambio de categoría a Profesionista Titulado son los de integrantes del Centro Integral de Equidad de Género del STUNAM: Rebeca Téllez García, quien anteriormente era auxiliar de intendencia–; al igual que Hugo Pérez Cruz; mientras que Claudia Noemí Aparicio Hernández contaba con la categoría de enfermera. Aquí también se encuentra Sara Angélica Hernández Rodríguez, cuya categoría anterior fue Vigilante. Asimismo, Teresa Mabel Balboa Madrigal, quien no contó con puesto anterior al de Profesionista Titulado.
En el mismo Centro se encuentra Floriella Garrido Rojas. Antes de ser reconocida como profesionista titulado era auxiliar de intendencia.
Otros casos son los de Cecilia Padilla Ortiz, del Equipo de Asesores Jurídicos de la organización gremial, y Verónica Rocío Celedón Granados, cuya categoría anterior era de bibliotecaria, y es la representante del Sindicato en la Comisión Mixta Permanente de Evaluación de la Calidad y la Eficiencia.
Un integrante más del Departamento Jurídico del STUNAM que contó con categoría de Profesionista Titulado fue el abogado Fidencio Agnelo Daza Guzmán, quien falleció en junio de 2018.
Por su parte, la adjunta en la Secretaría de Carrera Académica del STUNAM, Mónica Lucila Rivera Hernández, obtuvo su categoría como Profesionista Titulada luego de contar con la de bibliotecaria. En la UNAM está adscrita a la Dirección General de Personal.
Adriana Salinas Lomelí, adjunta de Carlos Hugo Morales en Secretaría General, también figura con la categoría de Profesionista Titulado.
Se señala también el caso de Michelle Nahim Azuara Tapia, hija del titular de la Comisión Mixta Permanente de Tabuladores, Juan Azuara Bernal. Michelle Nahim está adscrita a la Dirección General de Personal y cuenta con la categoría de Profesionista Titulado.
Otro ejemplo es el de David Guzmán Ramírez, quien de oficial de transporte especializado ascendió a la categoría de profesionista titulado. Ingresó como trabajador a la UNAM a propuesta del STUNAM y está adscrito a la Dirección General de Personal.
A este respecto, Pedro Gante rechaza que exista tráfico de influencias. Asegura que todo se obtiene por concurso y “a través de agendas de trabajo”.
Señala que el problema de fondo es que la UNAM ha quitado espacios al Sindicato. Por ello, señala, la reubicación de los trabajadores titulados se debe proyectar “como la recuperación de nuestra materia de trabajo”. Señala que donde están las personas contratadas por honorarios, deberían estar los trabajadores que son químicos, ingenieros, médicos… “tenemos de todas las carreras”.
Explica que la UNAM ha incrementado el contrato de servicios profesionales por honorarios, cuando realmente están ocupando un espacio y un horario.
Sobre la intensificación de las movilizaciones del STUNAM para que sean atendidas sus demandas y se ponga freno a las violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo, Gante Leónides observa limitantes.
Se refiere a que actualmente no hay una coyuntura social y política como la de las décadas de 1970, 1980 y aún 1990. Explica que sólo el STUNAM se estaría movilizando, porque ni siquiera la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) está en posibilidades de generar un movimiento de respaldo sólido. Menos aún hay posibilidades de movimiento obrero entre la CROM (Confederación Regional Obrera Mexicana) y la CTM (Confederación de Trabajadores de México).
Gante Leónides también señala que la reubicación de los 1 mil 800 trabajadores titulados implicaría “varios millones” de pesos, algo que la UNAM les ha dicho que son recursos que no tiene. Sin querer señalar si se trata de 2 millones, decenas de millones o cientos de millones los que implicaría resolver el problema, el titular de la Secretaría de trabajo Social del STUNAM advierte que se trata de un conflicto también administrativo.
“¿Cuántos vamos a mover de base? ¿Quiénes van a ocupar esos puestos? Porque no nada más se trata de reubicar a las personas de acuerdo con sus conocimientos, sino ¿quiénes los sustituyen? Desde luego, se mueve todo el escalafón.”
Aunque Pedro Gante Leónides subraya que la UNAM se resiste a discutir el tema, considera que no hay normativa que obligue a la Universidad a subir de escalafón de manera automática a los trabajadores titulados.
“No existe tal normativa. Existe una cláusula; si no me equivoco, es la 57”. Agrega que esta disposición se “quedó corta”. Agrega que en el momento en que se negoció el Contrato Colectivo de Trabajo “no pudimos avanzar más; no es que la hayamos pactado de forma mañosa; pero así como está, esa cláusula no nos resuelve nada”.
Explica que la normativa condiciona la reubicación de los trabajadores con base en las vacantes disponibles y en la eficiencia presupuestaria. “¿Y qué te dice la Universidad? Que no requiere ese profesionista, que ni tiene dinero para crear la plaza… Aunque lo está contratando por honorarios”.
Reconoce que es se trata de una estratagema, algo “totalmente violatorio” del Contrato Colectivo de Trabajo. Pero son “varios millones” y un “buen de dinero” lo que se necesita para resolver el problema. Como se le insiste sobre la cantidad de recursos, señala: “Varios, varios, varios millones; nada más para la renivelación del tabulador tenemos 35 millones allí”.
Se le hace la observación de que la UNAM cuenta con un presupuesto anual superior a los 52 mil 500 millones de pesos. No se trataría de un asunto de dinero sino de la orientación del presupuesto universitario. A este respecto, señala:
“Sí hay que reorientar el recurso; pero no nos corresponde a nosotros. Nosotros decimos. Lo exponemos. Pero hay una ‘casta dorada’ [las autoridades universitarias] que, pues sí, viven bien, ganan bien”.
Desde la primera década del siglo, trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México vienen demandando un programa de readscripción claro y para todos. En febrero de 2011, el STUNAM convocó a los Trabajadores con Estudios Universitarios de los niveles técnico, licenciatura y posgrado a entregar el soporte documental académico correspondiente, para realizar la estadística.
Desde entonces surgió el Movimiento de Profesionistas Titulados y con Estudios de Posgrado. La organización cobró mayor fuerza a partir del XXXVII Congreso General Ordinario del STUNAM, que se celebró en el Auditorio Nacional el 26 de agosto de 2018. Ahí se le espetó al entonces líder Agustín Rodríguez Fuentes por haber promovido de manera discrecional la reclasificación de algunos trabajadores, entre ellos sus hijos Agustín y Arnoldo, como profesionistas titulados y no generar un programa para todos.
Pedro Gante asegura que el STUNAM defiende a todos sus agremiados y que no distingue si se trata de integrantes de la misma corriente mayoritaria o disidentes. También descarta que exista represión en contra de quienes demandan una defensa más clara por parte del sindicato.
“Nosotros no ponemos obstáculos a nuestros compañeros profesionistas; al contrario, nos da gusto [que luchen].”
Por ello, señala que serán convocados todos los profesionistas titulados y que seguirán las reuniones con las autoridades de la UNAM para encontrar la solución a las demandas de reubicación de trabajadores.
Zósimo Camacho/Segunda parte
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