Alepo*

Alepo*

Alepo, Siria
FOTO: 123RF

Quito, Ecuador. Una misionera cristiana, Guadalupe Rodrigo –quien vivió en Siria desde 2011–, explicaba cómo surgió la guerra civil que vive ese país. Cómo llegó de afuera un conflicto armado que nadie esperaba. Cómo tantos sueños se transformaron en escombros en esa linda ciudad. Hablaba sobre la prosperidad y tranquilidad de Siria antes de que Estados Unidos –y algunos de sus aliados– impulsará el inicio de una guerra que parece no tener fin.

Según la misionera cristiana, en Siria no se pensaba que podría venir una guerra civil, ni siquiera que se pudieran dar manifestaciones. Rememoraba cómo se originó: la segunda ciudad de Siria, Alepo, fue sitiada por los grupos apoyados por Estados Unidos. Muchos barrios se transformaron en escombros. Rodrigo todavía estaba asombrada por esa realidad.

Encantamiento musical

En Siria, también asombra la música que muchas veces puede ser un sueño. Sabah Fakhri –nacido en Alepo en 1933– es tal vez el músico que más trabajó en la investigación y recuperación de la música tradicional siria. Para algunos, representa la esencia del auténtico tarab. Este concepto tal vez no tiene un equivalente exacto en otros idiomas, pero suele traducirse como “éxtasis musical” o “encantamiento”.

La capital siria, Damasco, fue uno de los centros de la música árabe. En los últimos años, diversos cantautores y cantautoras se destacaron por su aporte a la música popular de su país y a la música árabe. Lena Chamamyan es una de esas creadoras. Su voz atrapa los sentidos. Scheherazade es una de sus mágicas interpretaciones. Al escucharla, produce un encantamiento musical.

Sólo eso…

Para muchos, la música y el tarab son parte de una realidad lejana. Al ser consultado por un periodista, un niño –quien sobrevive en un campamento de refugiados– decía que a los policías de Europa no les gustan los sirios y daba su mensaje: “Por favor, ayuden a los sirios. Los sirios necesitan ayuda ahora. Ustedes sólo detengan la guerra y nosotros no vendremos más a Europa. Sólo detengan la guerra en Siria”. Sólo eso….

Hoja de otoño

“Sólo eso” es mucho. El tiempo camina. La palabra camina. La música camina. La poesía vuelve desde Siria. Nacido en Salamiya (Siria) en 1934, Muhammad Al Magut es uno de los más destacados poetas árabes contemporáneos y uno de los pioneros en la renovación de la poesía árabe.

Su poema “Invierno” –escrito en 1970, mucho antes de este otro invierno que hoy azota a Siria– pertenece a su libro La poesía no es mi profesión. Dice así: Como lobos en una estación seca / Germinamos por todas partes / Amando la lluvia / Adorando el otoño / Un día incluso pensamos en mandar / Una carta de agradecimiento al cielo / Y en lugar de un sello / Pegarle una hoja de otoño. / Creíamos que las montañas se desvanecerían / Los mares se desvanecerían / Las civilizaciones se desvanecerían / Pero permanecería el amor.

El Gatopardo

De las hojas de otoño en Siria, seguimos hacia las hojas secas de la isla de Lampedusa. Cuando se inició la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 2011, algunos advertimos que se estaba llevando a Libia hacia una guerra civil. De igual manera, señalamos que luego vendría la intervención en Siria. Provocada por el interés de potencias extranjeras en los recursos de esos países y en su posición geoestratégica, llevaría a un desastre humanitario. La realidad es más triste de lo que imaginamos.

La mitad de la población de Siria sobrevive desplazada. Libia es un escenario de muertos y esclavos. Cientos de miles de personas emigran a Europa para tratar de salvar la vida. Hoy, la isla de Lampedusa es puente y muro en su camino.

Es una gran paradoja, pero Il Gatopardo –esa extraordinaria novela de Giuseppe de Lampedusa– vuelve a ser la mejor imagen de esa Europa un tanto cínica que se esconde y se miente a sí misma, mientras sigue a Estados Unidos. Il Gatopardo es un espejo de Europa.

Kintto Lucas**/Prensa Latina

*Del libro Mi viaje a Ítaca

**Periodista, escritor y político ecuatoriano-uruguayo

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