Tanto el abuso sexual como la explotación infantil dentro de la industria del entretenimiento son resultado de una estructura de abuso de poder y autoridad que se ha normalizado por generaciones, indicó la experta en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mama Fatima Singhateh.
“Las condiciones laborales abusivas y la inquietante representación del abuso infantil en diversas plataformas de entretenimiento no sólo cruzan límites éticos, sino que también contribuyen a la objetivación e instrumentalización de los niños”.
En su informe ante el Consejo de Derechos Humanos, la funcionaria insistió en la necesidad de combatir estas violaciones a los derechos humanos, las cuales se mantienen arraigadas dentro de un sector que normaliza el acoso sexual a menores, al crear una cultura de complicidad.
Lo anterior ha generado una distorsión en el número de casos registrados. De acuerdo con Fatima, esta situación es un reflejo de las dinámicas de poder imperantes y las nociones de género perjudiciales, así como el miedo a las represalias y la pérdida de oportunidades profesionales para las víctimas. Aunado a ello, los sobrevivientes enfrentan múltiples desafíos por la falta de investigaciones, presiones o intimidaciones.
A pesar de que algunos movimientos sociales han buscado visibilizar esta violación a los derechos humanos, la funcionaria insistió en la necesidad de establecer un sistema de prevención y protección que garantice el acceso a la justicia. Bajo la implementación de “una política de tolerancia cero”, instó a establecer asociaciones con los dueños de las empresas de entretenimiento para:
–Garantizar modelos de negocios seguros para los niños
–Implementar procedimientos de monitoreo y responsabilidad
–Crear salvaguardias técnicas para espacios en línea
–Promover la colaboración entre múltiples partes interesadas.